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martes, 13 de marzo de 2018

Ni Obediente ni Dócil

Como cada 13 de marzo desde aquel aciago día de 2004, en este blog recordamos a Ángel Berrueta, víctima del terrorismo de estado del régimen español, en específico, de José María Aznar y Ángel Acebes, autores intelectuales de su asesinato.

Les invitamos a leer esta reflexión publicada por Naiz:


Joanes Aleman, Garazi Autor, Beñat Aleman, Ibai Sueskun, Amaia Etxeberria, Ibai Ripodas, Irati Zabalza | Sortu de Donibane

Hace 14 años que mataron a Ángel Berrueta Legaz en la tienda que tenía en Donibane. En este caso, queremos aprovechar este aniversario para remarcar al propio Ángel y su actitud, a pesar de que sea algo que ya se ha hecho en numerosas ocasiones. Pensamos que podemos sacar o recordar lecciones que nos serán muy útiles e interesantes.

El día 11 de marzo de 2004 hubo un atentado en Madrid. El Gobierno español enredó aún más una situación que ya de por sí era confusa e inquietante. Los cálculos electorales a corto plazo del PP, se unieron con la habitual estrategia del Estado español y una vez más, el resultado fue la criminalización del independentismo vasco.

Lo sucedido en Madrid y las interpretaciones equivocadas y maliciosas hechas a propósito por el Gobierno de Madrid, tomaron tierra en el barrio pamplonés de San Juan. Una mujer entró en la panadería de Ángel, para obligar a poner en un cartel lo dictado por el Estado. Tras la negativa de Ángel, vinieron dos hombres armados a asesinarlo.

He ahí la valiente actitud de Ángel y lo que nosotros ahora queremos destacar y ensalzar. No se mostró como al Estado le gustaría. No fue obediente ni dócil. Ejemplo de dignidad, no se amilanó ante aquella mujer, se mantuvo y defendió en lo que él creía y en consecuencia, no sucumbió a los mandatos de nadie. Se puede decir que mantuvo su propia existencia ya que actuar sometido a cualquier otro supone la disminución de cada cual, y es que será pájaro aquel que sea pájaro libre. En este sentido la actitud de Ángel y la de otros muchos a lo largo y ancho de Euskal Herria, es la que ha conllevado la rebelión y, al fin y al cabo, la existencia de una comunidad, esto es, la existencia de Euskal Herria. Ahí está otro valor añadido de esa actitud, y es que no sólo defendió un simple interés personal, sino que con la defensa de su propia existencia defendió también la de una colectividad oprimida.

Asimismo, lo sucedido fue fiel reflejo del comportamiento que en Euskal Herria tienen el Estado español y el francés. Aquel que no obedezca lo ordenado por los Estados deberá sufrir su violencia; ya sea la muerte, la cárcel, la tortura etc. Más si cabe si la actitud desobediente ha sido consciente.

Por ello es muchas veces tan duro y difícil reivindicar lo que somos y lo que creemos. Es más cómodo estar dentro de la acogedora jaula y es entendible en cierto modo, no querer pasar la barrera del miedo.

Seguramente no habremos dicho nada nuevo; lo escrito ya está dicho, tal y como remarcan más si cabe las citas adaptadas que a lo largo del texto hemos hecho a la canción "Txoria txori". Pero a nuestro entender, existen sucesos que a pesar de ser atroces, deben ser recordados. Tanto en la historia lejana como en la reciente, tenenos mucho que aprender, sobre todo de quienes fueron sus protagonistas. Los Estados lo tienen claro. Su objetivo no es otro que todos nosotros aprendamos su relato. Por eso creemos que vale repetir lo ya dicho; para que no traguemos tan fácil lo que nos llega a través de los medios del Estado. Sin más que decir Gora Angel! Gora Euskal Herria! Gora askatasuna!

(Este artículo fue escrito antes de la muerte de Xabier Rey)






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