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viernes, 17 de marzo de 2017

El Perpetuo Secuestro del "Guernica"

No es la primera vez que tocamos el tema del secuestro de la obra monumental de Pablo Picasso por parte de quienes hoy son herederos directos del régimen que ordenó la masacre, pero por estar cerca la fecha del ochenta aniversario del genocida bombardeo fascista a Gernika les queremos compartir este artículo dado a conocer en La Vanguardia:


La lucha política por la ubicación de la obra de Picasso lleva años estancada en un cruce de informes y negativas

Joaquín Lecumberri Napal

La reivindicación El Guernica, a Gernika se lleva repitiendo durante décadas en Euskadi. La petición de traslado de la obra de Picasso a territorio vasco sigue vigente y, esta misma semana, han sido las Juntas de Álava quienes lo han reclamado. Instalado desde hace 25 años en el museo Reina Sofía de Madrid, su cambio de residencia parece sin embargo poco más que imposible.

2017 no es una fecha cualquiera en la historia de la obra. Este año se cumplen ochenta años del bombardeo de la Legión Cóndor sobre Gernika, un ataque que dejó cientos de muertos. El 26 de abril de 1937 la aviación alemana arrasó la ciudad vizcaína, una masacre que posteriormente quedó grabada como icono antibelicista. Apenas un mes después de que ocurriera, entre mayo y junio, Picasso pintaría la obra que inmortalizó la tragedia a petición del Gobierno de la Segunda República, con el fin de exponerlo ese mismo año en la Expo de París y llamar la atención internacional hacia la causa republicana en la Guerra Civil.

La petición de traslado de esta semana de las Juntas de Álava, apoyada por PNV y EH Bildu y con los votos en contra de PP y PSE, no es nueva. Las reclamaciones desde Euskadi siempre han sido echadas para atrás alegando el mal estado de conservación del cuadro y las dificultades de su traslado. A principios de año, el ministro de Cultura, Iñigo Méndez de Vigo, resaltó estos argumentos en una visita a Bilbao: “Es imposible mover el Guernica, por su azarosa vida tiene unas condiciones de conservación enormemente difíciles”, explicó.

Los reiterados intentos de traslado de las instituciones vascas siempre han chocado con los informes técnicos del Gobierno central. Una de las mayores movilizaciones políticas para lograr su exposición en Euskadi se produjo en 1997, cuando el PNV pidió al Ejecutivo de Aznar que cediese el cuadro para la inauguración del Guggenheim Bilbao. La sala que el arquitecto de la pinacoteca, Frank Gehry, había destinado exclusivamente para la obra quedó sin embargo vacía.

A pesar de los documentos técnicos enviados desde el País Vasco asegurando la conservación del cuadro durante el traslado, Cultura se ha remitido en todas las ocasiones a los informes negativos del museo Reina Sofía, en los que se destaca el delicado estado de la tela. Hace cuatro años, en un nuevo intento del Gobierno de Vitoria, el entonces ministro de Cultura, José Ignacio Wert, desechó con los mismos argumentos la propuesta.

El PNV ha sido tradicionalmente el partido que ha encabezado la petición. Su portavoz parlamentario, Aitor Esteban, ha sido especialmente beligerante en este sentido, al considerar “insuficientes” las explicaciones del Gobierno. En 2010, cuando se planteó el traslado de la obra del Reina Sofía al museo del Prado, se levantó una polvareda política, al considerar el partido vasco que se demostraba la “gran mentira”. “Siempre que hemos pedido el traslado a Euskadi del cuadro, se nos ha dicho que no por los problemas de su estado: si hay intención de embalarlo para su traslado al Prado, una vez preparado da igual moverlo 400 metros que 400 kilómetros”, denunció.

Para EH Bildu la negativa permanente del Gobierno central es también “una forma de ocultar la falta de voluntad política que hay en esta cuestión”. En ese sentido, la procuradora abertzale alavesa, Lorena López de Lacalle ha criticado que el último informe en el que se ampara el Gobierno “sea de hace once años” e insiste en que la “ubicación más idónea para el cuadro es Gernika”.

La obra, símbolo de paz mundial, se ha convertido en una lucha política estancada desde hace décadas. A pesar de que las reivindicaciones y las negativas se suceden, tanto PNV como EH Bildu han asegurado que continuarán reclamando su traslado al País Vasco. “No hablamos sólo de una obra de arte, sino también de parte de nuestra historia”, ha repetido Esteban.






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