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viernes, 30 de mayo de 2014

Gladys a 35 Años

Eguzki nos ha hecho saber por correo electrónico su intención de conmemorar el 35 aniversario del asesinato de la activista medioambiental Gladys del Estal:

Homenaje a Gladys, en el 35 aniversario de su muerte

El 3 de junio se cumplirán 35 años desde que el guardia civil José Martínez Salas mató en Tudela, de un disparo en la cabeza, a Gladys del Estal. Con tal motivo, el próximo domingo, día 1, Eguzki ha organizado un acto en memoria de la ecologista donostiarra, que, como de costumbre, tendrá lugar en Gladys Enea. La cita es a las 12, en la puerta del parque, desde donde subiremos hasta la pradera, donde, ante el monolito de Gladys, depositaremos unas flores.

¿Por qué insistir, 35 años después, en recordar a Gladys? Ante todo, porque fue nuestra amiga, nuestra compañera, y no la vamos a olvidar nunca. Pero hay más razones…

Creemos que la sociedad no debería olvidar cómo la mataron, así como no debería olvidar que aquel acto quedó impune. La Audiencia de Pamplona consideró la muerte de Glayds como fruto de un caso de imprudencia temeraria por parte del guardia y le impuso la pena mínima: 18 meses de prisión menor. José Martínez Salas ni siquiera ingresó en la cárcel. En realidad, ni siquiera hay constancia de que aquella acción supusiera un borrón en su expediente, puesto que siguió en la Guardia Civil y, en 1992, fue condecorado con la Cruz del Mérito Militar. En los últimos tiempos, mucho se ha hablado de las víctimas, de todas las víctimas, incluidas las producidas por la violencia del Estado. Pero, hoy por hoy, Gladys sigue formando parte del grupo de víctimas de segunda o de tercera, pues carece del debido reconocimiento.

Por otra parte, Como hemos manifestado en más de una ocasión, nosotros no rendimos culto a Gladys como si se tratara de una especie de santa laica. Lo que hacemos es recordarla, porque fue nuestra compañera, como queda dicho, y también porque su lucha sigue siendo nuestra lucha. Y es que Gladys no estaba aquel 3 de junio de 1979 en Tudela por casualidad, sino que había acudido a una concentración antinuclear. Gracias a ella y a otros muchos, Euskal Herria cerró la puerta a la amenaza nuclear, representada por los proyectos de centrales de Deba, Ispaster, Tudela y Lemoiz. Sin embargo, esa amenaza ha seguido colándose por la ventana a través de Garoña, “la central de las mil grietas”. Una central que, desgraciamente, sigue estando de rabiosa actualidad, pues Nuclenor (Iberdrola y Endesa a partes iguales) han solicitado una nueva licencia de actividad, después de que el Gobierno haya modificado ad hoc toda la normativa legal que lo impedía. ¿Es malicioso pensar que existe una realción efecto-causa entre la disposición de los gobernantes a plegarse a todos los requerimientos de las eléctricas y el hecho de que, concluido su mandato, terminen entrando en nómina de estas?

Bien, pues también tendremos en cuenta estas cosas el domingo, en el homenaje a Gladys.

Eguzki, mayo de 2014






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