No nos podemos olvidar ni por un momento que tras su excarcelación, los presos políticos vascos continúan sujetos a una intensa campaña de hostigamiento, tanto por parte de las instituciones del estado como por parte de los grupos de choque disfrazados para ese fin como "asociaciones de víctimas".
Eso es lo que convierte en imprescindible la labor desarrollada por el colectivo Harrera Elkartea, quienes se han presentado a las mesas de diálogo organizadas por el Foro Social Permanente.
Así pues, les compartimos esta información dada a conocer por Naiz:
El soporte de 3.000 socios permite a Harrera Elkartea, hace ya casi ocho años, asistir a exprisioneros en la compleja tarea de reiniciar la vida fuera. Karlos Ioldi y Gabi Mouesca han detallado su labor en la segunda mesa redonda del Foro Social. «El gran reto es implicar a Gobierno Vasco y Navarro», cree Ioldi.Ramón SolaTras escuchar el ejemplo de Coiste en Irlanda, la segunda sesión de esta primera jornada del Foro Social sobre reintegración de personas presas, exiliadas y deportadas ha permitido bucear en la labor de Harrera Elkartea en Euskal Herria. Sobre todo a través de Karlos Ioldi ha explicado que asisten económicamente en la actualidad a 57 personas que han vuelto a casa, bien con ayudas de 500 euros mensuales si no tienen ningún otro ingreso o complementando el subsidio de excarcelación (426 euros durante un tope de 18 meses) hasta llegar a los 600. Ofrecen además asistencia administrativa o médica, ayudan a acceder a vivienda y a conseguir trabajo…Todo ello se lleva a cabo gracias a la ayuda de 3.000 socios que aportan el 80% del presupuesto.Tanto Ioldi como Mouesca han destacado la relación entablada en estos ocho años con instituciones o medios de comunicación, pero haciendo hincapié finalmente en que creen que en el futuro los gobiernos de Gasteiz e Iruñea deberían asumir esta labor con personas que están en una situación de desprotección evidente. «Es un problema de toda la sociedad», considera Ioldi.Mouesca ha saludado la implicación del Ayuntamiento de Baiona en la acogida a Oier Gómez Mielgo, excarcelado finalmente el pasado año por una enfermedad muy grave, o la disposición que ha mostrado el de Tarnos en el caso de Ibon Fernández Iradi, aunque este continúa en prisión.«Es hora de crearlas condiciones del retorno, y eso requiere una voluntad política firme y asegurar los medios para ello», ha concluido Mouesca. También para Ioldi, la enseñanza de estos casi ocho años de labor de Harrera es que «con voluntad política se pueden hacer muchas cosas».
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