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domingo, 8 de enero de 2012

Pedro Echeverría V. | ¡Libertad a los presos vascos!




Nuestro amigo Pedro Echeverría nos envía su opinión acerca de la marcha de ayer en Bilbo:


¡Libertad a los presos vascos, luchadores por la independencia! ¡Muera Franco resucitado!
1. Unas 100 mil personas se manifestaron ayer sábado en Bilbao para pedir –con gigantescas mantas- el traslado de los más de 700 presos vascos a Euskal Herria; fue la primera marcha de este tipo organizada después del anuncio, en octubre, del abandono de la lucha armada etarra. Estos luchadores por la independencia están en distintas cárceles españolas y francesas y, la realidad, me parece que la consigna de simple “traslado” significa una terrible concesión a los franquistas españoles que los tienen injustamente presos. Como si estos hubiesen realizado atentados o matado por gusto, por deporte o por saciar su sed de venganza. ¿Acaso mantener a la población en la miseria, saquear las arcas de un país, apoyar a los yanquis en una guerra, reprimir con brutalidad las protestas y torturar a los presos no es una forma abierta de asesinato? ¿Por qué Aznar, quien acompañó a Bush a asesinar a decenas de miles de iraquíes, no está en la cárcel?
2. Pienso que quienes sufren cárceles de las clases dominantes sabían, tenían la convicción que algún día estarían en las mazmorras. Qué cuando a un luchador social le tocan las balas de los asesinos burgueses pues ya las esperaban en cualquier momento; pero lo que no se puede aceptar es la ideología fascista que siempre criminaliza, es decir, que siempre desprestigia a quienes luchan contra ella. Ningún luchador social se hace rico explotando o saqueando el erario público y, cuando han estado en contacto con el dinero es porque la organización política lo requiere para desarrollar sus actividades. Aplaudiríamos si un gran empresario fuera a la cárcel por explotar trabajo humano; si un gran político fuera a la cárcel por hacerse millonario él y sus familiares en unos cuantos años; si un jefe policiaco fuera a la cárcel por torturar a los presos y si otros tantos curas pedófilos fueran a la cárcel. Pero como el mundo está de cabeza y se castiga a los rebeldes.
3. Luchar por la liberación de nuestro país, adoptar “tácticas violentas” porque las clases dominantes no dejan otro camino, secuestrar a empresarios explotadores y políticos corruptos que con su dinero arman paramilitares asesinos, bloquear carreteras, avenidas, bancos, embajadas, para presionar una negociación, son delitos para la clase dominante, para sus jueces y abogados que manejan leyes hechas por ellos, pero para los trabajadores son simples formas de lucha de defensa de sus derechos humanos durante siglos pisoteados y conculcados. ¿O piensan los hijos de puta (por cierto las putas ha negado que los políticos y empresarios sean sus hijos) que nos quedaremos sentado esperando que los millonarios dialoguen con nosotros? Y los vascos de ETA y demás organizaciones izquierdistas como las FARC y otras en el mundo, no deben esperar nada bueno de la “justicia” de la burguesía. Se puede negociar pero sin dejar un momento los principios ideológicos.
4. ¡Cuánto aplaudimos y gritamos de alegría en el auditorio de Economía de la UNAM –en reunión de delegados del SPAUNAM- aquella tarde-noche de 1975 que se nos anunció que el fascista Francisco Franco había muerto! Pensamos: ahora sí, España, después de 36 años de feroz dictadura, entraría a un régimen democrático e incluso autogestivo como herencia de aquellos ideales anarquistas de los años treinta. En ese momento que estábamos destapados haciendo una gran huelga de académicos en la UNAM, pensamos que en España vendría el gran destape, el desmadre anarco y una especie de liberación de todo tipo que el mundo seguiría. Pero no pasó nada. Vino el rey, la burguesía, el espíritu de Franco y todo volvió a su cause. Conforme pasaron los días, meses y años nuestra admirada España regresó a lo mismo: una dictadura franquista sin Franco encabezada por el reyecito y su corte.
5. Y los luchadores izquierdistas, así como los vascos, siguen perseguidos. Por cierto, ¿qué paso con mis admirados indignados de la Plaza del Sol? Espero que hayan dado un paso atrás para tomar fuerza y ahora lleguen con demandas que permitan que los madrileños, barceloneses y demás, rompan con todos los obstáculos que les han impuesto para encerrarlos y convertirlos en divertimento. Si los indignados fueron convertidos en nada, si los ocupa Wall Street se los jodieron se pensaría que el capitalismo tendrá vida en los próximos 50 años. Seguramente otros cientos de movimientos surgirán, pero el capitalismo siempre tendrá el poder para engullírselos. En España se cambió una dictadura, la de Franco, por otra: la de la burguesía. Antes Franco tenía como base el poder personal; ahora una Constitución burguesa que protege y da cobertura a cualquier gobierno “socialista” o “popular”; como dicen en México, la misma gata, pero revolcada”.
6. Pienso que ETA no debió abandonar la lucha armada aquel 20 de octubre del pasado tras 40 años de lucha y más de 800 muertos. Lo hizo para lograr que sus presos salieran de las mazmorras españolas, pero también para demostrar al mundo que los asesinos no son ellos sino el sistema capitalista que reprime y segrega a madrileños, vascos, catalanes y todo el mundo. La ETA, así como las FARC, el EZLN, representan una piedra muy molesta para los gobiernos del capital. El gobierno derechista de Rajoy y del reyecito, quisieran la desaparición total de ETA para que pudieran gobernar sin crítica alguna con fuerza. ¿Se olvida acaso que el la democracia capitalista de acepta la crítica individual, cualquiera que sea, siempre y cuando no tenga fuerza o presencia? Yo los puedo criticar. Incluso mentarles la madre, pero si tuviera una organización, un movimiento de masas radical, tendría que guardar silencio. Esa es la “libertad” tan propagada por el sistema capitalista.
7. Así que los vascos, los catalanes y otras nacionalidades, si quieren ser realmente independientes, deben luchar juntos. En México logramos nuestra independencia de España en 1821 y hoy –aunque jodidos- nos llamamos mexicanos. Pero aún hay muchos mexicanos que soñando se consideran españoles, peninsulares y europeos porque para ellos ser mexicano es degradante. Los vascos y catalanes, por el contrario, reivindican su cultura y costumbres, por eso no han dejado de luchar. Por ello, aunque el grito del internacionalismo de Marx signifique borrar todo tipo de fronteras y nacionalismos, seguramente en el territorio español existen aún problemas muy concretos que las nacionalidades buscan ajustar. Por ahora tenemos la obligación humana de exigir la libertad de los presos políticos vascos y que caiga el régimen neofranquista de España para que se convierta en un ejemplo de liberación para América Latina.





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