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viernes, 27 de octubre de 2017

El Puente Diplomático Moscú-Barcelona

Los mandamases de la oligarquía española, santa patrona tanto de Felipe Borbón y Franco como de sus achichinles en los partidos políticos "unionistas" están muy molestos con la decisión por parte de Moscú de tender un puente diplomático con Barcelona.

Y es que mientras las declaraciones por parte de diferentes gerifaltes tanto de los estados centrales europeos como de las instituciones supranacionales del Viejo Continente paracen estar alineadas con los intereses españoles, es obvio que hay quienes ya exploran vías alternativas para dar salida al estancamiento.

Por cierto, desde América Latina le recordamos a españolazos y españolitos que eso del reconocimiento es bastante relativo y no tiene nada que ver con los procesos fast track que se han dado con respecto a ciertas declaraciones unilaterales de independencia (DUI) que se generaron a partir de el colapso de la Unión Soviética, reconocimientos inusualmente veloces si se toma en cuenta cuanto tardaron en llegar para las diferentes naciones americanas desde que los procesos de independencia iniciaran con Haití y culminaran con Cuba. Y ya ni hablar del reconocimiento de ese abominable engendro europeo implantado por la fuerza en el Levante conocido como Israel, estado artificial como pocos, sin justificación histórica, identitaria o cultural alguna, como no es el caso de la mencionada Catalunya o de otras naciones sin estado como Euskal Herria, Corsica, Breizh o Escocia.

Dicho lo anterior, les invitamos a leer esta artículo publicado en El País:


Medóev llegó a Barcelona el lunes con una agenda privada, se reunió con empresarios y abrió una oficina de interés de Osetia del Sur

David Alandete

Uno de los políticos afines a Vladímir Putin, fundamental en la estrategia rusa de anexionarse territorios de antiguas repúblicas soviéticas, ha visitado Barcelona esta semana con la intención de establecer lazos entre la órbita del Kremlin y una posible Cataluña independiente, según fuentes de la inteligencia española. Dimitri Medóev, funcionario osetio afín a Moscú y ministro de facto de Exteriores de la república irredenta de Osetia del Sur estuvo de visita oficial en Cataluña lunes y martes y abrió una oficina para establecer relaciones bilaterales.

Medóev llegó a Barcelona el lunes con una agenda privada, se reunió con empresarios y abrió una oficina de interés de Osetia del Sur (53.000 habitantes) para “promover las relaciones bilaterales en el campo de los asuntos humanitarios y culturales”, según anunciaron ayer medios públicos rusos, como el portal Sputnik. Estos citan a Medóev en el acto de inauguración de esa nueva embajada, recalcando el paralelismo entre el caso catalán y el de las repúblicas prorrusas teóricamente independientes y en realidad anexionadas por Moscú: “Hace 26 años, el propio pueblo de Osetia del Sur llevó a cabo los mismos pasos políticos decisivos en el camino hacia la formación de su propio Estado”.

Osetia del Sur y Abjasia (240.000 habitantes) proclamaron su independencia de Georgia en los noventa y, un cuarto de siglo después, solo han sido reconocidas como Estados por Nicaragua, Venezuela y, por supuesto, Rusia, que lo hizo en 2008 tras haber asistido logística y militarmente en su emancipación. En 2014, Rusia y Abjasia firmaron un acuerdo de cooperación para crear agrupaciones militares y policiales comunes. Según cálculos del Gobierno de Georgia, Moscú cuenta con 10.000 soldados propios repartidos en Abjasia y Osetia del Sur.

El ministro de facto Medóev visitó antes de Cataluña las regiones italianas de Lombardía y Véneto, justo cuando celebraban un referéndum para pedir a Roma más autonomía. Allí Medóev se reunió con diversas autoridades regionales y locales. Ni el Gobierno catalán ni las autoridades separatistas de Osetia del Sur confirmaron o desmintieron ayer si hubo alguna reunión con altos funcionarios o legisladores catalanes.

El 25 de septiembre, antes de la celebración del referéndum ilegalizado por el Tribunal Constitucional, las autoridades separatistas de Osetia del Sur emitieron un comunicado en el que pedían respeto “al derecho de soberanía de la ciudadanía de Cataluña” y advertían de que “la represión y los dobles raseros son inadmisibles”.

Rusia no solo ha apoyado la ruptura de Georgia cuando ese país de 3,7 millones de habitantes se acercaba a Occidente. Hizo lo propio en 2014 con Ucrania (42,5 millones de habitantes) al anexionarse directamente la península de Crimea cuando aquel país depuso a sus gobernantes prorrusos.

Guerra digital

En años recientes, Rusia ha invertido una gran cantidad de recursos en medios propagandísticos como RT y Sputnik y en una verdadera guerra digital en redes sociales con la que ha fomentado divisiones en las elecciones de Estados Unidos el año pasado y Francia y Alemania en este. Según publicó EL PAÍS, perfiles prorrusos con gran seguimiento en las redes sociales han compartido informaciones a favor de la independencia de Cataluña en semanas pasadas, en algunos casos haciéndose eco de noticias falsas o manipuladas.

Junto a temas habituales en las redes informativas prorrusas, como Ucrania, Donald Trump o Siria, desde septiembre se ha colocado de forma frecuente Cataluña y todo lo que tiene que ver con el proceso de independencia, según las herramientas de medición digital de la Alianza para Asegurar la Democracia, un proyecto creado por el German Marshall Fund después de que las agencias de inteligencia norteamericanas comenzaran a investigar la influencia de Rusia en la elección de Donald Trump.

De la visita de Medóev sólo ha trascendido su reunión con empresarios rusos y osetios y la apertura de esta especie de embajada desde la que se van a fomentar, según el alto funcionario, las relaciones entre Cataluña y Osetia del Sur. El actual presidente de la república irredenta, Anatoly Bibilov, ha manifestado en repetidas ocasiones que su Gobierno sopesa la posibilidad de entrar a formar parte de la federación de Rusia y Bielorrusia, consumando lo que para muchos es una anexión con efectos similares a la de la península de Crimea.
Doble juego diplomático de Rusia

Aunque la diplomacia rusa ha mantenido públicamente que considera la crisis catalana un asunto estrictamente interno de España, el presidente ruso ha sido mucho más crítico. Vladímir Putin ha acusado a Europa de haber fomentado “de forma irreflexiva” y “sin reservas” la secesión de Kosovo, provocando ahora procesos similares en otras regiones. Para Putin, que hizo esas declaraciones en un foro político en Sochi la semana pasada, Kosovo fue la caja de Pandora de problemas posteriores. Al apoyar la independencia de Kosovo, “países prósperos y formados” como España habían puesto en riesgo “su frágil estabilidad”.

“Había que haber pensado antes sobre esto. ¿Acaso nadie conocía la existencia de contradicciones semejantes que se han prolongado durante siglos en el interior de la misma Europa? ¿Lo sabían, verdad? Lo sabían. Pero en otra época, de hecho, aplaudieron la desintegración de varios Estados, sin ocultar su alegría por ello”, dijo Putin. En realidad, España no ha reconocido hasta la fecha la independencia de Kosovo.






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