En plena dictadura franquista dos documentalistas suecos se atrevieron a plasmar en celuloide el "diferencial" vasco sin diferenciar a Nafarroa de Gipuzkoa y Bizkaia, para mayor INRI.
Les invitamos a leer este reportaje publicado por Diario Vasco:
Los reporteros Grenholm y Olson retrataron gentes y costumbres vascas hace medio siglo. Argibel Euba recupera sus filmes, «dos pequeñas joyas», y publica aquella aventuraMitxel EzquiagaEl 8 de febrero de 1963 El Diario Vasco publicaba en primera página una foto con dos reporteros que tomaban imágenes y sonidos en el muelle donostiarra. «Para la TV sueca», decía el pie de foto. En el interior, un reportaje contaba que Dan Grenholm y Lennart Olson recorrían Gipuzkoa, Bizkaia y Navarra «para filmar escenas del folclore y la vida en el País Vasco».Casi medio siglo después el antropólogo vizcaíno Argibel Euba Ugarte repasaba viejos periódicos para su tesis universitaria sobre la txalaparta «y me quedé enganchado a esa información», según explica hoy. «Me asaltaron las preguntas: ¿qué pasó finalmente con esas películas? ¿dónde están los documentales y sus autores? ¿qué aparecía exactamente en las imágenes?».Y se puso en acción. «Contacté con la Filmoteca Sueca, donde no sabían nada de ese material pero me dirigieron a la Radio Televisión del país. Allí me dijeron que sí estaban archivados». Era un material sin digitalizar, así que Euba tuvo que encargar el trabajo. Al final los dos cortometrajes etnográficos, 'Basker' y 'Bonde i baskerland', emitidos en verano de 1963 por la Sveriges Radio TV, llegaron a manos del investigador de Galdakao.«Aquella primera vez que vi las películas fue impresionante», dice Argibel Euba. «Tenía ante mí imágenes de deporte rural, de txalaparta, de pueblos y de gentes. Me daba cuenta del trabajo que me quedaba por delante para identificar los lugares y las personas, pero también percibía la sensación de que eran documentos únicos». 'Vascos, una película del norte de España', dura 24 minutos, y 'Campesino en el País de los Vascos: una película de los Pirineos', 17 minutos. El primero se centra en el deporte rural, la música y el baile y el segundo en el mundo rural.Oiartzun, Bergara, AiaComenzó así una larga tarea que al final ha visto sus frutos gracias al respaldo de la cátedra Mikel Laboa («su apoyo fue fundamental», remarca Euba) y que se edita por la Universidad del País Vasco en un volumen que incluye un DVD con las dos películas estudiadas, con opciones de subtítulos en euskera, castellano, francés e inglés. El libro ofrece una detallada descripción e identificación de las principales escenas, recoge «las apasionantes biografías» de los autores y contextualiza la «importancia histórica y la significación cultural» de los documentales.'Basker' comienza con imágenes del carnaval de Ituren y Zubieta, con sus conocidos cencerros portados por los 'joaldun', y con los acordeonistas Modesto Irigoien, Eugenio Mutuberria y José Urroz 'Barbene'. El concienzudo trabajo realizado por Euba identifica a todos cuantos aparecen en las imágenes, como los dantzaris encabezados por Perico Mónaco.Los pórticos del Ayuntamiento de Oiartzun muestran en la siguiente escena la práctica popular de la pelota. En el viejo frontón municipal de Bergara pueden verse imágenes del partido disputado el 5 de febrero de 1963 entre Barberito I y Etxabe X y Atano X y Soroa. El duelo finalizó con victoria de los primeros por 22-11, y a los realizadores les llamó la atención el movimiento de las apuestas con los corredores al borde de la cancha. Francisco Arambarri (Paco Lejías) y Ramón y Jesús Altolagirre, conocido como Takolo, son algunos de los corredores que salen en imagen.El probadero de Abadiño, con los músicos Juan Zelaieta 'Trabaku' o José Ignacio Berroeta, entre otros, y un desafío de aurreskus, protagoniza la siguiente secuencia. Pero es la plaza de Aia donde se desarrolla buena parte de la acción. El 17 de febrero de 1963 se celebraba un festival y los suecos dejaron constancia de sus protagonistas: los trikitilaris Sakabi y Egañazpi, una prueba de arrastre de piedra con una apuesta de 10.000 pesetas entre Pedro Olano 'Monea', hostelero de Pasaia, y Blas Arruti, el levantador de piedras Agerre II y una pelea de carneros propiedad de las familias Urkiriza y Aldai.Los autores de la película muestran después lo que Argibel Euba considera «uno de los hitos de este documental: el testimonio audiovisual más antiguo conocido de la txalaparta». Es en el caserío Bilandegi, de Martutene, con José y José Mari Zabalegi, padre e hijo. Entre quienes escuchan, un hombre con traje: Jesús María Iturzaeta, cofundador de la Cofradía Vasca de Gastronomía, y también Apeto Bakeriza y Juan Arzalluz, dos célebres personajes de la Parte Vieja donostiarra.El autor del libro pone en valor todas las escenas del documental. También las imágenes de trikitixa tomadas en el bar Eusebio de Zumarraga, o los jóvenes de Oiartzun José Antonio Garro y Miren Zapirain cantando 'Maritxu, nora zoaz' en el estanco del pueblo (hoy bar Miren). Los bertsolaris Basarri y Uztapide ofrecen una sesión de bertsos «de notable valor histórico» en la taberna de Pedro Juan, en la localidad vizcaína de Berriz.Hay más bertsolaris en la sociedad Umore Ona de Bergara (Jesús Alberdi 'Egileor' y José Mari Gabilondo) y el primer documental se cierra con arrantzales y vecinos cantando en el bar Txartango de Ondarroa.De Ataun a ZumarragaEl segundo cortometraje arranca con paisajes del norte de Navarra, como Arantza y Zubieta, y sigue en Ataun, donde puede verse cómo el pastor Jesús Goikoetxea sube a su rebaño hacia el barrio de San Gregorio.En Artea, en el valle de Arratia, Leon Bilbao muestra el sonido de la alboka, y allí mismo Luciano Artetxe interpreta una versión de la canción 'Goazen mendirik mendi'. El caserío Perune-Zaharra de Ataun es otro de los escenarios, con Patxi Galparsoro, su mujer María Micaela Barandiaran (sobrina de José Miguel de Barandiaran), Pilar Barandiaran y Mari Cruz Galparsoro, que realizan trabajos propios de la vida rural.El taller de forja de los hermanos Berasategi en el barrio de Eitzaga de Zumarraga, el caserío Itxasmendi de Bergara, con la familia Garitano Irazabal, y una romería en Artea protagonizada por los trikitilaris Maurizia Aldeiturriaga y Venancio Bernaola 'Karakol' cierran el segundo documental.El rigor del autor del libro identifica a cada uno de los personajes que sale en las dos películas. Euba terminó su investigación tan fascinando por los documentales como por los propios autores. Grenholm, fallecido en 1995, «fue un bohemio, guitarrista y guía turístico en Mallorca, entre otras muchas actividades, que hablaba muy bien el castellano, lo que le ayudó a moverse por España». Antes de rodar en el País Vasco había realizado otro documetal en Andalucía. Su compañero, Lennart Olson, murió en 2010, cuando Euba había comenzado ya su investigación, aunque nunca llegaron a conocerse. «Era un prestigioso profesional del audiovisual».Los dos se conocieron «casi por casualidad», como cuenta el libro, y también fue el azar el que les trajo al País Vasco, cuando Grenholm descubrió en un barco que navegaba por el Guadalquivir desde Sevilla a Sanlucar de Barrameda un texto en euskera y un marinero vasco que le habló «durante horas» del idioma y las costumbres vascas.La gente de Aranzadi fue anfitriona de los suecos en su periplo vasco. José Miguel Barandiarán, el tolosarra Jesús Elósegui, José María Busca Isusi, Manuel Laborde, Luis Peña Basurto y el hijo de éste, Luis Pedro Peña Santiago, firma de El Diario Vasco durante décadas, fueron algunos de los guías de lujo. También el empresario bergarés Josu Oregi y el CAT de Donostia.Tras la edición del libro y el DVD Argibel Euba está inmerso en la tarea de divulgar los documentales «para que el público pueda verlos también en pantalla grande». En marzo habrá proyecciones en Tabakalera con la Filmoteca Vasca, también en Bilbao, en el festival Punto de Vista de Pamplona y en Bayona. Esta semana pudo verse en Bergara y también Aia o el municipio navarro de Zubieta, entre otros, han acogido o acogerán proyecciones.Los suecos retrataron la Euskadi de hace medio siglo y a los suecos les retrató el fotógrafo Arturo Delgado, que tomó la imagen que fue Primera de DV en 1963 y es ahora portada del libro. «Me hace ilusión que una historia que empezó para mí en El Diario Vasco vuelva al mismo periódico», termina Euba.
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