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martes, 23 de marzo de 2004

Una Kantxa al Diálogo

Hoy traemos a ustedes este artículo acerca del controversial documental de Julio Medem 'Pelota vasca; la piel contra la pared'. El mismo aparece en la Contraportada de La Jornada
 
 

Fue un trabajo premonitorio, dicen Zaratiegui y Zuazua, distribuidor y productor del filme

Ericka Montaño Garfias | Eviada  
 
''Caramba, no soy etarra, no estoy con la violencia.'' Esa era la respuesta que el director vasco Julio Medem daba a los ataques orquestados desde la derecha, desde el Partido Popular (PP), contra su documental La pelota vasca, la piel contra la piedra (Euskal pilota, larrua harriaren kontra). Era la época en la que el gobierno de José María Aznar aplicó la política de ''si no estás conmigo, estás contra mí". 
 
Las cosas cambiaron drásticamente en España. Primero los atentados contra trenes madrileños el pasado 11 de marzo, después la caída de José María Aznar y la elección de José Luis Rodríguez Zapatero, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que abre la posibilidad del diálogo entre los distintas agrupaciones políticas. 
 
A eso apuesta Medem apuesta en esta cinta, que se exhibe en competencia en la Muestra de Cine de Guadalajara, señalan Pedro Zaratiegui y Koldo Zuazua, distribuidor y productor del documental, en el cual se filmaron 4 mil minutos de entrevistas y cuyo costo fue de unos 600 mil euros. La pelota vasca se exhibe al público este miércoles. 
 
Fue un trabajo premonitorio, dice Zaratiegui: ''Es la mojada pública más premonitoria que ha habido de alguien que no fuera político y abre un espacio de diálogo absoluto y de entendimiento. La película aboga por el diálogo y el entendimiento. 
 
 ''Me emocionó que Julio se metiera en este barro, porque tiene el suficiente nombre y estatus para no tener la necesidad de correr el riesgo personal o moral, que no físico, de hacer un trabajo como éste. Hacía falta que gente normal y con tono se metiera en esto'', expresa en entrevista Zaratiegui, quien asiste a la muestra como jurado de la sección oficial mexicana. 
 
La idea de Julio Medem era hacer un documental acerca de la situación en el País Vasco con un punto de vista diferente al que podían ofrecer los medios de comunicación. Un documental que diera cabida a todo mundo, a todo el espectro político, e intentará que quienes representan a las instituciones o a la vida política se sentaran a hablar, a través de una realidad virtual como es la película, y pudieran llegar a entenderse, manifiesta a su vez Zuazua. 
 
Era como dar solución hipotética al problema, agrega, ''a través del diálogo, de la palabra, que es como una cosa muy obvia y muy básica, pero que es algo que hasta el momento no existe allá". 
 
Desde el principio La pelota vasca enfrentó problemas. Al respecto Zuazua explica que la intención era entrevistar a todos los involucrados, desde un extremo hasta el otro: "Eso generó un problema, porque había personas que no estaban dispuestas a estar en una película donde se hallaban sus contrarios. Los que más reticencias pusieron fueron los de los extremos: el Partido Popular y ETA". 
 
Los del PP, recuerda, "fueron los más reticentes; decían que si estaban los etarras entonces no era un documento válido, que nosotros éticamente no podíamos dar cabida a todos los pensamientos ideológicos. Consideran que el del País Vasco no es un conflicto que involucra a dos partes: es un problema de una parte y la otra es una parte que mata; son unos pistoleros, unos asesinos, decían, y para ellos no se les podía dar cabida a los nacionalistas radicales, y se negaron a participar en la película. 
 
''Por otro lado, la gente cercana a ETA también tenía sus reticencias por tratarse de una película que no había partido de ellos y dudaban que pudiera ser algo que no los pusiera en evidencia, porque en las experiencias mediáticas que han tenido siempre los han puesto muy mal. Es cierto que hay cosas que son difíciles de defender, la lucha armada es una de ellas, pero también hay otras ideologías que pueden ser respetables y, aunque no estés de acuerdo, tienen cabida en una sociedad democrática." 
 
Eso no ocurre en España, porque "el gobierno del PP ha ido ciñendo el espectro político a la gente cercana a su ideología y todo aquel que se saliera del círculo era ya demonizado", declara Zuazua. 
 
Las protestas vinieron también de agrupaciones de víctimas de ETA y de varios sectores. Hablaban contra una película que no habían visto y que, aseguraron, no verían, "pero eso generó un efecto contrario. A la gente le suscitó interés, morbo, curiosidad". 
 
Zaratiegui subraya: "No pensé que pudieran ser tan burros, porque si no hablas de una película no provocas que la gente vaya a verla. Me parecían más inteligentes. Si no hubiesen ninguneado no la habrían visto ya 350 mil personas, de las cuales 60 por ciento son del País Vasco". 
 
Para el PP la oposición al documental de Medem, estrenado en medio de protestas en el pasado Festival de San Sebastián, fue uno de los pilares en los que basó su estrategia electoral, "confundiendo el activismo político con el activismo terrorista y confundiendo al Partido Nacionalista Vasco con Batasuna y ETA. Para el PP La pelota vasca estaba hecha desde 'la cobarde equidistancia'. Julio respondía: 'caramba, no soy etarra, no estoy con la violencia'". 
 
Zarateigui está convencido de que La pelota vasca contribuyó a la caída de Aznar y se declara optimista en cuanto al futuro: "Estoy convencido de que el comportamiento del PSOE respecto de las autonomías va a ser muy diferente. Además ETA está en su peor momento". 
 
 Por lo pronto ya están las negociaciones para que La pelota vasca tenga distribuidor en México, mientras Julio Medem prepara su siguiente película: una ficción también sobre el conflicto en el País Vasco.
 
 
 
 
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