La exalcaldesa de Madrid Manuela Carmena que tanto lograra e hiciera en favor de los habitantes de la metrópoli por conducto de la aplicación de políticas socialdemócratas... se ha posicionado en contra del derecho a la autodeterminación de Euskal Herria y de Catalunya, afectada como muchos de sus compatriotas por el virus de la España Una Bajo el Sol... atada y bien atada.
Recurriendo una vez más a los fundamentos de la socialdemocracia, sugiere que para resolver los conflictos tanto en Euskal Herria como en Catalunya lo que se necesita es empatía y bondad. No aclaró de parte de quien pero suponemos que por ser una adalid de la "izquierda democrática" se circunscribe a la postura equidistante adoptada por quienes se niegan a tomar partido.
Así que desde este blog le preguntamos a Carmena como es que debe mostrar mayor empatía y bondad el pueblo vasco siendo que este se encuentra en ya en su noveno año extendiendo la mano en favor de un proceso de paz, proceso que hasta el momento ha sido unilateral y que ha producido el cese definitivo de la actividad armada de la organización antifascista ETA, misma que ha concluido azarosa pero exitosamente los componentes de Desmovilización y Desarme de su proceso de DDR, faltando por tanto únicamente el tercer componente, el de la Reinserción, mismo que por sus características no puede ser unilateral como los dos anteriores.
Y es que precisamente, haría falta mucha empatía y mucha bondad para poder afrontar ese tercer componente por parte de quienes desde siempre han apostado por la violencia. Porque bondad y empatía es lo que se requiere para permitir a los deportados y a los exiliados volver a casa, bondad y empatía es lo que se necesita para permitir que los presos puedan acceder a las medidas humanitarias propias del sistema penitenciario español -ya no se diga el europeo-, bondad y empatía es la que se necesita para implementar un modelo de justicia transicional que resuelva de la mejor manera la demanda por parte de las víctimas para la resolución de los llamados 'casos pendientes'... mucha bondad y empatía es la que se necesita para que niños y adolescentes vascos ya no tengan que perder su infancia y adolescencia en carreteras y salas de espera de centros penitenciarios.
Ahora bien, en el caso catalán, sería bueno que Carmena explicara a qué empatía y bondad se refiere cuando hay hoy personas presas o exiliadas por haberse atrevido a colocar urnas para que los catalanes pudieran expresar su sentir con respecto a ese algo "muy pobre", por lo que fueron apaleados brutalmente con la venia de un monarca que pocas horas después desplegaba su imagen en millones de televisores defendiendo la potestad de Madrid para defender su integridad territorial de la forma que fuese necesaria.
Así que no Carmena, no es suficiente con decirlo, se necesita delinear detalladamente como es que el españolismo de izquierda va a mostrar los mínimos de empatía y bondad en la resolución del conflicto territorial, conflicto que nada tiene de sustentación "pobre" pues se basa firmemente en los principios democráticos que dan cuerpo al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de la ONU, derechos que en el caso de Euskal Herria y Catalunya están plenamente avalados por tratarse de naciones que cuentan cada una de ellas con un pasado soberano, una continuidad tiempo espacio, una homogeneidad cultural, una lengua, una identidad y lo principal, un deseo por parte de su ciudadanía de que su derecho a la autodeterminación sea respetado.
Dicho lo anterior, compartimos este artículo de Naiz con nuestros visitantes:
La exalcaldesa de Madrid indica a NAIZ que «la empatía es necesaria e imprescindible» para resolver los conflictos en Catalunya y Euskal Herria pero matizando que el derecho a decidir como bandera en sí misma «es algo muy pobre». «Nuestra democracia no funciona como debería», consideró en su visita al Centre Blanquerna.Daniel GalvaliziLa que supo ser la estrella del progresismo madrileño durante sus años como alcaldesa de la capital del Estado visitó este martes noche el Centre Cultural Blanquerna en una jornada especial. No fue adrede sino meramente el destino, pero el coloquio que tuvo anoche a Manuela Carmena como protagonista en la Delegación del Govern de la Generalitat ocurrió el mismo día en que los presos independentistas catalanes salieron de la cárcel para declarar en una comisión del Parlament sobre la aplicación del 155, con todo el peso simbólico que ello representa.Acompañada por el filósofo Josep Esquirol, Carmena habló ante un auditorio abarrotado en el subsuelo del emblemático centro cultural de la avenida Alcalá, en cuyo edificio, unos pisos arriba, se reúne el president de la Generalitat o los consellers cuando visitan Madrid. Es el mismo sitio que atacaron en 2013 miembros de La Falange, provocando destrozos y agrediendo a diputados.La exalcaldesa -que ganó ampliamente las elecciones municipales de mayo pero no pudo ser reelegida por sumar mayoría las derechas- ha dicho públicamente que no va a volver a la política electoral y que su nueva plataforma cívica Cuidar la Democracia busca impulsar el diálogo entre ciudadanos fuera de las instituciones.Alejada del Más País de Errejón –ya dijo que no está afiliada «a nada»–, Carmena viene de estar en otro coloquio en Barcelona esta semana, en una serie de apariciones públicas en las que aprovecha para presentar su libro “A los que vienen”, publicado a fines del año pasado.Tras el acto, Carmena habló en exclusiva con NAIZ y opinó sobre la cuestión vasca y catalana. Durante el coloquio, Carmena hizo varias veces referencia a la necesidad de empatía, y preguntada sobre si ese valor está siendo echado en falta a la hora de abordar los conflictos en Catalunya y Euskal Herria, respondió: «La empatía es necesaria siempre para resolver los problemas, es un instrumento necesario e imprescindible, y para esos dos casos, sin duda». Asimismo, quiso enfatizar que «la empatía es doble, no solamente por una parte del conflicto».Escucha y vozCon respecto al derecho a decidir, se mostró más escéptica: «Es muy compleja la pregunta, hay que tener en cuenta todas las estructuras y lo que significan en su conjunto». Para Carmena, el derecho a ejercicio la autodeterminación «no» alcanzaría para resolver el conflicto. «Es algo muy pobre, porque es simplemente una afirmación, habría que tener en cuenta mucho más la naturaleza del problema y no simplemente recurrir a algo que es una expresión que ha sido casi, diríamos, un eslogan de movilización».Manuela Carmena respalda el diálogo ente el gobierno del Estado y el movimiento independentista anunciado en Catalunya porque «para resolver un problema siempre es necesaria una escucha de unos y otros y que tengan voz, sin duda».Preguntada sobre el rol de la izquierda española y si está preparada para un proceso de resolución real del conflicto territorial, dijo la exalcaldesa que «el tema es complejo porque la izquierda es muy ambigua y tiene muchas características distintas».«Creo que lo importante, la gran diferencia que puede haber entre una idea de la derecha y una de la izquierda, es que la izquierda debe siempre tener más capacidad de resolución del conflicto que la derecha», recalcó.Bondad y democracia
Previamente, durante el coloquio titulado “Bondad, proximidad y resistencia”, en el marco del Ciclo de Diálogos del Centre Blanquerna, la referente de la izquierda madrileña señaló que la democracia española «no funciona como debería funcionar».Carmena lo dijo en referencia a la participación de los sectores populares en la vida política y la calidad de las campañas. Citando como ejemplo el barrio sevillano 3.000 Viviendas, que ostenta el récord de abstención en las generales en todo el Estado, reflexionó: «Los que menos votan son las personas más vulnerables, y eso significa que no se ha logrado la proximidad necesaria».Con un discurso que evitó definiciones polémicas y tuvo un prisma filosófico, la exmilitante del PCE hizo hizo hincapié en la necesidad de «reivindicar la bondad en la política» como una de las «atribuciones imprescindibles» para un político.«Se ha despojado la idea de la bondad (de la política) y se la ha negativizado», opinó, recordando que durante sus años como magistrada (su primer trabajo como jueza fue en la isla canaria de La Palma y en 1984 se trasladó a Madrid) ella conoció «el mal»: «Los jueces no juzgamos ideologías sino acciones pero yo he tenido gente delante que sabía que era absolutamente mala».Además, ha alertado por la propagación de la cultura del miedo, que ya se ve «en muchas ciudades que no son Madrid». «Podemos perder la proximidad por el miedo, que es una estructura de desaproximación del otro», advierte.«Cosas que pasan»Al concluir el coloquio, Carmena pasó media hora firmando libros de su autoría y accediendo a las ‘selfies’ que le pedían muchos de los que estuvieron presentes escuchándola. Uno de ellos, un joven que le expresó su admiración, la despidió relatándole la gran pena que sintió cuando no pudo renovar el mandato de alcaldesa. «Bueno, cosas que pasan», respondió ella en tono suave, quitando hierro al asunto, inmutable en ese modo sencillo y alejado de la crispación que ya parece tan lejano en el actual Madrid.
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