De vez en cuando uno encuentra artículos en la prensa que le hacen recobrar la esperanza en la raza humana.
Tal es el caso de este dado a conocer en Deia, que nos habla de una iniciativa en Bilbo para dar techo a migrantes en completo estado de vulnerabilidad:
El pleno municipal ratificará el jueves la subvención a Itaka Escolapios para atender a más de una veintena de chicosOlga SáezDiez jóvenes inmigrantes tienen desde el pasado fin de semana un techo donde cobijarse y, por tanto, un lugar al que llamar hogar. La Fundación Itaka Escolapios gestiona el nuevo piso de su red, que cuenta con otras cuatro viviendas, cuyo fin es ayudar a la emancipación de estos jóvenes. Para ello cuenta con el apoyo económico del Ayuntamiento de Bilbao.El Bilbao del Museo Guggenheim tiene otra cara menos amable que requiere toda la solidaridad, no solo a nivel institucional sino también social. Hay jóvenes inmigrantes que estudian durante el día en la Fundación Peñascal buscando que su formación les permita mejorar su futuro, pero que en el presente habitan al ras del cielo. Han salido ya de los centros de menores al alcanzar la edad estipulada y no les ha quedado más remedio que establecerse en la calle debajo de un puente o en algún pabellón abandonado.Estas condiciones les hacen sin duda más vulnerables a la marginación y ello es lo que se trata de evitar, prestándoles un hogar donde puedan fortalecer los cimientos de su vida. Hasta ahora había cuatro pisos de estas caraterísticas, a los que ahora se suma un quinto con diez plazas que cobijarán diez vidas más.Así, alrededor de 25 jóvenes, casi todos de origen marroquí aunque alguno es de algún país subsahariano, viven en pisos con la tutela del personal de la Fundación Itaka Escolapios. Gracias a la cesión de un nuevo piso por parte de la Fundación Carmen Gandarias desde el pasado fin de semana se ofrecen estas diez plazas más. El Ayuntamiento de Bilbao ha renovado la subvención para este programa, decisión que será ratificada en el próximo pleno que se va a celebrar este mismo jueves.Según explica Joseba Alzola, responsable de este programa de Itaka, “les damos la acogida, alimentación y todo lo demás que necesitan para su vida en el hogar”. Hasta ahora explica, “veníamos funcionando con cuatro pisos y en diálogo con el Ayuntamiento de Bilbao establecimos un convenio en el que incrementábamos diez plazas para poder poner en marcha un nuevo piso y atender a más chicos que están en la calle”.Tres de los hogares son tutelados con una presencia de educadores más o menos constante y los otros dos pisos son lo que ellos denominan de semiautonomía. “Eso son chicos que ya han hecho la formación y están en un proceso de buscar empleo. Alguno está trabajando desde hace poco y nosotros les hacemos un acompañamiento, pero no tan intenso como en los pisos tutelados”.PerfilSe trata de jóvenes de 18 años, cuando ya han cumplido la mayoría de edad, que están hasta los 21 o 22 años. Principalmente jóvenes marroquíes, aunque hay alguno argelino, principalmente de la África Subsahariana.Precisamente, en unos momentos en los que una sombra de desprestigio cae sobre los jóvenes inmigrantes, Joseba Alzola dice a su favor que “no tenemos ningún problema de convivencia con ellos; son chavales que salen de sus países por diferentes circunstancias y llegan a nuestra ciudad con ganas de buscar un empleo, mandar un dinero a sus familias... En definitiva, buscar una nueva vida”. Y recalca que “no tenemos ningún problema con ellos”.Estos chavales cuando tienen minoría de edad van a los centros, pero “una vez que tienen una mayoría de edad, la administración lógicamente ya no les atiende y son chicos que son formales en su formación, pero que tienen una limitación con un hogar, con un acogimiento”.Es ahí donde entran los formadores de Itaka, “porque vemos que tienen ganas de trabajar y que están integrados en esta sociedad; nosotros les prestamos ese hogar y ese equipo de profesionales que les pueda ayudar no solo en esos primeros días de empleo sino también en los que están buscando su emancipación”. Así, se les enseña cómo manejar un hogar, se les imparten clases de castellano y se les asesora en temas legales como puede ser un contrato de trabajo, un permiso de residencia...En 2008 comenzó a andar este programa y nunca se ha encontrado con ningún problema con los chavales. “Puede que por la edad que tienen los chicos, haya surgido algún problemilla, pero nada grave, algo normal dentro de lo jóvenes que son”.Desde Itaka saben que son chicos con ganas de trabajar, están en la calle y son formales. “Van puntuales al curso, se buscan la vida, tienen la inquietud de aprender cuanto antes el idioma para poder salir de esa situación. Ojalá pudiese haber más recursos municipales y más hogares como este. Pero, el tema de la financiación y que haya un acompañamiento tiene un costo económico”.En este sentido, el responsable de esta fundación de Escolapios admite que no es posible atender a todas las peticiones. “Trabajamos con Peñascal conjuntamente y nos van informando de las necesidades que se tiene. Por ellos sabemos que hay chicos que están yendo a la formación y que están durmiendo en la calle”.Al final unos y otros hablan y comentan sus necesidades porque se conocen entre sí. “Se enteran de que existen estos pisos y son ellos quienes solicitan una plaza para poder construir su futuro con unas garantías”.En general son chicos de familias de varios hermanos, cuya situación en el país de origen es difícil económica y políticamente. En algunos casos han llegado en patera o debajo de un camión a centros de menores y han recorrido distintos sitios hasta llegar a Bilbao.“Generalmente hablan entre paisanos o gentes de su pueblo y llegan a esta ciudad. Son situaciones bastante duras. Por eso, les decimos que, al menos una vez a la semana, llamen a las familias y les expliquen cómo se encuentran y lo que están haciendo. Sobre todo que no pierdan ese vínculo”.La inserción en la sociedad de estos jóvenes es parte de la filosofía de este programa que mantiene que consiguiendo una buena integración de los jóvenes emigrantes en la sociedad hacemos de una ciudad más rica y plural.
°
No hay comentarios.:
Publicar un comentario