El nuevo ocupante de La Moncloa, el sociata José Luis Rodríguez, ha puesto el grito en el cielo tras atracar en Gibraltar un submarino nuclear inglés, como claro recordatorio de quien ejerce soberanía sobre ese peñón a las puertas del Mediterráneo.
Aquí lo que ha publicado La Jornada al respecto:
Nueva fricción confirma las malas relaciones entre Londres y Madrid
Irrita a España atraque en Gibraltar de nave británica
Armando G. Tejeda | CorresponsalEspaña y Gran Bretaña enfrentan una nueva fricción diplomática que confirma las malas relaciones que mantienen el presidente socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, y el primer ministro británico, el laborista Tony Blair, a raíz de sus diferencias sobre la invasión de Irak y la retirada de los efectivos españoles de la región en conflicto.
El anclaje del submarino nuclear Tireless en el muelle naval de Gibraltar representa, además de un potencial riesgo ecológico, un "gesto poco amistoso" de Londres que, según la diplomacia española, es una provocación al nuevo gobierno socialista.
Blair y Rodríguez Zapatero mantienen un velado enfrentamiento desde que comenzó la escalada militar angloestadunidense en Irak, que se evidenció por primera vez con la ausencia del premier británico en la pasada cumbre de la Internacional Socialista en Madrid, donde se condenó la operación bélica en el país árabe y la política de "guerra preventiva" adoptada por la administración del presidente de Estados Unidos, George W. Bush.
El submarino nuclear Tireless permaneció un año atracado en la provincia británica de Gibraltar (en territorio español) hace cuatro años, con el argumento que estaba siendo reparado por diversas fallas en su mecanismo de navegación.
Si ya entonces Madrid manifestó su molestia por la presencia del buque militar, a pesar de la "estrecha amistad" de Aznar y Blair, el retorno del submarino a costas españolas provocó una agria reacción del nuevo gobierno, que exigió a Londres "todas las garantías de seguridad".
La primera declaración sobre la polémica del gobierno de Blair fue por conducto del Ministerio de Asuntos Exteriores, que mediante un comunicado informó que la estancia del Tireless sería "corta" y que su atraco en Gibraltar es "algo habitual en los trayectos de buques de guerra o submarinos de este tipo".
Londres negó que el submarino represente una "amenaza" para el entorno de la región, como denunciaron diversas organizaciones ecologistas, entre ellas Greenpeace, que sí ven un "riesgo latente para el ecosistema y más aún si son nucleares, como en el caso del Tireless", agregó.
Miguel Angel Moratinos, ministro español de Asuntos Exteriores, explicó que si bien no presentarán protesta formal ni denuncia contra el gobierno de Blair por este asunto, sí consideran que la presencia del submarino es "un gesto negativo en las relaciones bilaterales". Pero la diplomacia británica negó cualquier intencionalidad política y sostuvo que las relaciones entre ambos países son "excelentes".
El triunfo del Partido Socialista Obrero Español en los comicios del pasado 14 de marzo provocó un viraje enorme de la política exterior del Estado español, sobre todo en relación con los dos ejes prioritarios del anterior gobierno, del derechista José María Aznar: la guerra de Irak y el apoyo a Estados Unidos, así como las relaciones con los países europeos, sobre todo con Francia y Alemania, abiertamente enfrentados con el gobierno anterior.
Esto significó el final de la "estrecha" y "óptima" relación que mantuvieron España y el Reino Unido, una vez que Aznar y Blair decidieron respaldar en los últimos años la doctrina estadunidense en Europa y apoyar sin restricciones la política imperialista de Washington en los conflictivos países árabes y de Asia central.
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