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lunes, 24 de diciembre de 2018

Antonio Ortega Gutiérrez

Olentzero nos trae como regalo de navidad esta joya de memoria histórica cortesía de Deia:


Descubren que el carabinero irundarra Antonio Ortega, Director General de Seguridad del gobierno de Juan Negrín, se encuentra enterrado en una fosa común de Alicante

Iban Gorriti

El histórico frente de Villarreal contó con un grafiti de la época que voceaba a quien lo leía: Un fusil no vale nada si no hay un pico junto a él. La cita es de Antonio Ortega Gutiérrez, un histórico carabinero comunista vecino de Irun que tras una trayectoria militar que ascendió hasta coronel acabó fusilado en Alicante el 15 de julio de 1939. Según ha podido saber DEIA, su cuerpo espera a la dignidad en una fosa común del camposanto de aquella ciudad. Como curiosidad conocida durante la contienda fue presidente del Real Madrid Foot-Ball Club, denominación de la entidad durante la Segunda República.

Aunque su biografía está al alcance de todos a golpe de tecla en internet, nuevos documentos indagados por Jimi Jiménez, miembro de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, aportan importantes datos que permanecían silenciados entre legajos franquistas.

La sentencia de muerte de Ortega y el libro de actas del cementerio de Alicante que ha cotejado sacan a la luz pormenores esclarecedores de su periplo y entrega antifranquista durante la guerra del 36. Consultado sobre si se procederá a exhumar la fosa en la que está su cuerpo, Jiménez matiza que “no se le conoce familia que pudiera solicitar la exhumación. Tal vez podrían salir sus restos si la familia de algún otro enterrado allí pide la búsqueda de su pariente”, ilustra el técnico de Aranzadi. Lo cierto es que el lugar de la fosa sigue sin tocar desde hace casi 80 años, como prado de hierba en el cementerio alicantino.

El procedimiento sumarísimo de urgencia de Antonio Ortega Gutiérrez, por su parte, detalla “las vicisitudes que vivió, sus grados de sargento, teniente... sus destinos”, agrega el antropólogo durangarra. Gracias a esta búsqueda, a partir de ahora se sabe que Ortega fue procesado antes de la Segunda República siendo sargento de carabineros y expulsado del cuerpo “por motivo de contrabando de armas” relacionado con la Sublevación de Jaca y por asalto al Gobierno civil de Donostia. “Que por ser elemento rabiosamente izquierdista fue readmitido en carabineros al instaurarse la República, siendo ya teniente al iniciarse el Glorioso Movimiento Nacional”, dictamina el texto franquista datado en 1939.

A partir de entonces, intervino en la defensa de Irun como uno de sus referentes “luchando contra las fuerzas navarras”. Ortega, nacido en un pueblo de Burgos, desempeñó el cargo de gobernador civil en Donostia. Mandó a las primeras milicias vascas en el sector de la Ciudad Universitaria donostiarra y ascendió a coronel en la 40 Brigada Mixta y después en la 7ª División.

Aunque las credenciales consultadas no lo citan, Ortega pasó después a la zona centro (Madrid) para asumir el mando de la Columna Vasca. Allí, sería director general de Seguridad del gobierno de Juan Negrín, presidente de la Segunda República en 1937.

Detenido en 1939

Siguiendo con la fuente franquista consultada, también fue destinado a Valencia donde fue director general de Seguridad entre mayo y julio de 1937. Su disposición continuó como jefe del 6º cuerpo del Ejército Republicano hasta mayo de 1938, fecha en la que fue ascendido a coronel y nombrado jefe de un cuerpo del Ejército, cargo que ocupó hasta el final de la guerra. Con la llegada del franquismo, Ortega llegó a Alicante “para embarcar y huir al extranjero, siendo detenido en el puerto”, apostilla el acta. Fue detenido el 13 de abril de 1939.

Por un “delito de adhesión a la rebelión” y por apoyar “la causa marxista” sufrió un consejo de guerra que falló condenar a Ortega a la pena de muerte el 12 de junio de 1939. A las cinco horas del 15 de julio siguiente fue fusilado con “cadáver reconocido” de aquel nacido en Rabé de las Calzadas en 1888, “hijo de Víctor y Ángela, casado y padre de cuatro hijos, de cabello entrecano, piel morena, cejas al pelo, nariz grande, cara redonda y de talla 1,630”, según el expediente procesal.

Jimi Jiménez valora que Ortega fue “una figura importante”. Argumenta que existe un grafiti de la época sobre una zona que estaban fortificando en el frente de Villarreal en la que aparece su frase “un fusil no vale nada si no hay un pico junto a él”. “Para el carabinero era tan importante el arma en la guerra como la labor de quien construía trincheras. Valoraba el trabajo en equipo, aquello que no se ve, y que, al menos en fotografía, ha trascendido hasta hoy”.






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