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jueves, 22 de agosto de 2019

Diyarbakir, Van y Mardin

Se trata de los nombres de las tres localidades kurdas donde el régimen turco ha decidido dar un apretón de tuercas más en contra de un pueblo al que el colonialismo inglés fragmentó en cuatro entidades como castigo a su combatividad y decidida apuesta por la libertad.

Aquí lo que nos reporta El País:


Las manifestaciones de repulsa contra la intervención de los Ayuntamientos por parte de Gobierno central se suceden por segundo día consecutivo

Andrés Mourenza

Más de medio millar de personas han sido detenidas en los últimos dos días en las provincias kurdas de Turquía durante las manifestaciones contra la destitución de los alcaldes de Diyarbakir, Van y Mardin, elegidos hace menos de cinco meses con entre el 54% y el 63% de apoyo, pero a los que el Gobierno acusa de colaborar con el grupo armado PKK. Estos detenidos se suman a los 418 arrestados el lunes dentro de una operación contra el entramado político del PKK.

Las concentraciones de repulsa ante la actuación del Gobierno central se sucedieron este miércoles por segundo día consecutivo en numerosas localidades del país, y nuevamente fueron reprimidas por la policía con chorros de agua a presión y gases lacrimógenos. Las protestas, con todo, no han sido numerosas. En la de Diyarbakir, por ejemplo, la agencia France Presse estimó que no hubo más de 200 manifestantes frente a 500 agentes, pese a que, en el pasado, el Partido Democrático de los Pueblos (HDP), al que pertenecen los alcaldes depuestos, sacaba a la calle a miles de personas, aún más en esta ciudad, capital oficiosa de los kurdos de Turquía.

La razón de esta escasa participación, replicó una fuente de la formación prokurda en declaraciones a EL PAÍS, es que las ciudades kurdas “viven en un estado de sitio”. “Apenas se reúnen 10 personas en la calle se les echan encima 100 agentes. Enseguida te rodean. No hay posibilidad de llevar a cabo una protesta democrática”, aseguró la misma fuente.

La represión de las protestas ha provocado decenas de heridos, aunque no se ha informado de casos de gravedad. Entre los que han tenido que ser atendidos en hospitales hay ocho diputados del HDP, que es la tercera formación del Parlamento turco en número de escaños.

Pese a que la decisión de intervenir los tres principales Ayuntamientos en manos del nacionalismo kurdo ha sido duramente criticada por la oposición turca, la Unión Europea y las organizaciones de derechos humanos, el titular de Interior, Süleyman Soylu, justificó las acciones tomadas por su ministerio basándose en que hay investigaciones abiertas contra los alcaldes afectados por presuntos lazos con los “terroristas”. “No vamos a permitir que la democracia sea usada como un caballo de Troya por quienes apoyan el terrorismo”, dijo Soylu, a la vez que denunció las críticas occidentales como “hipocresía” puesto que, en su opinión, España ha actuado de forma parecida.

La ley de administración local no prevé la repetición de elecciones, que se celebran cada cinco años y en las que se vota, en sobre separado, al alcalde y la asamblea municipal. En los casos en que los alcaldes no pueden continuar en sus funciones —por fallecimiento, enfermedad o destitución—, la ley prevé que sea la asamblea municipal quien elija al sustituto. No parece que este vaya a ser el caso. La primera decisión del gobernador provincial de Van, que ha asumido las funciones de alcalde, ha sido disolver la asamblea municipal, en la que el HDP tenía mayoría absoluta.






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