Saliéndonos un poco de nuestra temática habitual, nos ha parecido imporante compartirles este reportaje de Deia que arroja los reflectores sobre la conceptualización de la vivienda pública en la Comunidad Autónoma Vasca:
‘Housing the Basque Country’ resume 37 años de vivienda pública en Euskadi y revela el papel de las promociones de VPO en el diseño urbano y socialBeatriz SotilloCasi 115.000 viviendas públicas distribuidas por los tres territorios de la CAV, de las que más de 87.000 son de protección oficial, parecen un bagaje suficiente para analizar la forma en que el Gobierno vasco ha cubierto en los últimos 37 años las necesidades de vivienda de los ciudadanos y apuntar los cambios que debe afrontar para cumplir con el mandato de la ley vasca. Los arquitectos Luis Suárez y Asier Santas, comisarios de la exposición Housing the Basque Country, usan la retrospectiva sobre las distintas promociones de vivienda pública construidas en Euskadi desde 1981 para apuntar hacia el futuro y aseguran que “la innovación y la flexibilidad” deben guiar las próximas construcciones de promoción pública.La vivienda pública construida en Euskadi no solo ha dado respuesta a una necesidad social sostenida en el tiempo y acuciante en muchos momentos, sino que ha configurado el diseño de las ciudades y marcado el ritmo de la renovación urbanística. “Si una persona consigue una vivienda pública tiene asegurado parte del espacio habitual que habita, pero parte de la vivienda trasciende la ventana y va más allá, el espacio inmediato de los edificios es aquel en el que acabamos relacionándonos y donde se genera la sociedad. La vivienda pública -señala Asier Santas- no solamente se hace de puertas adentro, también de puertas afuera. En las promociones realizadas en los años 80 y 90 el proyecto de vivienda se pensaba en todas las escalas, desde la escala de la manilla de la puerta hasta la del parque, porque eran promociones del orden de 200 viviendas y con eso ya haces ciudad”. “Sin embargo -añade Santas-, a principios del siglo XXI hay una especie de divorcio entre la vivienda pública y la ciudad, porque el diseño de la ciudad se hace desde el urbanismo y a partir de modelos como, por ejemplo, los que vemos en Vitoria -Lakua, Zabalgana y Salburua-, donde las parcelas se van construyendo con proyectos particulares y en unas extensiones que podríamos calificar de no identitarias. Nosotros entendemos que la vivienda pública no es solamente el esfuerzo por cumplir una normativa, sino también el acuerdo entre arquitectos, promotores, políticos y ciudadanos, entendiendo que de esa forma se hace ciudad”.Los comisarios de la exposición recalcan que las promociones de vivienda pública “se levantan sobre un planeamiento urbano previo en el que han intervenido políticos, urbanistas, propietarios de suelo, instituciones, etc.” y que eso limita la actuación del arquitecto, que -recuerda Suárez- “se tiene que circunscribir a una determinada parcela y trabajar con muchos elementos que están fuera de su control”.EvoluciónAún con ese limitado margen de maniobra, los responsables de los treinta ejemplos de viviendas públicas seleccionadas han hecho su aportación a la Arquitectura y la evolución urbana del País Vasco. Asier Santas explica que su interés primordial para llevar esas 30 promociones a la exposición son “los puntos de vista arquitectónicos” y añade que, “en ese sentido, las plantas y las distribuciones de la vivienda pública apenas han variado”. “Nos atreveríamos a decir que antes eran mejores porque si comparamos la primera de las promociones presentadas, la de El Casal, que es de 1981, con la última, que es la de Bolueta, se descubre que la primera está más próxima a la eficacia, al aprovechamiento superficial y al buen funcionamiento, mientras que la otra en realidad no supone ningún avance”. En opinión de Asier Santas, “la distribución de la vivienda no se ha adaptado a la complejidad de la sociedad, mientras que casi todas las mejoras han venido del mundo de la Ingeniería y no de la Arquitectura”. “Ahora las viviendas son passivhaus, tienen todo tipo de sistemas domóticos, instalaciones de última generación, consumo cero, paneles solares, desarrollo sostenible... la vivienda ha mejorado desde el punto de vista de las instalaciones, pero no en conceptos tan importantes para nosotros como la flexibilidad, la adaptación a la historia de la familia que la habita o las posibilidades de cambio, y queremos aprovechar la exposición para reivindicar que si bien ha habido algunos avances, hay otros muchos que todavía están por venir”.Luis Suárez añade que los hacedores de vivienda pública se enfrentan a “un cambio de paradigma”. “Si hasta ahora las administraciones han tratado de cumplir con el mandato constitucional de construir viviendas dignas y adecuadas para todo el mundo, de facilitar que todos tengan acceso a la vivienda, creemos que el siguiente paso consiste en proveer hogares para cada uno, porque los modelos sociales han cambiado, los recursos son distintos, la sociedad de ahora no es la misma que la de hace 50 años, por lo tanto la vivienda no puede ser la misma, hay una búsqueda constante de la innovación y la flexibilidad. Del vivienda para todos hay que pasar a pensar en cómo construimos hogares para cada uno”.Según Asier Santas, el cambio en la política vasca de vivienda pública que gradualmente dejará de ir dirigida a la venta para centrarse en el alquiler es un argumento más a favor del diseño de viviendas más flexibles y versátiles. “El cambio de fórmula que pretende el Gobierno vasco hacia una vivienda en alquiler significa que el que la habita seguramente estará ahí durante un periodo corto de tiempo y luego, cuando pueda, irá a la vivienda libre. Así, después de ese inquilino vendrá otro, con otras circunstancias, puede ser una familia, una pareja de ancianos, un estudiante..., y la vivienda en sí misma tiene que ser capaz de adaptarse”, argumenta Santas.La exposiciónEn Housing the Basque Country -una muestra que se inaugura mañana en el Bizkaia Aretoa y permanecerá abierta hasta el 30 de junio- se podrá ver una selección representativa de la vivienda pública construida desde que en 1981 el Gobierno vasco asumió las competencias en esa materia y relevó al Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU). De entre los centenares de promociones construidas en esos 37 años, los comisarios han seleccionado 30 proyectos representativos y significativos: “los criterios de selección han sido muchos, desde la localización de las promociones, el avance técnico que puedan conllevar algunas de ellas, el desarrollo tipológico, la atención a los textos normativos y cómo las viviendas se van transformando para seguir los dictados de esas normas... todas las viviendas y promociones representadas son singulares por algo, pero además son importantes por el discurso que ayudan a construir, son complementarias entre ellas y cada una cuenta algo”, explica Luis Suárez.La vivienda que se analiza en la exposición es la que ha promovido directamente el Gobierno vasco -la de protección oficial- y también aquellas que ha apoyado con distintas fórmulas, como las viviendas concertadas, tasadas y sociales. Un esfuerzo que ha dado como resultado un parque de más de 114.00 viviendas entre las que destacan las VPO (87.212) y las viviendas sociales (16.799). “Un universo residencial muy amplio, muy complejo y también disperso”, según resume Luis Suárez.
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