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lunes, 6 de octubre de 2014

Derechos Sociales Contra el TTIP

Desde Argenpress llega a nosotros este texto dado a conocer en Eibar en el que se delinean todos los peligros y amenazas que trae consigo el TTIP:


La nueva amenaza para las personas, los pueblos y la naturaleza se llama Tratado Trasatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP, sus siglas en inglés). La Troika y las políticas neoliberales han entrado en la vida de las personas destruyendo empleo, arrasando derechos, privatizando, empobreciendo, endeudando. Ahora pretenden dar un paso más: dejarlo todo en manos de las transnacionales, eliminando todo aquello que obstaculiza la actividad de los grandes grupos empresariales y su ansia de beneficios: democracia, soberanía, derechos sociales, laborales y medioambientales.

La Unión Europea y los Estados Unidos, están negociando desde 2013, y de espaldas a los pueblos y a las personas , un acuerdo de libre comercio para conseguir un único mercado sin ataduras. Acuerdo que pretenden aprobar sin consulta popular a lo largo de 2015. El sueño de las multinacionales europeas y estadounidenses se verá cumplido. Las normas jurídicas, financieras, medioambientales, de servicios públicos (salud, educación,...), agro alimentarias y de propiedad intelectual serán modificadas e igualadas a la baja, para mayor gloria del capital. En definitiva, con este Tratado las empresas trasnacionales se adueñan definitivamente de los mercados y de los poderes políticos, silenciando y estrangulando aún más a las personas, los pueblos y sus derechos y condiciones de vida.

Este tipo de Tratados ha tenido los mismos efectos devastadores allá donde se han impuesto:

- Mayor explotación laboral. Eliminación de derechos laborales, deslocalización, guerra a la baja de salarios, empeoramiento de las condiciones de trabajo y la salud laboral, destrucción de puestos de trabajo, cuestionamiento del salario mínimo y la protección social.

- El mercado se adueña de los servicios públicos. La educación, la sanidad, el transporte, los servicios sociales, las pensiones, el agua, la basura... serán sometidos a mayor liberalización. Lo público se convierte en la presa codiciada, y la reversión de lo privatizado se pretende hacer imposible. Los principios de universalidad, igualdad y gratuidad quedan disueltos.

- La soberanía alimentaria sufre un golpe mortal, mediante la eliminación de controles alimentarios, desregulación en materia de pesticidas, carnes hormonadas, transgénicos, desaparición de los circuitos locales de comercialización...

- Aumenta la amenaza sobre el medio ambiente: se allana la explotación del fracking, se relajan las medidas de protección ambiental, se apuntala un modelo energético contaminante y despilfarrador.

- Todo el poder para las multinacionales. No tendrán que responder a las jurisdicciones nacionales. Si sus intereses están en peligro, si existen decisiones o leyes que cuestionen su libertad de negocio... podrán acudir a tribunales internacionales de arbitraje opacos para denunciar y exigir indemnizaciones.

- Envenena las relaciones entre las personas y los pueblos. La búsqueda del beneficio a cualquier precio por parte de la dictadura de los capitales supone acelerar las deslocalizaciones, acelerar la rivalidad y la competencia, promover la uniformización cultural, someter y humillar a los pueblos ante el imperativo de los mercados Este Tratado de Libre Comercio es un paso más en la globalización capitalista. A mayor protección y poder para las empresas transnacionales, mayor negación de la soberanía y la democracia de los pueblos, menos derechos sociales, más precariedad, mayores riesgos para el medio ambiente y un obstáculo para la solidaridad fraternal entre los pueblos. Por ello, en Euskal Herria decimos no al Tratado de Libre Comercio.

La Asamblea en favor de la Carta de los Derechos Sociales en Euskal Herria impulsará el rechazo a este Tratado. Y lo hacemos porque este Tratado forma parte del orden social neoliberal injusto, presente y futuro, que se nos impone. Frente a la precarización, el consumismo, el individualismo, la colonización neoliberal, privatizaciones y negaciones del derecho a decidir, impulsemos para nuestro pueblo, y todos los pueblos del mundo:

• Justicia, solidaridad y universalidad. Reconocimiento de los derechos sociales, económicos, lingüísticos, culturales y de democracia participativa.

• Otra forma de producción y consumo que respete los límites de la naturaleza.

• Un modelo socio-económico cuya prioridad sea el sostenimiento de la vida, al servicio de las personas y pueblos.

• El reparto justo y equitativo de la riqueza, del trabajo y del empleo.

• La solidaridad entre las personas y los pueblos.

• El derecho a decidir nuestro propio modelo económico, social y político para poder garantizar los derechos sociales, laborales, culturales y medioambientales

Eibar, 4 de octubre de 2014






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