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sábado, 9 de junio de 2018

Entrevista a Willy Toledo

Con su auto de fe pendiente frente a la Santa Inquisición Borbónico Franquista por su apoyo a la Hermandad del Sagrado Coño Insumiso, el actor Willy Toledo a concedido esta entrevista a Pedro Simón de El Mundo.

Disfrútenla:


El actor ha sido citado el próximo 28 de junio ante la Justicia denunciado por haberse cagado en Dios y en la Virgen. "No pienso ir", dice. "Si tengo que entrar en la cárcel, lo haré"

Pedro Simón

Guillermo Toledo Monsalve es actor.

Conviene decirlo así antes de nada para aclarar que todo lo que suele decir en público este hombre directo, hiperbólico y kamikaze está fuera del guión. No sale en el libreto. No está previsto en la obra.

Entonces, como hablar de su trabajo le «aburre soberanamente», él lo hace de todo lo demás. «Imanol Arias éticamente es un ladrón». «En España hay menos libertad de expresión que en Cuba». «¿Por qué va a ir a la cárcel uno que dice que hay que ponerle una bomba al Rey?». «En el cine español hay pequeños Weinstein y algún día caerán». Y cosas así.

Hoy los actores no son lo que eran. Ni los nombres de las calles.

Al despedirnos, caemos en la cuenta de que el actor que ha sido llevado a juicio por cagarse «en Dios» y «en el dogma de la santidad y virginidad de la Virgen María» nos ha citado en la calle Ave María.

Hoy la izquierda tampoco es lo que era. Ni Lavapiés.

Al irnos ya, reparamos en que esta conversación sobre la libertad de expresión, las ofensas religiosas, Carmena, el acoso sexual en el cine, la depresión, los oprimidos y la cocaína; esta conversación con Willy Toledo, decimos, ha tenido lugar en un pequeño local -ay- llamado Viva Chapata.

Tú fuiste un niño de familia bien...

Yo tengo cuatro hermanos y, cuando nací, mi padre ya era cirujano jefe en el Doce de Octubre y mi madre ya era psicóloga infantil en la sanidad pública. Mi abuelos paternos eran pobres de necesidad, de pasar hambre. Mi abuelo era camionero. Vivía en Tenerife. Un lugar donde aquellos que curraban se iban comprando un terrenito, luego otro terrenito, luego una parcelita. Al final puso una gasolinera en un cruce muy potente, en El Médano. Y le fue bien. Los últimos 30 años de su vida no pasó ninguna necesidad. Mi padre se hizo cirujano de pulmón a base de trabajar desde los 12 años. Lo típico: alguien que quería ser médico y que venía de una familia donde había vivido la pobreza. Luego por parte de mi madre mi abuelo era registrador de la propiedad, según contaba él, en la época en la que no se registraba ni dios. Tenía 10 hijos. No pasaron hambre nunca, pero no sobraba. Él era republicano de derechas. No era franquista, con lo cual no se benefició de los círculos del franquismo.

¿El primer recuerdo de la infancia?

El Médano. El pueblo de pescadores. Un lugar donde yo conocí la libertad en mayúsculas, no había calles asfaltadas, nos soltaban los tres meses de verano en bañador y descalzos, salíamos a las nueve de la mañana y, quitando la comida, no volvíamos a casa como quien dice hasta la cena. Con 10 años. Pescar. Hacer surf. Los primeros besos. Luego están los recuerdos negativos de la infancia...

¿Cuáles son?

Las escuelas tan variadas que recorrí. Me acababan echando de todas. Era muy mal estudiante. Era muy calladito, pero no me interesaba nada de lo que me contaban. Los insultos, los gritos, los castigos... El sistema educativo fue un recorrido jodido para mí. Lo pasé mal. Repetí 2º de BUP. Me fui a EEUU a estudiar un año. Era mucho más fácil. Volví, me inscribieron en un instituto de 3º... No pisé ni un solo día el instituto... Fue mi madre a preguntar: "¿Cómo va Guillermo Toledo?". "¿Toledo? ¿Quién es Toledo? No nos consta". "Pero si está inscrito". "Pues no ha venido". Y ya me puse a currar en mi cosas: camarero, portero de discoteca, en el aeropuerto, en los invernaderos, de mensajero...

Tú has dicho que tu madre te parió dos veces. ¿Cómo fue esto?

La primera es la obvia: salí de su vientre. La segunda fue tras una depresión. Hace cinco años caí en una: cosas personales, una relación, el hecho de estar ya vetado para trabajar... Yo he sido maníaco-depresivo toda la vida. Siempre andaba emocionalmente renqueante, sensible... Y eso me ha jodido. Caí en un pozo en el que no había caído. Me encerré en casa. Y mi madre vino a sacarme, bajo amenaza de llamar a los bomberos.

La señora Teresa amenazando con tirar la puerta.

Ni siquiera le respondía. Ella no sabía si estaba dentro o no. Porque nunca ha sabido muy bien dónde estaba yo. Para mi madre era normal que yo desapareciera un mes; pero no cinco. Ella me sacó de allí, me fui a vivir con ella, me volvió a parir.

¿Cómo sale uno?

Por primera vez en mi vida tuve que tomar medicamentos. Yo los rechazaba siempre. Sobre todo, los psiquiátricos. Había perdido 17 kilos... No comía. Y respiraba porque es el único acto involuntario que existe, si no... Me decía: «Hasta aquí he llegado, no tengo deseo ni ilusión, todo lo que tenía que hacer ya lo he hecho y no me apetece nada: ni teatro, ni cine, ni amigos, ni viajar, ni escuchar música, ni leer».

Si el cero es la derecha y el diez es la izquierda, ¿en qué número de la escala te situarías?

¿9,5?

Tú sabrás.

Sí. 9,5. Teniendo en cuenta que el PSOE estaría en el seis, yo estaría en el 9,5.

Todos conocíamos tu faceta de actor y nada más que esa faceta. Y de repente empezaste a ser otra cosa: un tipo que opinaba de todos los temas políticos inimaginables.

Mis padres siempre han sido de izquierdas. Con los típicos iconos: el Che, Allende, Lenin, Fidel... Siempre sentí una especial sensibilidad con la injusticia. Igual que mi padre. Yo veía los deportes con él. Siempre le preguntaba: «¿Con quién vamos?». Decía: «Con el más débil». Adquirí esa sensibilidad. Yo iba a las manis por entonces. Un día, en 2001, cuando Aznar sacó la Ley de Extranjería, vi una convocatoria de asamblea en Lavapiés. Entonces estaba con Alberto San Juan. Le dije: «Tío, está muy bien que vayamos a las manis y lo del teatro político, pero hay que poner los cuerpos también». Alberto y yo ya éramos actores conocidos, ya había hecho Siete vidas y El otro lado de la cama, fuimos a la asamblea y la gente flipaba. En fin. Ahí entramos. Una cosa lleva a la otra. Y aquí estoy.

¿Por qué te vas de España?

Quería ir a La Habana. Estuve un año. Viví en un apartamentico. Aunque aquí salió que vivía en una mansión del Gobierno, una que está para alojar a mandatarios extranjeros... Un energúmeno llegó a decir en la tele que entraban y salían menores de edad de mi mansión...

¿Por qué vuelves?

Porque ya tenía ganas. Mi familia, mi gente, mi barrio, mi jamoncito... Volví y no me daban trabajo. Así que me fui a Argentina. De los últimos tres años, he estado dos allí.

¿Sigues con que aquí no hay libertad de expresión?

Es obvio. En España hay menos libertad de expresión que en Cuba. Hoy tú puedes ir a la cárcel por cantar, escribir, hacer declaraciones. Está bien que no se permita injuriar ni calumniar, pero en un país con libertad tú deberías poder opinar lo que te dé la gana.

Pero si alguien, al escribir o al cantar, llama a atentar contra alguien o a matar a una persona, ¿no está cruzando una línea roja?

¿Por qué va a ir a la cárcel uno que dice que hay que ponerle una bomba al Rey? Se tienen que juzgar los actos, no las palabras. Los que dicen sentirse ofendidos son los de la Asociación Española de Abogados Cristianos, ultraderechistas que, si pudieran, no me denunciarían, sino que me llevarían a una tapia del cementerio y me fusilarían. Ahora no pueden hacerlo, pero si no los paramos podrán hacerlo; si no lo hacemos, en 20 años habrá una dictadura fascista en toda Europa.

¿Piensas que hay más democracia en países como Cuba o Venezuela que en España?

Sin ninguna duda.

¿Cómo casa eso con encarcelar a la disidencia?

Si la disidencia ha cometido crímenes, por supuesto. Yoani Sánchez, la disidente más famosa de Cuba, no escribe desde Madrid. Sino que escribe mierda y basura desde su casa de La Habana. Nunca le han tocado un pelo, ahí sigue. Es una de las mujeres más ricas de Cuba porque recibe toneladas de dólares de todas partes.

¿Qué va a pasar el 28 de junio, fecha de tu juicio?

Estamos preparando un gran acto laico. El objetivo es que se deroguen los artículos del Código Penal que hablan de ofensas contra los sentimientos religiosos. No voy a ir a juicio. Si en este país, cagarse en el dogma de fe de la santidad y la virginidad de la Virgen María supone que un ciudadano tenga que entrar en la cárcel, entraré.

Tu última rueda de prensa fue con la imagen de Cristo detrás. Habiéndote cagado en Dios. Una paradoja.

Hay informaciones que hablan de que yo odio el catolicismo o el cristianismo. Y no es verdad. Lo que el sacerdote Javier Baeza llama cristianismo yo lo llamo comunismo. Esa es la única diferencias entre él y yo. Tengo muchos amigos sacerdotes, religiosos... Mis padres se relacionaban mucho con cristianos de base. A mí me bautizó un cura obrero de Palomeras. En casa. Mi padre fue testigo del juicio que se le hizo al cura obrero Mariano Gamo. Siempre he estado muy vinculado con todo eso.

Llegado el caso, ¿te cagarías en Alá?

Sí, claro. Yo me cago en todos los dioses. Lo que pasa es que los imames no nos han hecho nada ni a mí ni a nadie.

¿Entiendes que alguien se ofenda por lo que opinas y por las formas?

Por supuesto. Pero es que cada vez que alguien emite una opinión, los de la opinión contraria pueden sentirse ofendidos. Claro que entiendo que se ofendan. A mí me ofenden todos los días decenas de declaraciones de políticos, deportistas, empresarios, gente por la calle, y me aguanto. ¿Qué pasa? ¿Es que no tenemos derecho a ofender? ¿No se puede hacer nada ya? El 99,9% de los casos de persecución por lo que se piensa va contra gente de izquierdas; no contra la gente de derechas.

¿Alguien en el mundo del espectáculo te ha dicho que no te contratan por lo que dices?

Hay una idea errónea sobre mi veto. Influyen mis declaraciones, pero en la misma medida ha influido el hecho de que yo fuera delegado sindical de la Unión de Actores. Me tocaron dos huelgas. No teníamos dinero para liberados. Yo me recorría los platós, los teatros... Llamando a la huelga delante de los productores. Y me cogieron la matrícula. Antes yo utilizaba mis privilegios como protagonista de películas para defender a mis compañeros. He parado rodajes. Un día estábamos grabando en agosto en el campo. Los del equipo teníamos una carpa con aire acondicionado. Y comida: tres primeros, tres segundos y tres postres a elegir. Éramos 90 allí. Y fuera había unos 12 figurantes sentados en una piedra con un bocata que les habían traído. Fui al jefe de producción y le dije: «¿Pero esto qué es?». «Ya sabes, el presupuesto». Y yo: «Hombre, si estuviésemos haciendo Ben-Hur entiendo que no puedas meter aquí a 12.000 figurantes, pero a estos 12 compañeros...». Me dijo que no podía hacer nada. Yo le dije que o entraban a comer con todos o yo esa tarde no grababa. «Con lo que el dinerito de mierda que te quieres ahorrar lo vas a perder esta tarde multiplicado por 50». Y acabaron entrando.

¿Hace mucho que no trabajas en España?

Hace siete años, a excepción de dos cosas muy puntuales con Almodóvar y Trueba... Sobre el teatro no tienen ningún control. Y me refiero a quienes manejan de manera mafiosa el cine en este país, que son Tele 5, Antena 3 y TVE. Canales sin cuyo apoyo es muy difícil sacar una película adelante. Tengo pruebas de esto.

¿Ganaste dinero en los buenos tiempos?

Cantidades obscenas en comparación con el resto. A lo mejor te llevabas 300.000 al año... Pero me lo pulí. Era de ir con cinco colegas a Brasil y pagar todo. Mis colegas son todos obreros. Mecánicos, camareros... No tenían pasta.

En 'Razones para la rebeldía' llamaste explotadores a Imanol Arias y a Emilio Aragón.

Esa es otra de las razones por las que no trabajo. Sabemos que Imanol Arias éticamente es un ladrón. Se ha llevado su dinero a Panamá. Esto es indiscutible. Que lo haya podido hacer porque las leyes del capitalismo están hechas para que los capitalistas puedan robar, vale. Ha sido denunciado por otra actriz por irregularidades. Es un tío que lleva 20 años haciendo una serie en TVE con dinero público. Se ha hecho multimillonario. Hay una mafia. En ese libro también denunciaba cómo se lo llevaban las productoras, defraudando. Presupuestos de un millón a los que les metían medio kilo de más. Y sólo por hacerla ya se llevaban eso al bolsillo. Ni las estrenaban porque el negocio ya lo habían hecho. Con el cambio de moneda, los productores blanqueaban dinero a espuertas: yo he hecho películas en las que los productores nos han llevado a cenar a sitios de 3.000 la noche, porque estaban blanqueando. Yo eso lo denuncié.

¿No crees que a veces te has equivocado?

Coño, me equivoco continuamente. Me he equivocado con gente de la que pensaba que era de un modo y luego no ha sido así. He dicho ciertas cosas que no eran ciertas. Me he pasado de listo. He dicho chorradas gigantescas.

¿Has sido incoherente alguna vez?

Muchas veces soy incoherente. Por ejemplo, antes utilizaba el coche. Cuando creo que hay que utilizar el transporte público... He tomado drogas. Y soy consciente de lo que supone un gramo de coca, toda la violencia y toda la destrucción que hay detrás.

¿Has recibido amenazas?

En Twitter y en Facebook. Centenares de veces. «Te vamos a matar». «Qué pequeñito se te va a hacer Madrid». «Sabemos dónde vives». Nunca lo he denunciado. Entre otras cosas porque muchos de ellos son policías. Llamar a la Policía para que te proteja de los fascistas es como llamar al zorro para que cuide las gallinas.

¿Lo imaginas o lo sabes?

Lo sé.

¿Hay algún Harvey Weinstein en el cine español?

Sí, en el cine español existen pequeños Weinstein y algún día caerán. Son tres actores muy famosos y de los que más trabajan. Me lo han contado compañeras. Desgraciadamente ellas no quieren dar sus nombres. Acosos en los viajes de promoción, en los rodajes, encerronas en el ascensor del hotel... Varias personas denunciaron a uno de ellos. Era una serie muy conocida. Tres chicas del equipo técnico. Fueron a producción. ¿Resultado? Las tres despedidas... Cuando van a denunciar, son ellas las que sufren el señalamiento público.

En 'Vía muerta', tu obra de teatro actual, habláis de los refugiados. ¿Cómo calificarías lo que está sucediendo en Europa con ellos?

Yo creo que se puede resumir en la actuación de Pro Activa Open Arms. Una organización que, con un esfuerzo gigantesco y un grupo de socorristas de playa, pone en marcha unos barcos que salvan vidas en el Mediterráneo. En los años que han estado han salvado 60.000 vidas. Y la UE les está persiguiendo y encarcelando, como le pasa a Helena Maleno. ¿Cuál es la respuesta de la UE? 60.000 seres humanos vivos son un problema. 60.000 seres humanos ahogados en el fondo del mar son un problema menos.

Como madrileño que eres, ¿te ha decepcionado Carmena?

El 95% de Ahora Madrid me ha decepcionado. Amigos de lucha política de repente se han pasado al otro lado. Carmena ha recibido a Hogar Social Madrid, unos nazis. Ha recibido a la familia de Leopoldo López, un golpista condenado. Le ha dado las llaves de la ciudad al presidente de Israel, con lo que está pasando en Gaza. Ha aprobado el megaproyecto de Florentino. Los manteros denuncian que desde que llegó Carmena al Ayuntamiento se ha triplicado la persecución a su colectivo. Rita Maestre enseña el sujetador y luego se va a casa del obispo a pedir perdón... Es todo happy flower, hipismo de cuarta generación. Son patéticos.

¿Qué te parece la casa de 600.000 euros que se han comprado Iglesias y Montero?

Decían que no venían a ganar dinero en la política. Y ahora tienen muchísimo más dinero que cuando entraron a la política... Un partido en el que el número uno es pareja de la número dos y esa número dos lo es sólo después de haber sido pareja del número uno... Es porque es la trepa número uno.

En vuestra obra 'La boda de Alejandro y Ana' ya os adelantasteis a todo esto...

Todos los que salen en esa boda o están imputados o en la cárcel. La boda de Aznar fue en 2002. La obra nuestra es de 2003. Y nos quedamos cortos. La crítica de Haro Tecglen fue: «La realidad supera la ficción». Yo creo que no tener a una organización criminal en el Gobierno da un respirito. Pero me hago una pregunta: ¿de verdad Rubalcaba, íntimo amigo de Zaplana, no sabía que llevaba 30 años forrándose?

¿El mayor antisistema que conoces?

Los neocon. Ellos no quieren el Estado. Eso sí, salvo cuando sirve a sus intereses: si es para tener una Policía que los proteja sí lo quieren. Si es para tener un Ministerio de Hacienda que recaude lo que luego ellos saquean, también... Los antisistema llevan traje y corbata y suelen evadir impuestos.






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