Esta nota aparece en Diario Hoy de Argentina:
Identidades
Congreso Internacional reivindica la pluralidad lingüistica
Con una fuerte defensa de las lenguas supervivientes al proceso de globalización económica y cultural, los asistentes al II Congreso Internacional de las Lenguas, convocado por el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, culminan hoy su encuentro de tres días en esta ciudad.
Talleres, reuniones, ponencias de destacados especialistas como el padre Bartolomeu Meliá -un reconocido etnohistoriador de los guaraní- se intercalaron con documentales de pueblos indígenas de México, Perú, Venezuela y del país vasco.
Así, en varios discursos del encuentro se remarcó que la escritura es un descubrimiento "tardío" de la humanidad, que con su consolidación "dejó afuera a la mayoría de las lenguas del mundo", por lo que se exaltó vivamente la importancia de la oralidad y la necesidad de prestigiar a quienes viven en esas culturas y hablan esos idiomas.
"El hombre no es hombre por la escritura sino por la oralidad", aseveró en una concurrida ponencia del estudioso Adolfo Colombres en el Aula Magna de la Facultad de Medicina, donde señaló que el quechua tiene 40 millones de hablantes, 37 variedades y que recién ahora se están haciendo esfuerzos para coordinar una grafía común.
De todos modos, el aporte del antropólogo estuvo centrado en poner en valor la existencia de los ancianos de los pueblos indígenas que "son bibliotecas que caminan" pero que van muriendo sin ser valorados y sin que se conozcan los saberes que han juntado a través de toda una vida dentro de una cultura ajena a la dominante.
Los asistentes, casi todos investigadores o dirigentes indígenas, debatieron sobre lengua, identidad, territorio, derechos humanos, recursos naturales, memoria, género y educación.
"Nosotros siempre vivimos en la interculturalidad, hemos sido obligados a vivir de esa manera. ¿pero quién sabe cómo somos nosotros? ¿Quién se toma el trabajo de conocernos", resaltó la escritora del pueblo ñuusavi de México, Ceferina Patricia Sánchez.
Con esa frase puso de manifiesto las relaciones de desigualdad y asimetría que hay entre una cultura dominante y las de los dominados.
Por otra parte, en el encuentro se evidenció el estrecho y creciente lazo que une a dos culturas, la de los vascos y la de los mapuche, dos pueblos de fuerte tradición luchadora en defensa de su identidad.
Gorka Ovejero, de Askapena (Liberación en euskera) consideró "muy positiva" la realización del II Congreso de las Lenguas al señalar que le permitió a la organización a la que pertenece "un contacto de primera mano con los pueblos originarios".
"Estamos interesados en conocerlos y en Internet se puede encontrar información pero nosotros buscamos esto", remarcó, y reveló que estuvieron 20 días en comunidades mapuche del Chubut.
Entre los mapuche presentes estaba Martín Malikeo, el joven logko (jefe político), detenido en Ezeiza por la denuncia de una petrolera estadounidense a la que ganó, junto a otros tres caciques, un juicio que se desarrolló en Neuquén y cuya sentencia absolutoria se conoció hace un mes.
Como un testimonio viviente, uno más entre muchos, el joven mapuche participó de los debates en el Congreso de las lenguas con la intención de que el documento final refleje que "la cuestión del territorio es condicionante porque no se puede ejercer ningún derecho sin la tierra".
"No podemos proyectarnos como pueblo, no podemos recuperar la lengua, sin el territorio de donde somos permanentemente desalojados, despojados", aseveró Malikeo al considerar que el idioma de los mapuche, el mapudungún (habla de la tierra) se convierte en si se lo considera separado de su territorio.
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