Les compartimos este reportaje que ha sido publicado en Deia:
Tiempos de zozobra: 75 aniversario del Consejo Nacional de Euzkadi
La incógnita sobre la suerte del lehendakari Agirre tras la ocupación de Bélgica por los nazis llevó a los abertzales exiliados en Londres a crear el Consejo Nacional de Euzkadi
Luis de Guezala
Hoy se cumple el 75 aniversario de la constitución del Consejo Nacional de Euzkadi, institución efímera y poco recordada, pero surgida en un crucial momento en la Historia del País Vasco cuya desaparición definitiva parecía más que una posibilidad casi una certeza, tras la derrota frente al fascismo que se adueñaba de Europa.
En Hegoalde la implantación de la dictadura franquista, que había llegado a prohibir el uso del euskera y aun incluso de los nombres propios vascos, sin respetar ni registros oficiales ni siquiera las inscripciones de la lápidas de los cementerios, al igual que la Italia fascista había hecho con la minoría alemana en el Tirol del Sur, suponía un proceso de españolización salvaje, sin ningún freno, que podía acabar con la supervivencia del Pueblo Vasco.
En Iparralde el panorama se presentaba también muy incierto tras la victoria de la Alemania nazi y la ocupación de Francia, directa sobre nuestra costa e indirecta sobre el interior a través del Gobierno títere de Vichy.
El Gobierno vasco presidido por José Antonio de Agirre, exiliado primero en Barcelona y posteriormente en París, tras la ocupación de la capital francesa, quedó descabezado y desorganizado. El lehendakari se encontraba de viaje en Bélgica cuando fue sorprendido por la ofensiva alemana y apenas pudo salvar su vida en circunstancias muy trágicas en las que una hermana suya falleció a consecuencia de las heridas sufridas durante un bombardeo a la caravana de refugiados de la que formaban parte. A duras penas consiguió refugiarse cambiando de identidad e iniciando una épica evasión de la Europa bajo control nazi, narrada en su libro De Gernika a Nueva York pasando por Berlín. Ahora hace 75 años los restantes miembros de su Gobierno y de su partido desconocían si había fallecido, había sido capturado o estaba a salvo.
Los otros componentes del Gobierno vasco habían corrido suertes muy diversas tras la ocupación de París por los alemanes. Algunos se mantuvieron clandestinamente en territorio francés, como Jesús María de Leizaola, y otros lograron marchar a un nuevo exilio en Inglaterra o América, como Telesforo Monzón haría al año siguiente, el 15 de junio de 1941. Ese día embarcaría en Marsella en el vapor Alsina, iniciando un muy azaroso viaje que, para los refugiados en este buque, que llegaron a estar internados en campos de concentración de las colonias francesas en África, no culminaría hasta muchos meses más tarde cuando pudieron llegar a América.
Delegación en Londres
La única delegación del Gobierno que quedaba operativa en Europa en estos momentos era la de Londres, dirigida por José Ignacio de Lizaso. En esta misma ciudad residía desde 1939 Manuel de Irujo, destacado dirigente nacionalista vasco que había sido diputado en Cortes por EAJ/PNV y ministro del Gobierno de la República, en varios gobiernos de concentración formados durante la Guerra Civil. También consiguieron refugiarse en la capital británica, tras la derrota francesa, tres miembros del Euzkadi Buru Batzar de EAJ/PNV: Luis Arredondo, Elías Etxeberria y Antonio Gamarra, así como otros abertzales. Este grupo de vascos refugiados, ante el vacío institucional que se daba tras la ocupación alemana de París, decidió crear un organismo que supliera al desaparecido Gobierno vasco, desde la libertad que les suponía su establecimiento en Inglaterra, junto a representantes de las delegaciones del Gobierno vasco en países americanos. Así se constituyó oficialmente en Londres, el 11 de julio de 1940, el Consejo Nacional de Euzkadi-Euzkadi’ko Batzar Nagusia. Quedó integrado por Manuel de Irujo, como presidente, Ramón María de Aldasoro (vicepresidente), Isaac López de Mendizabal, Santiago Cunchillos, Pablo Artxanko, Juan de Olazabal, Federico de Belaustegigoitia, Manu de la Sota y José Ignacio de Lizaso (consejeros) y Ángel de Gondra (secretario). Irujo, Lizaso y Gondra, que eran los tres miembros que residían en Londres, constituyeron una comisión permanente del Consejo que en la práctica fue la que dirigió sus actividades.
En su manifiesto de constitución indicaban que su programa político era el mismo que el del desaparecido Gobierno vasco. “Como vascos, aspiramos al logro de la libertad nacional de Euzkadi y al reconocimiento de la misma por los pueblos de la tierra. Como hombres, unimos nuestro esfuerzo al de las Democracias en la lucha empeñada contra los Poderes Totalitarios. Como representación nacional vasca, nos proponemos asistir a la ciudadanía de nuestro país, desarrollando a tal efecto la gestión más intensa que permitan los medios de que nos sea dado disponer. Juramos ante Dios y ante nuestro pueblo esparcido por el mundo ser fieles a estos postulados.”
Una de las más importantes iniciativas llevadas a cabo por este Consejo tuvo lugar el 17 de mayo de 1941, día en que se firmó un acuerdo con representantes del Gobierno de la Francia Libre, liderado por el general De Gaulle, para colaborar en su lucha común contra el nazismo. Por parte del Consejo Nacional de Euzkadi intervinieron Lizaso y Gondra, y por parte francesa Maurice Dejean, el comandante Escarrá, Hélène de la Souchère, que recibiría el premio Sabino Arana en 1989, y René Cassin, natural de Baiona y que, posteriormente, sería redactor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y premio Nobel de la Paz.
Este acontecimiento fue analizado en esta misma sección de DEIA por el historiador Juan Pardo San Gil en un artículo titulado Un pacto entre vascos y franceses. En él destacaba que esta fue la primera ocasión en la que una autoridad francesa reconocía a un organismo representativo del Pueblo Vasco la categoría de entidad de derecho público, así como que el texto de este acuerdo, del que se hicieron copias en francés, castellano y euskera, era el primer tratado internacional suscrito en este último idioma.
Embrión del ‘Batallón Gernika’
Fruto de este tratado fue la incorporación de voluntarios vascos a las unidades militares de las Fuerzas Francesas Libres, creándose el 11 de septiembre de 1941 con ellos el 3er. Batallón de Fusileros Marinos de las Fuerzas Navales Francesas Libres. El 23 de mayo de 1942 esta unidad sería disuelta por la oposición británica a que se constituyeran unidades integradas exclusivamente por vascos en estas fuerzas. No obstante el pacto serviría para la constitución posterior del Batallón Gernika, unidad creada por el Gobierno vasco, que liberaría Pointe de Grave de la ocupación alemana a finales de Segunda Guerra Mundial.
El Consejo Nacional de Euzkadi, además de con los Gobiernos británico y el de la Francia Libre, mantuvo relaciones diplomáticas con otros gobiernos en el exilio como los de Bélgica, Holanda, Noruega, Yugoslavia, Checoslovaquia y Polonia, así como con las embajadas en Londres de los Estados Unidos de América y los países latinoamericanos.
La reaparición del lehendakari Agirre en libertad en Uruguay a principios de octubre de 1941, tras haber conseguido escapar de la Europa ocupada por los nazis pasando por Alemania y Suecia, embarcando en este país escandinavo en un buque con el que cruzó el Atlántico, supuso el fin de la coyuntura que había propiciado la constitución del Consejo Nacional de Euzkadi.
Enterado de la noticia de la reaparición del lehendakari, Manuel de Irujo le escribió para felicitarle y dar por concluida su labor como presidente de esta institución, cuya existencia ponía a su disposición: “Querido José Antonio. Gracias a Dios y al rama, te has reintegrado a una vida en libertad. Todos los vascos que te conocemos y te esperamos en Euzkadi, recibimos la noticia con el júbilo que produce un gran bien nacional. Yo añado a estos motivos que llegan a todos, los específicos que distinguen de los restantes. En tu ausencia he desempeñado el cargo de Presidente del Consejo Nacional, para mantener la unidad y la causa de Euzkadi. Tu reaparición me libera de la carga y de la responsabilidad para permitirme proseguir en la acción puesta a tus órdenes.
(…) Mil enhorabuenas. Dios bendiga las manos que intervinieron para situarte en país libre. Que la democracia y la patria cobren ventaja de ello, en igual intensidad en que nuestra emoción te acompaña”.
Aguirre no respondió a este ofrecimiento de disolución del Consejo Nacional de Euzkadi y, todavía a finales de enero de 1942 Irujo le reclamaba una respuesta, lamentando también que el lehendakari hubiera omitido cualquier referencia a esta institución en sus declaraciones públicas a lo largo de los meses transcurridos tras su reaparición. Finalmente, Irujo presentó su dimisión y la del Consejo al Euzkadi Buru Batzar, máxima autoridad del Partido Nacionalista Vasco.
Concluyó de esta manera la existencia del Consejo Nacional de Euzkadi. Una institución surgida cuando cabían pocas esperanzas para la nación que representaba. Los abertzales que formaron parte de ella, al comenzar 1942 aún tendrían un largo y difícil camino por delante, en tiempos de guerra mundial y dictadura franquista, en tiempos de zozobra, en su lucha arriesgada y generosa por la liberación nacional vasca.
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