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miércoles, 11 de enero de 2012

Ondo Ibili Blanca



Con gran pesar les compartimos una mala nueva, ha muerto Blanca Antepara, símbolo de las madres de los presos políticos vascos.

Esta es el óbito publicado por Gara:


Blanca Antepara ha muerto en su casa de Urbina a los 88 años.
Nacida en Urbina en 1923, Antepara tuvo siete hijos. Símbolo del movimiento pro amnistía por su coraje delante de la Policía y por su ternura con los represaliados y sus familiares, su hijo Iñaki Ormaetxea murió tiroteado por la Guardia Civil en agosto de 1991 en el barrio donostiarra de Morlans. Otro hijo, Josu, pasó 20 años en diferentes cárceles españolas. Antepara visitó casi todas las prisiones del Estado español, "todas menos tres o cuatro", y recorrió miles de kilómetros para ver a los suyos y a otros presos.
"He vivido para los demás", señalaba a GARA en una entrevista en mayo de 2010.



Y este es un fragmento de una entrevista realizada en 2010, lo hemos elegido a la luz del deterioro en la salud del autor intelectual del acto de terrorismo de estado cometido en Gasteiz el 3 de marzo de 1976 en contra de muchos ciudadanos vascos, incluido uno de los hijos de Blanca:


¿Qué fue Franco para usted?
No puedo ni oír el nombre porque hasta me pongo mal. Fue un criminal.
A los pocos meses de morir Franco, el 3 de marzo de 1976 la Policía mató a cinco trabajadores e hirió a más de cien en Gasteiz. Su hijo Josu [entonces, 18 años] resultó herido de bala. ¿Cómo recuerda aquel día?
Era un día espléndido, recuerdo que decía «qué bien para la huelga». Estaba contenta con la huelga porque me parecía que era para el bien de la gente. Mis hijos solían venir a comer a casa, pero a veces se quedaban en Gasteiz, donde una hermana que ya estaba casada. Entonces ese día me avisan de que no pueden venir a comer, que se van a quedar donde la hermana. Yo, tranquila... Pero a las 8 de la noche me viene el segundo hijo y me dice «ama, tienes que venir a Vitoria porque Josu está en el hospital». Y fui al hospital y allí estaba. Mi hijo salía de las Diocesanas [donde estudiaba] y fueron al follón. Como la Policía andaba a tiros, se metieron en un portal. Allí es donde le dieron el tiro. Gracias a que traspasó la puerta y debía ir con poca fuerza la bala, porque si no... Le entró por un lado de la nariz y se le quedó en el cuello. Le cogió una gente muy buena de Vitoria y le llevaron al hospital, sacándole de un piso a otro por los patios. Cuando lo vi fue una desolación terrible... ¡Cómo estaba...!
¿Qué le parece que nadie fuera juzgado ni condenado por aquellos hechos?
Que siempre estamos pagando los desgraciados. Cuando lo del otro hijo [Iñaki, muerto a tiros en Donostia], igual... A Josu si no le llevan enseguida aquel día habría muerto. La idea de ellos [la Policía] era matar. Yo siempre he dicho que me han matado dos hijos: uno, ese día, y el otro [Iñaki], el día que se lo llevaron detenido, porque cuando llegó después a casa... Yo le dije «mira, hijo, no te metas mucho, ya ves que no podemos hacer nada». Pero me dijo «ama, si tú vieras lo que pasa ahí [por la comisaría]...»



Recordemos que la fastuosa democracia de la cual han estado presumiendo los españolitos que nos han estado visitando desde el nombramiento del vascófobo de la semana es precisamente la democracia que proveyó impunidad a los autores materiales e intelectuales de los delitos de lesa humanidad cometidos en contra de los hijos de Blanca.


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