Damos seguimiento a la compra de la Medalla de Oro del Congreso estadounidense por parte del criminal de guerra y ahora asesor de la rama Cristera de la derecha mexicana, el vanidoso José María Aznar, quien contrató al lobby estadounidense DESPUÉS del 11-M, con este artículo de La Jornada:
Rodríguez Zapatero exigirá a Rajoy explicar el despilfarro de Aznar por una condecoración
Esas acusaciones "sólo merecen desprecio", responde el ex gobernante a sus detractores
Armando G. Tejeda | Corresponsal"Despilfarro", "vanidad" y "abuso de poder" fueron sólo algunas de las acusaciones que recibió hoy el ex presidente del gobierno español, el conservador José María Aznar (1996-2004) por el contrato de 2 millones de dólares que firmó la cancillería, tres meses antes del fin de su mandato, con un lobby estadunidense que tenía el encargo de promover la imagen del ahora ex mandatario para obtener la Medalla de Oro del Capitolio. El actual presidente, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, anunció que presentará toda la información sobre el asunto en sesión parlamentaria, donde exigirá una explicación al nuevo líder del derechista Partido Popular (PP), Mariano Rajoy.
La noticia difundida ayer por la emisora Cadena Ser sobre el contrato millonario que firmó el gobierno de Aznar, a través del ex embajador español en Washington, Javier Ruperez, con la firma de abogados Piper Rudnick con la intención de reunir firmas de apoyo para la concesión de esa distinción al ex presidente, desató una catarata de críticas tanto de dirigentes políticos como de los medios de comunicación.
Quizá la viñeta publicada por el diario conservador El Mundo, firmada por Idigoras y Pachi, es la que mejor resume el sentir sobre la conducta del ex presidente: en el recuadro, titulado Disneyworld USA, aparece Aznar de pie en una silla empotrada en un vehículo carnavalesco conducido por Tribilín, El Pato Donald y Mimí, mientras que una persona del público que en teoría vitorea a Aznar, se pregunta: "Si pagó 2 millones de dólares por conseguir la medalla del Congreso de USA, no quiero ni pensar lo que habrá pagado por esto..."
La concesión de la medalla aún está en trámite y los abogados contratados por Aznar aún no han logrado reunir las firmas de apoyo necesarias, a pesar de que el anterior gobierno publicitó la comparecencia de marzo pasado de Aznar ante el Congreso estadunidense y resaltó las "privilegiadas" relaciones entre Washington y Madrid, en gran medida por el apoyo de Aznar a la guerra de ocupación de Irak.
El asunto, al Congreso de los Diputados
Zapatero fue cauteloso al referirse a la polémica, una vez que se comprometió a discutir este asunto en el Congreso de los Diputados. Además, señaló que los dirigentes del PP deben explicar la situación, pues se sospecha que podría implicar un presunto delito de malversación de fondos públicos.
Aznar, desde México, aseguró que las acusaciones de que usó dinero público para intentar ganar la medalla del Congreso "sólo merecen desprecio".
"Cuando se intenta demostrar que un gobierno no ha dicho la verdad, y el mío la ha dicho, se pueden intentar muchas cosas para desviar la atención, incluso manchar la moralidad de las personas, pero yo no voy a entrar en esas cosas. simplemente cuando se plantean en términos que tienen muy poco que ver con la realidad, sólo merecen desprecio".
El vocero del PP en el Parlamento, Eduardo Zaplana, también justificó el citado contrato porque su fin era "defender los intereses de España". El político conservador y vocero del anterior Ejecutivo, añadió que es "impropio de un sistema democrático que el nuevo gobierno se dedique a revisar la gestión anterior con un ánimo revanchista y de linchamiento".
El periódico español El País sostiene en su editorial: "Este episodio refleja que Aznar ha confundido su persona, su cargo y el Estado, una confusión que le llevó a casar a su hija en una especie de boda oficial en El Escorial, y a llevarse documentos secretos del CNI de La Moncloa y presentarlo como si fuera algo natural. Al respecto, Aznar no sólo no se ha retractado, sino que, una vez más, ha intentado desviar la atención. Su afirmación de que "todos los informes están en el CNI" y de que "no hay ningún documento del CNI que no esté en manos del actual gobierno", además de ser una verdad de perogrullo, no explica nada sobre si él conserva o no las copias de los informes que se le enviaron como presidente del gobierno... Tras la derrota electoral, Aznar se ha quedado no sólo sin el Estado en sus manos, sino que su mal estado arrastra al PP. Ahora debe explicarse, rendir cuentas y pagar lo que no corresponde al Estado. Es lo mínimo que cabe exigirle."
El otro rotativo de referencia y cercano al PP, El Mundo, señala: "No parece, de acuerdo con lo establecido en el artículo 433 del Código Penal, que este delito pueda ser de aplicación en este caso, ya que bien se podría alegar que a España le beneficia que a su presidente del gobierno le den esa medalla. Sin embargo, sí que estamos ante un disparate de bulto por parte del propio Aznar o de quien, en el Ministerio de Exteriores, gestionara las relaciones con el lobby... Pero es que, además, a la postre la inversión pública resultó un despilfarro porque Aznar no logró los votos suficientes en el Senado para lograr la distinción y porque la agencia de relaciones públicas hizo gestiones asimismo para que hubiera una nutrida asistencia de congresistas en el discurso de Aznar y hubo que llenar el foro a base de estudiantes y becarios".
Por último, Luis Ignacio Parada, articulista del rotativo conservador Abc, dice: "El descubrimiento de un contrato por el que el gobierno del PP, con fondos del Ministerio de Asuntos Exteriores, se comprometió a pagar 2 millones de dólares a un lobby estadounidense para promover la imagen del ex presidente español y conseguir el apoyo para que le fuese concedida la Medalla de Oro del Congreso de Estados Unidos es un torpedo bajo la línea de flotación de Aznar, pues afecta su faceta más querida: la honorabilidad. No porque el contrato sea ilegal, ya que legales son los lobbies en Estados Unidos, públicos son sus contratos y facturas, y legítimo el cauce por el que se llevó a cabo, pese a la comprensible confidencialidad, sino porque descubre esa postrera debilidad de Aznar, la vanidad, con la que colma la montaña de acusaciones de altanería, engreimiento, inmodestia y endiosamiento de los que le acusan sus detractores".
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