Ante el complicado escenario actual, les compartimos la editorial de Naiz con respecto al asunto del intento de sabotaje a la estrategia conjunta adoptada por lxs represaliadxs políticxs vascxs:
La revelación difundida ayer por seis militantes de ETA juzgados en París, denunciando una maniobra para que uno de ellos se posicionase contra la estrategia de la izquierda abertzale, rompiese su disciplina y abandonase el Colectivo de Presos y Presas Políticas Vascas (EPPK), resulta tan sorprendente como esclarecedora. Esta oferta se produjo en la campaña de búsqueda de apoyos para la marcha del pasado sábado en Bilbo, que usaba la amnistía como banderín de enganche. Este movimiento clarifica tanto la voluntad de los militantes de ETA como la de los intrigantes, por si alguien tenía dudas.
Esta es una estratagema que reproduce de manera mimética la de quienes desde Madrid y París están en contra de la estrategia adoptada por el conjunto de la izquierda abertzale y saben que el ámbito de los represaliados es política y emocionalmente el más delicado para ese movimiento. Tristemente, esta maniobra se hace desde postulados radicalmente opuestos a los de los opresores. Las personas que han hecho esto desean que los presos vuelvan a casa cuanto antes, pero no hay duda de que la visión que de ellos tienen quienes dirigen esta maniobra es instrumental, funcional para sus objetivos políticos particulares. No son su prioridad política, sino su palanca. Es «revolucionarismo ilustrado»: por los presos pero sin ellos. Lo que buscan sobre todo es una escisión de manual.
Desenmascarados los irresponsables y pasado el lógico enfado, quienes quieren un final ordenado de la fase anterior, quienes defienden los derechos de los presos, sus representantes institucionales y quienes representan su legado deberán encontrar una estrategia eficaz para traerlos a casa cuanto antes. Con perseverancia y con inteligencia, con un plan, con plazos y fórmulas. Con humanidad y honestidad, tanto con los presos como con sus familias y con la sociedad. Gestionando la urgencia, poniendo en valor lo hecho y asumiendo lo poco que se ha logrado. Con la justicia, la libertad, la paz y los derechos por bandera. Este es el debate, esta es la estrategia y esta es la agenda, no otra.
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