Un blog desde la diáspora y para la diáspora

viernes, 17 de enero de 2020

Cronopiando | Fuera el Clientelismo

Desde su trinchera en Facebook nuestro amigo Koldo Campos abre fuego en contra de los arreglos clientelares a que dan paso las corruptelas institucionales en la CAV:


Koldo Campos Sagaseta | Cronopiando

No comparto del todo la iniciativa de la organización de consumidores Facua Euskadi de que no se cobre la televisión en las habitaciones de los hospitales públicos porque su gratuidad solo es un aspecto de un problema más complejo al que deben enfrentarse las personas ingresadas. En cualquier caso, menos me identifico con la estúpida respuesta del Departamento de Salud del Gobierno Vasco aduciendo que el servicio previo pago no contraviene “ningún principio de la legislación de ordenación sanitaria”.

Ignoro si el sentido común y el respeto son principios de la legislación de ordenación sanitaria pero el negocio de las televisiones en las habitaciones de los hospitales dista mucho de ser un “servicio adicional de confort de tipo hostelero para generar una estancia más agradable”.

Ya de entrada, hay una sola televisión por habitación, o lo que es lo mismo, una televisión por cada dos ingresados, cuya sintonía y volumen decide el paciente que primero contrata el servicio que también puede ser el único que lo contrata. El servicio “hostelero que nos genere una estancia agradable” no está personalizado con lo que si una persona ingresada necesita cierta paz y silencio en su entorno (caso que suele ser habitual en un hospital) va a tener que soportar el programa que haya puesto el vecino, tormento que, a veces, resulta insoportable. Por más que en los hospitales siempre que me preguntan por mis alergias les digo que a Tele-5, poco importan esas fobias mías si el compañero de habitación (solo es un ejemplo) no puede perderse a la Patiño o a la Esteban hablando mierda constantemente. Ni siquiera te queda el recurso de la huida porque estás en un hospital.

ISERN.SA tardó veinte años e innumerables quejas en sustituir sus aparatos de bolsillo colocados casi en el techo de las habitaciones para ingresados que, por razones de edad, suelen tener problemas de audición y de vista, por pantallas algo más grandes, pero siguen cobrando los mismos abusadores precios, siguen robando al consumidor el tiempo que no gastan en sus tarjetas porque han desaparecido en muchos centros las máquinas que devolvían el dinero y siguen desentendiéndose de las quejas de los ingresados que no quieren ver ni oír televisión, entre otras razones porque ISERN.SA y otras empresas semejantes se deben al negocio que les procuran sus contactos en el Gobierno Vasco y sus instituciones y les importa un carajo la “estancia agradable” de los pacientes.

Lo que indigna es que las mismas sinrazones también las haga suyas el Gobierno Vasco.

Yo recomiendo sabotear el negocio de las muchas maneras posibles: armando un lío y pidiendo el traslado a una habitación individual a salvo de la programación de tu colega (dañando el funcionamiento de la TV, llevándose una radio y poniéndola al mismo volumen que la TV del vecino…) A su criterio e imaginación queda. Eso sí, no se molesten en enviar sus quejas al Departamento de Salud porque ahí no hay nadie que oiga y menos que cumpla.

(Preso politikoak aske)





°

No hay comentarios.:

Publicar un comentario