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miércoles, 8 de octubre de 2014

Rechazo Vasco al Neoliberalismo

El pueblo vasco rechaza los acuerdos neoliberales que cocinan los grandes halcones canadienses, estadounidenses y europeos.

Aquí lo que nos reporta Gara:


Este viernes diversas localidades vascas se sumarán al rechazo al tratado de libre comercio entre la UE y Estados Unidos y Canadá. En Bilbo, se celebrará una charla en el edificio de La Bolsa y después se abrirá un mercado transparente en la plaza del teatro Arriaga. En Iruñea también tendrán lugar iniciativas convocadas por la mayoría sindical y social contra un acuerdo que beneficia a las multinacionales, en perjuicio de la soberanía y las condiciones laborales.

Juanjo Basterra

La plataforma Gune, que agrupa a la mayoría sindical y a los colectivos sociales, proclamó ayer ante el Mercado de la Ribera en Bilbo su rechazo al tratado de libre comercio, (conocido como TTIP por sus siglas en inglés) porque, en realidad, «solo servirá para que las multinacionales se apropien del negocio de todos». Para este viernes han convocado en Iruñea y en Bilbo acciones de protesta contra el tratado, sobre el que se mantiene oculto lo que en realidad están negociando con él. En Bilbo habrá una charla en el edificio La Bolsa a las 10.00 horas y después se abrirá en la plaza del Arriaga un mercado transparente. En Iruñea, se celebrará una mesa redonda (19.00 horas, en Katakrak) en la que participarán, entre otros, los europarlamentarios Josu Juaristi (EH Bildu) y Marina Albiol (IU).

«La sociedad civil, los sindicatos, los agricultores y los grupos de activistas de base de Europa llamamos a un día de acción con el objetivo de parar el TTIP, el CETA -tratado económico y comercial integral entre UE y Canadá-, y otros tratados de libre comercio que están siendo negociados actualmente, y para promover políticas comerciales alternativas que contemplen como prioritarios los derechos de las personas, la democracia y el medio ambiente».

A juicio de la plataforma Gune, el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión entre la UE y EEUU y el de Canadá son «los ejemplos más destacados de cómo el comercio y las inversiones se están negociando antidemocráticamente y en interés único de las grandes corporaciones multinacionales».

Lamentaron que la información pública existente es «mínima», al contrario de lo que sucede con «los lobbies corporativos», que están presionando en favor de sus intereses. «Si estos tratados salen adelante, las grandes empresas multinacionales tendrán derechos exclusivos para demandar a los gobiernos ante tribunales de arbitraje privados, que serán independientes de los sistemas legislativos nacionales y europeos», entre otras actuaciones.

Los portavoces de Gune advirtieron, además, de que en esos tratados «se reducirán los estándares vigentes de salud y seguridad como consecuencia de la armonización normativa transatlántica, y socavarán la autoridad de los gobiernos nacionales y locales para prevenir prácticas nocivas, como el fracking o el uso de transgénicos». Llamaron la atención de que con esas legislaciones «los servicios públicos esenciales se verán reducidos, cuando no privatizados, y los derechos sociales y laborales gravemente empeorados. Estas políticas presionan hacia una privatización de los servicios públicos esenciales en nombre de la austeridad, la crisis y la supuesta necesidad de incrementar la competitividad. La protesta visualizará nuestro desacuerdo en las calles de Europa».

Ante ello, pidieron abrir un debate a nivel europeo y permitir que la ciudadanía conozca lo que está en juego «porque nos jugamos el futuro».

«Podemos ganar juntos frente al poder multinacional»

En el encuentro ante los medios de comunicación, la plataforma Gune, que estuvo acompañada por el activista Tom Kucharz, de Ecologistas en Acción y experto en esta materia, demandó la paralización de estos tratados y pidió a la ciudadanía que «se una a la respuesta unitaria y alternativa en Europa». Porque, como terminaron «podemos ganar esta batalla, juntos frente al poder multinacional».

Los tratados con Estados Unidos y con Canadá, afirmó, son «devastadores» para la población en general los pequeños comercios y las pymes. En otros lugares donde se han puesto en marcha operaciones de libre comercio similares han tenido seis elementos en común: «una mayor explotación laboral, porque se eliminan los derechos laborales, se deslocaliza, se reducen los salarios y hay un empeoramiento de la salud laboral». Pero, además, se deja «al mercado que se adueñe de los servicios públicos». La liberalización de los servicios públicos supone la privatización de los mismos a medio plazo. Otro elemento negativo es que la soberanía alimentaria» queda «eliminada en este proceso de libre comercio»; mientras que aumentarán «las amenazas contra el medio ambiente», porque las multinacionales petrolíferas y energéticas «tendrán manga ancha para actuar en un modelo contaminante y despilfarrador». Ya que estas transnacionales contarán con jurisdicciones ad hoc, lejos de la legislación de caja país con tribunales internacionales opacos. Todo ello, en una búsqueda del beneficio por encima de personas y pueblos.






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