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miércoles, 16 de enero de 2008

1,400 Generaciones Hablando Euskera

Nuestro amigo Javier nos hace llegar la siguiente reflexión y artículo.

Primero les presento su reflexión con respecto a la logevidad del euskara:

Dicen en National Geographic que el euskera, la lengua de los vascos, nuestra lengua, se habla desde aproximadamente 35,000 años antes de Cristo.

Es tanto tiempo que no puedo evaluar en su justa medida este tiempo.

Dividiendo 35000 años / 25 años por generación, resultan 1400 generaciones seguidas de presencia vasca en EUSKAL HERRIA, seguramente aquel euskera seria un idioma con diferencias al de hoy pero pues seria origen del actual. El romance, que seria el padre del castellano parece que se empieza a hablar en el siglo X, han pasado por tanto alrededor de 1000 años, que serian 40 generaciones. Si pensamos que del descubrimiento de América han pasado apenas 500 años, 20 generaciones , y aun no existía España como tal ... ¡¡¡¡vaya proporciones…!!!!

Les recomiendo que visiten la página de National Geographic que contiene esa información (la página en cuestión está en inglés).

Aquí les presento el artículo que Javier anexó a su comentario:
El euskera Arcaico, Extensión y Parentescos
Luís Nuñez Astrain | Editorial Txalaparta
Razones de la conservación del euskara. Es obligado decir algo de por que el euskera pudo ser una de las pocas lenguas preindoeuropeas que aguantaron la inundaci6n indoeuropea antigua, la prelatina, aquí aproximadamente un milenio antes de Cristo, siendo así que la gran mayoría de aquellas lenguas sucumbieron o se debilitaron gravemente ante ella. Esto en primer lugar.
Y en segundo lugar por que pudo ser además casi la única lengua prelatina que aguantó la inundación latina en los siglos que rodean al cambio de milenio, cuando las demás, salvo el celta del sur británico, sucumbieron a esa inundación.
La latinización no fue en realidad sino la fase final del largo proceso de indoeuropeización por lo que respecta al sur y oeste de Europa. Con la desaparición del ibérico, el euskera quedó rodeado para siempre por lenguas indoeuropeas y, concretamente, latinas.
La caída del Imperio romano de occidente es clave en nuestro tema ya que, por un lado, es ella la que permite la salvaguarda del euskera y, por otro, es ella la que con el tiempo dará origen a romances como el francés, el castellano y otros . Si el imperio se hubiese mantenido, la dialectalización del latín habría sido mucho mas lenta y en consecuencia muy diferente , pero además el euskera habría sido laminado por el latín imperial en unos pocos siglos , como fueron laminadas todas las demás lenguas.
Parece clara la poca potencia irradiadora del latín por parte de la principales ciudades romanas de la época en tierra vasca , las dos Iruñas (Pamplona en Navarra e Iruna de Oca en Álava) y Lapurdum (en los alrededores de Bayona).
Respecto a Pamplona, tanto Menendez Pidal como Gonzalez Olle escribieron que esa ciudad romana no pudo ser factor de latinización porque en ella se ha hablado euskera hasta hace poco. Con o cual la pescadilla de la explicación se mordería la cola: allí el latín no pudo con el euskera porque el euskera pudo con el latín.
La intensidad de la romanización fue en tierras vascas muy variable según comarcas y, como veremos en otro lugar, en las costeras y montañosas fue muy débil, quedando allí un amplio territorio libre para el euskera, pues apenas les llegó ese influjo romano que avanzaba de este a oeste tanto al norte de los Pirineos como al sur.
Escribió Mitxelena en «Sobre el pasado de la lengua vasca» de 1964:
La principal defensa de la lengua estuvo sin duda no en la fuer­za sino en la misma debilidad e insignificancia militar y econó­mica del país y de sus gentes. El retraso cultural, en contraste con lo que ocurrió en zonas mas progresivas, hizo mucho menos seductora la atracción del latín. Y el genero de vida primitiva y rústica que en el se conocía no era adecuado para provocar la inmigración de gentes de habla latina, acostumbradas a otros modos de existencia. Finalmente, no hay que olvidar que el Atlántico no tenia entonces la importancia que después adqui­rió y, por otra parte, falta toda prueba de que nuestros antepa­sados tuvieran vocación y destreza como marinos y pescadores.
En todo caso, el tiempo actuó eficazmente en favor de la lengua, cuya supervivencia en algunos momentos tuvo que parecer extre­madamente dudosa. Con el largo periodo de anarquía que se abre con la muerte de Alejandro Severo (235 d.C.), el equilibrio siempre inestable entre la ciudad y el campo va siendo sustitui­do por el predominio cada vez mayor de este. Las ciudades se debilitan y el Imperio se ruraliza y, con la ruralización, la lengua del campo (el euskera en nuestro caso) va recobrando el terreno per­dido a la lengua de la ciudad (el latin en nuestro caso).
Pero lo que decide el porvenir de la lengua, como ha tenido el acierto de señalar Caro Barola, no es la época romana, sino el periodo posterior. La romanización lingüística de Galia e Hispa­nia no se interrumpe con las invasiones (de los godos), sino que prosigue y se consolida definitivamente entonces. Los vascos, por el contrario, que aceptaron la dominación romana sin mayor resistencia y se ganaron así sin duda un lugar cómodo para vivir dentro del nuevo orden político (el romano), se niegan radical­mente a admitir, 'ni siquiera teóricamente' dice Caro Baroja, el dominio de visigodos y francos. Las causas de esta rebeldía, que se mantuvo pertinazmente durante siglos, seguirán siendo ocultas para nosotros, pero no así sus consecuencias, que todavía hoy saltan a la vista.
Con estas «consecuencias» Mitxelena alude, con su habitual estilo elíptico, muy precisamente al mantenimiento del euskera.
La frase de Caro en 1943 había sido:
Una de las causas por las que en el norte se conservo la lengua vasca fue que nunca estuvo sometido al poder de los monarcas godos.
El Atlas de historia mundial editado por el periódico inglés The Times -Lo mismo que otros- refleja bien la insólita posición de independencia relativa de los vascos en el Slglo VI tanto respecto a los francos del norte como a los visigodos del sur. Es a esa época a la que el lingüista Mitxelena atribuye el euskera común, o sea, el punto de partida­ original de 105 actuales dialectos vascos.

Fuente: The Times AtIas of World History /y. pag. 99. (Tomado de I. Intxaustl, Euskara, euskaldu­non izkuntza pag 54)




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