Vaya, por fin se empieza a cuestionar el actura del régimen borbónico franquista, poniendo en duda que el estado español se rija por principios democráticos.
Claro, no se atreven a llevar a cabo un pronunciamiento terminante, más bien al contrario, prefieren marear la perdíz al usar un oxímoron como pocos al proferir la expresión "democracia defectuosa", como si la democracia permitiese darse el lujo de llevar a cabo acciones u omisiones propias de los gobiernos autoritarios o las dictaduras, pero sin perder su esencia, claro está.
Por lo menos es un comienzo, aunque insuficiente pues la brutalidad con la que fueron apaleados cientos de catalanes el 1° de octubre del año pasado, misma que se niegan a investigar, así como la desafortunada secuencia de acciones privativas de los derechos políticos y civiles más básicos del pueblo catalán a partir de esa fecha - y eso que no estamos incluyendo los temas como la extendida práctica de la tortura en Euskal Herria, los múltiples casos de corrupción que involucran a integrantes del PP y del PsoE o el trato a los migrantes - nos llevarían a pensar que la calificación podría ser mucho más contundente, obligando así a los gobiernos de Europa a repensar el encaje del estado español en el concierto de naciones de un continente que se vanagloria de sus principios democráticos y del irrestricto respeto a los derechos humanos que exigen a cada uno de los estados miembros.
Lean ustedes lo publicado por El Plural al respecto:
El informe anual de The Economist deja al país como el segundo europeo que más cae en términos democráticosEste miércoles se difundía el informe anual de The Economist Inteligence Unit que incluye su índice democrático y España ha sufrido una caída considerable, hasta el punto de que está en riesgo su calificación de democracia plena y se sitúa a 8 centésimas de ser considerada una “democracia defectuosa”. La razón se encuentra en “el trato represivo” que el Gobierno ha dado al referéndum del 1-O y el encarcelamiento de los líderes independentistas.Según destaca el informe, la de España es la segunda caída más alta registrada en Europa Occidental, sólo superada por Malta, después del asesinato sin resolver de Daphne Caruana, una bloguera que investigaba la corrupción en el país. Nuestro país cae 0,22 puntos y “su puntuación se sitúa por poco por encima del límite de las democracias completas”, señala el informe.“El intento del Gobierno español de detener por la fuerza el referéndum ilegal de independencia de Cataluña el 1 de Octubre y el trato represivo dado a los políticos pro-independencia amenazan con convertir a España en una ‘democracia defectuosa”, apunta el informe que cada año hace The Economist.Tras la declaración unilateral de independencia del Parlamento regional, el Gobierno de España suspendió temporalmente la autonomía de Cataluña. Varios líderes pro-independencia fueron encarcelados y acusados de cargos criminales graves y afrontan penas de 30 años de prisión si son declarados culpables”, abunda el informe.Curiosamente, el informe de The Economist del año anterior fue usado por el rey Felipe VI en su intervención en el Foro Económico Mundial celebrado en la ciudad suiza de Davos. El monarca, que acudió al evento para convencer a los inversores de que el procés no afectaría a nuestra economía, sacó pecho de que España es “una democracia madura, sólida y fuerte” citando el informe de The Economist que nos situaba como una de las 19 “democracias plenas”.El informe, que usa parámetros como el pluralismo electoral, el funcionamiento del Gobierno o las libertades civiles sitúa a España en la última posición de las 19 “democracias plenas”. En los dos últimos años, la nota se había recuperado hasta el 8,30 y en los tres primeros años del Gobierno de Mariano Rajoy había caído hasta el 8,02, en años marcados por las protestas en las calles. La máxima nota registrada tuvo lugar en 2008, con un 8,45.
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