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viernes, 2 de marzo de 2018

«Egin» es una Herida Abierta

Uno de los mayores crímenes cometidos por Baltasar Garzón en Euskal Herria fue sin duda su atentado en contra de la libertad de estar informado y de informar. Como consecuencia directa de su draconiana doctrina conocida como el "todo es ETA", el otrora juez enfiló su artillería represiva en contra no solo de la libertad de prensa sino en contra del derecho de un pueblo a tener acceso a un periodismo veraz, capaz de arrojar luz en las tinieblas creadas por los medios de comunicación afines al régimen. Tal era la labor de Egin y por eso fue cerrado.

Al respecto, este reportaje dado a conocer por Gara:


La parte del archivo de «Egin» que todavía no han destruido la rapiña de la Audiencia Nacional y el azote del tiempo queda a salvo; el Gobierno de Gasteiz ya se hace cargo de él y lo trasladará al Archivo Nacional de Euskadi. Queda otra consecuencia, a modo de espada de Damocles sobre GARA: la deuda de 4,7 millones que Madrid traspasó a este medio.

Ramón Sola

El próximo 15 de julio se cumplirán veinte años desde la operación policial que fulminó a ‘‘Egin’’ y Egin-Irratia. A la pérdida de los medios y los puestos de trabajo le siguió una represión feroz: Joxean Etxeberria, el último preso, acaba de agotar la condena este pasado enero. Otro de los problemas pendientes comenzó a encarrilarse ayer, con la asunción por parte del Gobierno de Lakua de los archivos existentes en la sede central de Hernani. Y queda uno último que pasa desapercibido a muchos y que por ello fue reflejado en el acto; la atribución a GARA de la deuda de 4,7 millones de euros acumulada por ‘‘Egin’’ con la Seguridad Social.

El elemento de actualidad es que la Audiencia Nacional ha autorizado a la Dirección de Patrimonio Cultural del Gobierno de Lakua asumir esos fondos documentales (en su mayor parte fotografías de gran valor histórico) y ayer comenzó el trasvase, que se prolongará varios días. Las labores resultan complicadas, incluso para acceder a algunas zonas de la redacción; parte del techo se ha desplomado, hay áreas anegadas...

La existencia de ese archivo bajo amenaza de perderse definitivamente era poco mencionada más allá del círculo de “Egin”. Pero menos conocida aún es la cuestión de la deuda. Iñaki Soto, director de GARA, y la exdirectora Mertxe Aizpurua acudieron al polígono Eziago para recordar esta espada de Damocles, colocada con el argumento de que se había producido «una sucesión de empresas» que Soto señaló que solo puede tener un carácter «ideológico».

En este contexto, GARA pide a las administraciones vascas que «tal y como van a hacer con el patrimonio de ‘Egin’, tomen cartas en el asunto de la deuda. Esta situación afecta a la libertad de prensa, condiciona nuestro desarrollo como industria cultural y mantiene en una situación de inseguridad a nuestras empresas y trabajadores».

La asunción del patrimonio de ‘‘Egin’’ por parte de Lakua es vista «positivamente» desde GARA, dado que la única alternativa era su pérdida definitiva. Y Soto aprovechó para añadir que «en este ejercicio de memoria hay que recordar a quienes sufrieron un proceso judicial perverso y han padecido condenas de cárcel totalmente injustas», así como a las decenas de miles de lectores afectados.

Discos duros perdidos

Desde la sección de Patrimonio Cultural de Lakua, su responsable, Mikel Aizpuru, expuso por su parte que decidieron solicitar el trasvase de estos fondos a la Audiencia Nacional tras consultarlo con representantes de extrabajadores de “Egin”, que no pusieron objeción.

Después de haber accedido al edificio, Aizpuru incidió en el nivel de deterioro e incluso destrucción total. Los discos duros de los ordenadores, por ejemplo, se han convertido ya «en masas amorfas», y se percibe que alguien se dedicó a arrojar al suelo carpetas y carpetas de archivos, con lo que muchas imágenes se han perdido en el auténtico lodazal que es ya la antigua redacción.

Con todo, Aizpuru espera poder recuperar buena parte del material gráfico acumulado por ‘‘Egin’’ entre 1977 y 1998, desde su inicio hasta su cierre. Se calcula que serían entre 1.000 y 1.500 carpetas, ocupando unos 500 metros lineales de biblioteca. Su destino será el Archivo Histórico de Euskadi, aunque «hará falta tiempo para clasificarlo». Intentarán también restaurar las grabaciones de Egin Irratia, otro legado histórico.






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