Los focos de violencia se encienden en todo el mundo. Washington impone su poder agrediendo estados y pueblos soberanos a diestra y siniestra, contando siempre con la complicidad de sus secuaces en la comunidad internacional. Ante esta locura desatada surgen las voces que piden cordura y eligen el arte como medio de expresión para su anhelo de paz, una paz con justicia, libertad y dignidad.
Es por lo anterior que les presentamos este reportaje publicado en Deia:
Los otros 'Guernica'
El 'Guernica' es más que un cuadro, es un grito contra la barbarie. Otros artistas han seguido los pasos de Picasso. La Diputación tiene un proyecto, comisariado por Sáenz de Gorbea, en el Museo de Euskal Herria con los otros 'Guernica'
Maite Redondo
Es difícil que alguien olvide la primera vez que se enfrenta al Guernica de Picasso. De las violentas pinceladas del genial creador malagueño parecen emerger gritos de muerte. El 26 de abril de 1937 los aviones alemanes e italianos dejaban caer sus bombas sobre la desprevenida Gernika. El horror que Picasso sintió al ver las imágenes lo vomitó en este lienzo, que creó en el transcurso de unas semanas para colgarlo en la Exposición de París de 1937. El artista nunca viajó a Gernika pero pintó, en negro, blanco y gris, la obra más estremecedora sobre el bombardeo que nadie podría haber realizado jamás.
El mundo del arte no ha sido ajeno a este alegato contra la violencia. El Departamento de Cultura de la Diputación de Bizkaia inició en 2008 en el Museo de Euskal Herria de Gernika un ambicioso proyecto expositivo para seguir recordando y conociendo desde diferentes perspectivas la historia de infamia cometida contra la localidad vasca. "El Guernica de Picasso refleja con tanta profundidad y fuerza nuestra memoria que su visión aún nos sobrecoge a las generaciones que no conocimos ni la guerra ni el periodo más cruel de la posguerra. Con este proyecto, queremos dar también cabida a las obras de artistas vascos que han trabajado en la estela de este trágico acontecimiento", explicaba la diputada de Cultura, Josune Ariztondo.
El proyecto está comisariado por el crítico de arte y premio Gure Artea 2012 Xabier Sáenz de Gorbea y arrancó con la visión del bombardeo a través de los ojos del artista guipuzcoano Roberto Mendiguren. Desde entonces, el museo ha acogido también los Gernikas de Nestor Basterretxea, de Ortiz de Elgea y de otros artistas vascos contemporáneos.
En la actualidad, y hasta el 14 de septiembre, son dos creadores coetáneos del desastre quienes centran la exposición: Antonio de Guezala (1889-1956) y Juan de Aranoa (1901-1973), artistas que se unieron a la embajada cultural Eresoinka, fundada por el lehendakari José Antonio Aguirre en 1937 en el exilio. Guezala y Aranoa pintaron escenografías y dibujaron figurines de vestuario para las actuaciones.
Eresoinka
En la muestra se pueden ver dos óleos creados por Antonio de Guezala en 1939 y cedidos por el Museo de Bellas Artes de Bilbao para esta ocasión: Eresoinka 8h 45 y Eresoinka 20h. 45.
"Nadie sabe cómo llegaron a la pinacoteca, quién los donó, pero es una oportunidad única para contemplarlos porque nunca antes se habían expuesto juntos", explica Xabier Sáenz de Gorbea.
En el Museo de Euskal Herria también se pueden ver una reproducción a tamaño original del cuadro Guernica creado por Juan de Aranoa en 1972 - "realmente impresionante", dice el comisario- ; y dos reproducciones a gran escala de las escenografías de Aker-Landa y Aintza'ko Ereserkia de Guezala, entre otras obras.
La exposición se completa con un audiovisual con música de Francisco Escudero, concretamente de la ópera Gernika. La obra, que lanza un mensaje de paz y de concordia y que es un canto al pueblo vasco, sólo se ha interpretado una vez, en 1987, coincidiendo con los actos del cincuenta aniversario del bombardeo de Gernika y fue en el Teatro Arriaga de Bilbao.
Gernika ha sido fuente de inspiración para poetas, pintores y músicos como Luigi Nono o Pablo Sorozábal, pero el Gernika de Escudero es la obra de mayor envergadura, la más compleja y ambiciosa que se ha compuesto sobre este tema, comparable a la de Picasso en pintura.
"La obra culmina con el canto del Gernika´ko Arbola. Por el trabajo Escudero percibió mil francos en enero de 1938, pero la partitura original se perdió. Años después, hizo uso de los recuerdos cuando presentó en 1987 una ópera en cuatro actos, cuya grabación permite acercarnos a aquellos lejanos tiempos", explica Xabier Sáenz de Gorbea.
Ícono
El cuadro de Picasso se ha convertido en un icono que ha fascinado a muchos artistas locales e internacionales y se ha pintado y aludido de múltiples maneras. Tal y como explica el comisario de este proyecto, a partir de 1969, el Equipo Crónica (1963-1981) comenzó a hacer versiones y el cuadro se transformó en un icono de la lucha antifranquista.
La polaca Goshka Macuga (1967) presentó también en 2009 la réplica en tapiz del Guernica que Colin Powell mandó cubrir en la ONU al anunciar los inicios de la guerra contra Irak en 2003. El norteamericano Richard Serra realizó un trabajo de 38 toneladas en 1986 y lo denominó Equal-Parallel / Guernica-Bengasi, relacionando las dos ciudades con sólidos y pesados volúmenes que desaparecieron del Reina Sofía en 1990 y han vuelto a rehacerse en 2008. "La sombra de Pablo Picasso es alargada. Incluso ha llegado al graffiti. El graffitero Suso33 (1977) participó en un Homenaje a Guernica del Reina Sofía en 2006 junto a Boa Mistura, Brake1 o Max501", explica el comisario. El norteamericano Ron English (1966) se ha sentido también impactado y lo ha pintado en numerosísimas ocasiones.
El Guernica ha inspirado asimismo a artistas africanos y de Oriente Próximo, como al iraquí Dia Al-Azzawi, cuya obra No somos visibles sino cadáveres trata la causa palestina, e Ibrahim el-Salahi, que en Lo inevitable trata temas de represión política y de liberación en Sudán. Porque Gernika existió y seguirá existiendo en muchos genocidios en distintas partes del mundo.
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