Desde la sección El Correo Ilustrado de La Jornada traemos a ustedes esta misiva en la cual se ponen los puntos sobre las íes a la sucia estrategia de manipulación mediática emprendida por el régimen español solo conocerse la primera explosión en la serie de atentados ocurridos el 11-M en Madrid.
Adelante con la lectura:
¿A quién sirven los "onces"?
Yuriria IturriagaQuerida Carmen: La premisa "¿quién resulta beneficiado con el crimen cometido?" no es exclusiva de la literatura policiaca, por el contrario, durante la investigación del delito en la vida real la respuesta a esta pregunta suele llevar a resolver los casos, independientemente de la complejidad de su trama.
Lo sorprendente es que los ciudadanos, votantes efectivos en las democracias contemporáneas, sean incapaces de plantearse esta pregunta cuando los sacuden hechos criminales de la talla de los del 11 de septiembre de 2001 y del 11 de marzo de 2004.
O quizás no deberíamos sorprendernos por la incapacidad de reflexión de la inmensa mayoría de los ciudadanos del mundo "liberal" (que no libre), sino que deberíamos preguntarnos ¿a quién beneficia el hecho criminal de haber inducido la pereza mental generalizada en la especie humana, con el concurso de la televisión y el cine de entretenimiento? ¿A quién benefician las décadas de programas sobre la lucha entre el "bien", representado por el BBBV (blanco, bonito, bueno y valiente) contra el MMMC (malo, miserable, madreado y cobarde) representado por un ente físico diametralmente opuesto al primero?
Afortunadamente hay publicaciones como nuestra Jornada que no sólo inducen sino obligan a la reflexión, con el material que nos ofrece cada día y que es consultado en más de 3 millones de lecturas anuales por Internet. Pero nuestro periódico, junto con todos los de su especie en el mundo, no bastan, desgraciadamente, para combatir y triunfar sobre la estrechez de miras y la sequía de ideas que muchas veces impiden pensar a las mayorías. Los pueblos español y estadunidense, a unas horas el primero y a unos meses el otro, de poder servir a la humanidad votando por el cambio en sus países, y así evitar el más gran mal a nuestra Tierra y a sus pobladores -que somos todos, incluidos ellos mismos-, podrían ayudar a profundizar los daños irreversibles en nuestro planeta y la agonía de tantos pueblos cuyo odio habrán merecido, al dar su voto, cumpliendo fatalmente el designio de los únicos que saldrán, en dicho caso, beneficiados por las tragedias de estos "onces"... y de alguno otro que se avecine, si acaso la tendencia electoral en el imperio no favorece la continuidad de sus actuales gobierno.
¿O qué, tendremos que esperar, una vez más, 50 años para que se abran los archivos de la CIA y conozcamos la verdad sobre los crímenes de los primeros años del siglo XXI, que orientarán el curso de la historia y de la geopolítica?
Pues, como ya lo han comprobado no sólo los anales policíacos sino la historia política de los últimos 200 años, todo gran criminal necesita ser admirado por las masas y termina siempre por revelar la perfección de su crimen.
A pesar de todo, esperemos que esta vez Arnaldo Otegui se equivoque y el pueblo español no empiece, hasta después de las elecciones, a aceptar la inocencia de ETA en los atentados del día 11 último. Esperemos que vayan a las urnas los mismos españoles que llenaron las calles de su país contra la participación de Aznar en la guerra de Bush.
Con esta esperanza te abrazo la víspera.
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