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lunes, 6 de marzo de 2017

La Venus Abertzale

Ahora que tirios y troyanos se han dado a la tarea de caracterizar desfavorablemente a la izquierda abertzale, traemos a ustedes un poco de contexto por medio de este texto dado a conocer en las páginas de Naiz:

Isidoro Berdié Bueno | Profesor


Para los que somos de Letras y un poco poetas, la izquierda abertzale nos recuerda al cuadro de Botticelli que representa a Venus naciendo de la espuma del mar, no nació para ser solo un partido, siempre fue bastante mas que un partido, por su entrega y generosidad, fomentó, cultivó y trasmitió la cultura y esencias patrias, sin discriminar sexo, raza o religión. Desde su nacimiento, ha sido para Euskal Herria el oasis del debate abierto, la fortaleza que protege la libertad de cátedra, la cancha de la confrontación de ideas. Todo un festín de inteligencia y reflexión, un verdadero oasis en el desierto actual que han creado PSOE y PP, turnantes y tunantes en el poder, y a porfía, si roba mas la Gürtel o Andalucía.

Decía Marx que el hombre era el sujeto de la historia, pero que no elegía las circunstancias en las que tendría que luchar. Parecido sucedió con la izquierda abertzale, las circunstancias fueron negativas, pues las acciones de la organización armada vasca le repercutieron, y en defenderse y hacer entender que era un colectivo autónomo e independiente, tuvo que emplear la mayoría de su tiempo, aunque internamente, funcionaban a la perfección estructurados en colectivos que trabajaban por la paz (Elkarri), historiadores que analizaban los hechos cotidianos y contemporáneos en el contexto de la historia de la humanidad, abogados, que con la constitución en la mano derecha y los Derechos Humanos en la izquierda procuraban que la Justicia española no estuviera sometida a los vientos de los avatares políticos y de sus intereses particulares, con sentencias como las de ahora, que nos han dejado a todos estupefactos y que muestran un  deterioro irreversible de la Justicia en España.

La izquierda abertzale, una meditación, un pensar en momentos que nadie piensa, y la administración de la izquierda y de la derecha han producido injusticia, amoralidad y desdicha, en un asalto a la cultura, desarme de principios y ofuscación de valores, un estuario de frivolidad consumista y desalmada que atentan contra la libertad y la legitima búsqueda de la identidad, conciencia de comunidad y nuestra tradición, y proyección en la historia, con nuestra perspectiva especifica de lo universal. Sí, la izquierda abertzale es mucho mas que un partido, tiene muchas facetas, sobre el manto verde y ecológico de la paz, las irá dando a conocer, pero ante todo es culta, busca el dialogo y entendimiento, busca la paz. Del Olimpo de los clásicos, un colectivo de letrados de la I. A. nos presenta a Hesiodo y su concepción de la justicia y opinión de los jueces.

Todas las culturas desde el inicio de la humanidad hablan de un Dios diseñador y arquitecto del universo, pero a su vez se trata de un ser justiciero, que premia y castiga. Asi surgen los fundamentos a la idea de justicia.

La justicia aparece en la cultura griega como la doncella de la estirpe de Zeus, de gran veneración para los dioses que moran en el Olimpo. Hesiodo –siglo VII a.C, «Los trabajos y los días»– propone armonía entre el individuo, los dioses y la tierra para que todo marche bien y se ajuste a los deseos divinos. En una poesía didáctica, llena de alegorías y de proteína de valores e ideales superiores de la cultura griega, que tradicionalmente se llamó «paideia», destinada más a enseñar que a entretener, considera básicos y piedra angular en la vida del hombre y de la sociedad «el trabajo y rectitud de la justicia». Lo que más tarde se recogería en los 137 aforismos del frontispicio del oráculo de Delfos.

Aconseja a los jueces que ejerzan bien la justicia, pues los inmortales, entremezclados con los hombres, toman nota de las torcidas sentencias y actos crueles que adulteraban la propia cultura y su sentido, atacando la conciencia colectiva del pueblo, al que escandalizan. Estos dioses informan con presteza y veracidad a Zeus.

Por ello, exalta y alaba la figura de los jueces que poseen un espíritu reflexivo e intachable conducta moral. Su lema era «orden y justicia frente a caos e injusticia». Los males que un hombre teje contra otro los teje y sufre antes en su persona. Y la idea mala comienza.

La vida de Hesiodo quedó marcada por una sentencia injusta de los jueces en un pleito sucesorio contra su hermano Perses, que no recurrió, pensando y priorizando el juicio del más allá, tan solo se limitó a decir: «Confió que el prudente Zeus no ratifique la sentencia de mis jueces».

¡Faltan los presos! gritamos a los jueces y ... en la transición. Hoy, parafraseando a la Biblia: «Vox in (...) audita est ploratus et ululatus». Una voz en Euskal Herria se ha oido llorando y ululando, las madres vascas lloran y lo hacen sin consuelo a sus hijos que no están en hogar por estar en prisión y otros bajo tierra.






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