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viernes, 31 de enero de 2020

El Burofax de Abascal

Pobre alma en pena la de Santiago Abascal quien ha tenido la ocurrencia de colocarse a sí mismo, vía Twitter, en el radar del profesor Àlex Ribes quien desde su blog Societat Anònima le ha puesto como lazo de cochino.

Lean ustedes:


Àlex Ribes

Estimado, o no, Santiago y cierra España:

Así me gusta. Me encanta que protestes por un tema tan importante como escribir tuits. Como todo el mundo sabe, los filósofos que inspiraron la Ilustración y los padres de la Constitución americana lo dejaron claro en sus escritos: uno de los derechos fundamentales, junto al derecho a la vida, a la alimentación o a la libertad, es el derecho a tener cuenta de Twitter. Así lo dice la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Constitución Española y el Manual del Buen Cuñado. Si es que no sé dónde iremos a parar con tanto progre preocupado porque los padres sean considerados, por los siempre ponderados políticos de VOX, propietarios de sus hijos y les pongan un pin parental. Yo reclamo también un pin marital. Ya sé que lo inventaron en la Edad Media y que se llamaba cinturón de castidad pero si lo pides tú, con esa imagen de macho ilustrado y culto que gastas, seguro que nadie lo nota y en poco tiempo nos sentiremos orgullosamente feudales.

Que digo yo que si crees que tener cuenta en Twitter es un derecho fundamental, también deberías reclamar tener cuenta en Netflix, HBO, Amazon Prime Video, Apple TV y Rakuten TV. ¡Todos tenemos derecho a divertirnos! ¡Lo dice la Constitución en algún artículo! Al fin y al cabo, tú con el 155 te lo pasas mejor que Ortega Smith en la fiesta del pijama rojigualda. Por cierto, ya que estamos en este proceso de reivindicación tuitera, deberías reclamar también como derecho fundamental el de tener una suscripción gratuita a una web porno. Siempre he pensado que el libro de medio natural se queda corto y que algo de pedagogía nunca va mal.

De todas maneras, de tu tuit lo que más me ha gustado es lo del burofax. Los mensajes de humo parecen poco agresivos. Con un burofax seguro que los de Twitter se acojonan. Ya verás qué divertido cuando lo reciba el becario millennial y un boomer le explique lo que es un fax (¿millenial? ¿Boomer? Se nota que soy padre de una hija preadolescente). De todas maneras, no te extrañe que en justa correspondencia Twitter te responda con una paloma mensajera.





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