El aniversario ochenta del terrible bombardeo fascista a Gernika llegó y pasó sin que Madrid realizara el gesto que por algún motivo El Aburrido Iñigo Urkullu estaba esperando.
Ni el asunto de los presupuestos ni el viaje a Auschwitz parecen haber ablandado ni un poquito a los jerifaltes del régimen quienes, para este aniversario no solo no han hecho nada, como sí hicieron los alemanes, preocupados por la presencia de las placas conmemorativas a los pilotos de la Luftwaffe caídos en el teatro del levantamiento fascista en contra de la Segunda República en el cementerio de Almudena, hecho que había convertido al lugar en destino de peregrinaje para los fascistas españoles.
Muy al contrario, los españoles incluso se han dado el lujo de lanzar una campaña para negar que la destrucción de Gernika haya sido el hito que inspirase a Pablo Picasso a elaborar su obra monumental, lo dijo una rémora de los presupuestos de nombre José María Juarranz y así también lo dijo un tal Gonzálo Ugidos.
Ayer mismo Urkullu le recordaba al mundo entero que el horror nazi que después alcanzaría cotas espantosamente inhumanas como él mismo había constatado en su visita al campo de concentración más conocido, no había iniciado ni en Polonia ni en la entonces Checoslovaquia, sino en Euskal Herria... en Otxandio, en los Intxortas, en Durango, en Gernika, en Bilbo.
Así es, no hay duda, el terror fascista sí que inició en Hegoalde, fue iniciado por quienes respaldaron a los antecesores políticos e ideológicos de aquellos con los que el PNV de Urkullu ha pactado para formar gobierno y así evitar hacerlo con la izquierda abertzale, de aquellos a los que los jeltzales les han hecho la tarea al pactar sus presupuestos.
Aquellos, bombardearon numerosas villas vascas durante su cruzada fundamentalista en contra del republicanismo, estos, sus herederos, se dan el lujo de exigir la disolución de ETA y amenazan con lanzar su Santa Inquisición en contra de quienes promovieron la culminación de la entrega de las armas. Lo hacen diciéndose los sacrificados defensores de la democracia, lo hacen quienes incluso en sus museos pretenden borrar las huellas de sus crímenes de lesa humanidad, devistiendo de su auténtico mensaje obras de arte que en su momento se crearon para denunciar la barbarie franquista.
Con ellos pacta Urkullu, de ellos no hay que esperar nunca un gesto con respecto a Gernika.
Les compartimos este artículo publicado en Deia:
Delegaciones de diez países entonan en la villa un grito en favor de la pazImanol FraduaGernika volvió a lanzar ayer, en el trascurso de los actos de conmemoración del 80 aniversario del bombardeo, todo un alegato en favor de la reparación a las víctimas que padecieron el azote de la aviación nazi con la ayuda de la Aviazione Legionaria italiana y el auspicio del bando franquista. Sanadas sus heridas físicas, pero pendiente de curar las heridas emocionales que aún perduran entre sus habitantes ante un brutal ataque aéreo que la villa “perdona pero no olvida”, el aniversario expuso la necesidad de preservar la memoria, redoblar esfuerzos en favor de la justicia y obtener una compensación, aunque sea en forma de gesto simbólico, por parte del Estado español. Los diferentes actos organizados, que tuvieron una nota más universal que nunca por la participación de delegaciones de diez países diferentes, constituyeron un grito colectivo en favor de la paz.Cada vez son más las voces que abogan porque el Gobierno español reconozca la autoría ideológica del régimen del dictador Franco en el bombardeo a la población civil gernikarra del 26 de abril de 1937. Recientemente fue el lehendakari Iñigo Urkullu, presente en Gernika ayer junto a una amplia delegación de las instituciones vascas, quien desde Auschwitz emplazó a que las actuales autoridades españolas efectuaran algún gesto, aunque fuera de carácter simbólico, que resarza no solo el sufrimiento de la población gernikarra hace ocho décadas, sino de hasta un centenar de pueblos arrasados bajo las bombas de los nazis. El lehendakari asió esa bandera en favor de la reconciliación y por el reconocimiento del daño causado, aunque las declaraciones efectuadas durante los actos de conmemoración del ataque aéreo de ayer en la localidad foral no fueron realizadas de una forma tan directa.No obstante, los llamamientos a realizar pedagogía de la verdad, al rescate de la memoria y a la petición de resarcimiento sobrevolaron las alocuciones de los Premios Gernika por la Paz y la Reconciliación, concedidos este año al fotoperiodista Gervasio Sánchez y al presidente colombiano, José Manuel Santos, y al líder de las FARC, Rodrigo Londoño, Timochenko. Estos dos últimos no estuvieron presentes en la entrega de unos galardones que este año han distinguido a ambos por haber alcanzado un escenario de paz en Colombia tras medio siglo de conflicto.Las peticiones para impulsar la convivencia a futuro sin olvidarse del pasado también estuvieron presentes durante el responso a los muertos del bombardeo celebrado en el cementerio de Zallo, en el que las víctimas tomaron la palabra para recordar que, pasadas ocho décadas, tan solo el Gobierno alemán ha efectuado muestras de contrición públicas hacia las víctimas, tales como la histórica petición de perdón entonada por el entonces canciller Roman Herzog hace 20 años. Los damnificados, asimismo, reclamaron que no existan más guerras y apostaron por consolidar la paz desde las experiencias traumáticas padecidas. Como todos los años, el programa también incluyó un emotivo homenaje a George Steer, que relató al mundo la destrucción sufrida por la localidad foral mediante sus crónicas periodísticas, el teatro popular Gernika Sutan o la manifestación silenciosa por las calles del municipio que cerró el programa de actos.Aunque lejos de Gernika, otro hecho se sumó ayer al ejemplo de resarcimiento alemán en el caso del bombardeo de Gernika. Fue la eliminación de la placa que rinde homenaje a la Legión Cóndor del cementerio de la Almudena. La embajada germana -que volvió a estar presente en la ofrenda floral a las víctimas- ordenó su retirada en una fecha tan señalada, en la que además hubo una nutrida representación de ciudades bombardeadas por los aliados durante la Segunda Guerra Mundial como Dresde, Pforzheim o Rostock. Junto a ellas estuvieron otros reconocidos símbolos mundiales de la paz mundial como Nagasaki, una representación de Auschwitz y otra de la ciudad kurda de Kobane, la última en incorporarse a la red de ciudades que la localidad foral viene universalizando para impulsar el valor de la paz.Minutos de silencioAl igual que las Juntas Generales de Bizkaia, que a mediodía guardaron un minuto de silencio en señal de duelo, en la capital del Estado, y más concretamente en el Congreso de los Diputados, se dio otra imagen esperanzadora. Todos los grupos secundaron un homenaje propuesto por el PNV tras el que los jeltzales agradecieron el guiño, si bien echaron en falta “un gesto” hacia la población de Gernika “por parte de los distintos Gobiernos españoles que se han sucedido” tras la dictadura, que ocultó la verdad del bombardeo y que, 40 años después, sigue necesitando de un resarcimiento moral.
°
No hay comentarios.:
Publicar un comentario