Los hitos se suceden y La Zarzuela continúa obstaculizando el proceso de paz en Euskal Herria, negándose así a permitir al estado español a abandonar de una vez por todas el siglo XV y entrar por fin al XIX (decir que al siglo XXI es mucho pedir, para eso su líder Juan Carlos Borbón tendría que renunciar a la corona entregada a él como legado del fascismo europeo del siglo XX que nos dio a gentuza como Winston Churchill, Benito Mussolini, Adolph Hitler y Francisco Franco).
Pues bien, en relación al primer aniversario del adiós a las armas de ETA, la izquierda abertzale se ha dirigido a Madrid para que destrabe el proceso:
Hoy se cumple un año del anuncio de ETA de alto el fuego permanente y verificable, prólogo del cese definitivo de octubre. Recordando esta efeméride la izquierda abertzale ha comparecido esta mañana en San Sebastián para exigir al Gobierno español y al francés que entablen conversaciones con ETA para abordar la cuestión del desarme de la banda, los presos y la "desmilitarización del país".
Sus portavoces Maribi Ugarteburu y Niko Moreno han pedido al PP que actúe con "responsabilidad" y que "cambie de actitud". Ante la negativa del Gobierno de Rajoy a conceder medidas globales a los presos, Ugarteburu ha recordado que el colectivo de reclusos ya expresó su disposición "a dar pasos en ese sentido tanto de manera colectiva como individual". Ha agregado que "con que se aplique la actual legislación" y se empiece a acercar a los presos ya sería un avance.
Además, ha emplazado al Ejecutivo central a hacer suyos el Acuerdo de Gernika y la Declaracion internacional de Aiete, que trajeron consigo el final de la violencia. Ha remarcado en este sentido la necesidad de consolidar un proceso de paz porque "sigue habiendo un conflicto político al negar España y Francia el derecho a decidir de los vascos". La legalización de Sortu es otra de las reivindicaciones que la formación independentista plantea en este aniversario.
Que se note de que lado está la voluntad por la paz y el respeto a los derechos políticos y civiles de los pueblos que son norma en el siglo XXI.
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