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domingo, 25 de agosto de 2019

Un Alegato Contundente

Desde Kaos en la Red traemos a ustedes este reportaje de Carlos Aznárez en el que aborda las declaraciones por parte de Iñaki Gil de San Vicente y Eduardo Soares con respecto a lo que representa el grupo del G7:


Carlos Aznárez

La Contracumbre que se está celebrando en la localidad vasca de Irún, con ramificaciones en Hendaya y Urruña, a pocos kilómetros de Biarritz, donde este fin de semana deliberará el G7, reúne a más de un centenar de organizaciones sociales, políticas y sindicales que nuclean a numerosos militantes antiglobalización, antiimperialistas y anticapitalistas. Son convocantes  las plataformas G7 Ez (G7 No) y Alternatives G7, de la que forma parte la campaña ‘No a los Tratados de Comercio e Inversión’ y Ecologistas en Acción.

Cabe señalar que Irún y Hendaya prácticamente están tomadas por cientos de efectivos policiales que no solo se estacionan frente al inmenso recinto  de FICOBA, donde delibera la Contra Cumbre sino que constantemente patrullan las calles y solicitan documentación a quienes consideran «sospechosos» de no se sabe qué. Lo mismo ocurre en toda la frontera y localidades que rodean a Biarritz (ciudad vasca bajo dominio francés), donde 14 mil efectivos policiales, militares y tropas de elite se esmeran en proteger del «terrorismo» a los terroristas de Estado que se reunirán allí para determinar como sigue eso de explotar, hambrear y reprimir a los habitantes de los países del Tercer Mundo.

Pero a pesar de los anillos de seguridad, miles de jóvenes acampan en los alrededores de Irún y todos los días se trasladan al recinto de deliberaciones. Allí precisamente, en el primer día de conferencias y bajo el auspicio de la organización internacionalista vasca Askapena, se desarrolló este pasado miércoles un conversatorio en el que participaron el intelectual y militante independentista vasco Iñaki Gil de San Vicente (colaborador permanente de Resumen Latinoamericano) y el referente de la Gremial de Abogados y Abogadas de Argentina, Eduardo «Negro» Soares, quien también es dirección de la organización Convocatoria Segunda Independencia.

Ambos abordaron el tema de la actual ofensiva imperialista en el marco de la multipolaridad mundial. Soares se refirió a la situación de Argentina, señalando a modo de presentación que «20 millones de argentinos están bajo la línea de pobreza, el país se ha ido degradando compulsivamente con este y con anteriores gobiernos que abrevan en la democracia burguesa». Más adelante, Soares señaló que «nuestras propias clases dominantes, incluido sectores que se definen como progresistas, se han embanderado diciendo que tienen políticas y proyectos nacionalistas, nosotros decimos que eso es un contrasentido, que el nacionalismo implica ser anticolonialista y antiimperialista, y salvo que nos den otra definición, cosa que no creemos, recordemos que el imperialismo es la fase superior del capitalismo. Entonces por eso decimos, que si se es coherente con una lucha revolucionaria, con una lucha para lo toma del poder y cambiar de raíz a una sociedad, se tiene que ser antiimperialista y anticapitalista al mismo tiempo».

Luego, Soares apuntó que desde Europa «se nos dice que se puede luchar contra el capitalismo sin tomar el poder, que se pueden construir poderes paralelos, pero todo eso confluye en el poder real, el poder de decir: nos hacemos del poder del Estado para construir otro tipo de sociedad. Frente a eso, nosotros coincidimos con Lenin cuando dijo «salvo el poder, todo lo demás es ilusión».

Puntualizó que en los años 60 y 70 la militancia latinoamericana no tenía dudas y sabía que «peleábamos por la toma del poder y construir el socialismo», pero de 40 años para acá, las sucesivas derrotas de nuestros pueblos han servido para que nos quieran hacer creer que hay formas alternativas que reemplazan la toma del poder por otro tipo de situaciones. Nosotros no queremos ser eso, y no lo queremos porque la historia nos interpela señalando que solamente desde el control de las estructuras del estado se puede llevar adelante un proceso de liberación nacional sino también un proceso de liberación social».

Luego recalcó que hay, en varios sitios de América Latina, donde los pueblos han decidido decir basta ya y están luchando por todos los métodos posibles contra el capitalismo. Condenó además las posiciones reformistas y socialdemócratas, que surgen de los retrocesos que provocan las derrotas, asumidas o no por las organizaciones, y volvió a insistir en la necesidad de plantear la lucha revolucionaria contra el sistema de opresión que asfixia a nuestros pueblos.

Posteriormente, habló Iñaki Gil de San Vicente, quien dijo que el capitalismo ha perdido el control de la situación y trata de disfrazar esa realidad con ofensivas brutales a nivel económico y represivo. También ha fracasado el neoliberalismo, que no sabe como salir de los escenarios que él mismo ha generado y que se han tornado ultra insatisfactorios. Y por último también fracasa el reformismo que trata de ser utilizado como un remiendo pero que no da ningún tipo de soluciones a los problemas de las masas. «Por eso, dijo Iñaki, este G7 que satura a las ciudades con miles de policías y gendarmes, refleja un capitalismo que está indudablemente a la baja»,

Terminó apuntando que de todos modos «si no logramos parar esta ofensiva imperialista con la lucha de los pueblos, la etapa que viene será de más capitalismo salvaje y por muchos años».

Luego de la charla, Gil de San Vicente dialogó con Resumen Latinoamericano y dejó claro varios tipos de respuestas que se están gestando en el mundo contra el avance imperialista. «La fundamental es la recuperación del derecho a la resistencias. Durante un tiempo ha habido toda una ofensiva que señalaba que solamente mediante el pacifismo y los instrumentos de la democracia restringida burguesa puede avanzarse hacia la emancipación, sin embargo, cada vez más hay una reivindicación práctica y teórica del derecho a la resistencia en múltiples formas. No solamente en el sentido más duro y organizado, que todos sabemos cuál es, sino de múltiples acciones masivas, minoritarias, manifestaciones, choques con la policía, okupaciones, recuperación de bienes comunes como son las fábricas abandonadas, y muchas más. Luego, viene una segunda respuesta, que es la de la mujer trabajadora y la de la juventud. Lo acabo de ver en Venezuela, pero sé que se está dando en toda Latinoamérica, que hay una participación de la mujer trabajadora muy intensa. Y lo mismo se da con los sectores juveniles».

Continuó diciendo que en tercer lugar está la necesidad de espacios liberados que anuncien una nueva sociedad socialista, intentos de coordinar formas prácticas económicas y sociales que vayan más allá de la visión reformista de la autogestión, del cooperativismo. O sea, la tendencia a perfilar como tendría que ser una sociedad socialista. Y por último, otra respuesta es que se está planteando ya una lucha parlamentaria desde otros esquemas, más rupturistas, lo parlamentario supeditado a la lucha de clases, a la lucha en la calle y a la lucha nacional de liberación.

«Estos cuatro factores o tipo de respuestas -recalcó- nos llevan a una síntesis: La lucha actual se sostiene en el convencimiento que frente a la visión de que solo había un sujeto, el democrático, el ciudadano occidental, el sujeto de la clase media, ahora se trata del sujeto de los pueblos originarios, de las favelas, de los barrios empobrecidos, de las fábricas recuperadas, de las maquilas, las escuelas que no tienen ni asientos. El sujeto de la humanidad trabajadora».

Las charlas y otras actividades continuarán hasta el sábado en que una marcha que se espera sea multitudinaria repudiará la presencia de los jerarcas del G7.

Coordinada por un militante de Askapena, hablaron el miércoles Iñaki Gil de San Vicente y Eduardo «Negro» Soares.

«G7 Ez» («No al G7»), es la frase que más se ve, escrita en las paredes, en estos días en las calles vascas a ambos lados de la frontera.






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