Aquí tienen el comunicado más reciente de Askapena:
Independentzia eta Sozialismorantz
EUSKAL HERRIA, PASO A PASO
Servicio informativo de ASKAPENA Nº185Filibusteros y farsantes
Dice un viejo refrán que "antes se coge al mentiroso que al cojo" y eso es lo que ha sucedido en Euskal Herria. El doloroso proceso de ilegalizaciones que ha sufrido la izquierda vasca ha tenido dos partes. El la fase previa a las elecciones, eran muchos paisanos nuestros los que justifican la trampa que se estaba preparando; repetían sin descanso mensajes que exculpaban a los fascistas: se trata de un juego acordado entre el Gobierno y Batasuna... al final, podrán presentarse sin ningún problema... están haciendo victimismo porque esto les da réditos electorales;... en el caso de que no pudieran presentarse a las elecciones, los únicos responsables sería ellos... no han cumplido la tarea que tienen pendiente (condenar la violencia) si quieren ingresar al selecto club de los demócratas...
Aquellas frases justificatorias del atropello resultaban demasiado escandalosas y dejaban muy en evidencia a quienes las repetían. Por eso, varios partidos vascos, mezclaban las anteriores frases con otras que pretendía demostrar una cierta sensibilidad ética: debe derogarse la Ley de Partidos... ninguna fuerza política tendría que quedar al margen de la contienda electoral... todos debemos de competir en igualdad de condiciones... Se trataba de una retórica hueca, destinada a cuidar la imagen y a fingir una pretendida conciencia ética de la que tanto alardean y de la que, a todas luces, carecen. El tono en que lo decían y su empeño por dar a la campaña electoral una apariencia de normalidad, dejaban al descubierto sus verdaderas intenciones: esperaban que la ilegalización se materializase para poder beneficiarse de los cargos que correspondían a la izquierda ilegalizada.
Durante la jornada electoral, los principales líderes de estas formaciones responsables o cómplices de ilegalización hubieron de soportar las protestas populares; personas de la izquierda les esperaban a pie de urna para reprocharles sus actitud. Su enfado ante las protestas demostraban que no tenían la menor conciencia de culpa por el atropello fascista que estaban cometiendo.
Confrontación post electoral
El PNV, buque insignia del vasquismo claudicante, es el primero que se posiciona al respecto. El día 5 de junio anuncia con mucha solemnidad y poca vergüenza que tomará posesión de los cargos que, por decisión popular, corresponden a la izquierda vasca. Su decisión no sorprende a nadie: es persecutor implacable de la izquierda, ha sido cómplice del PSOE en el proceso de ilegalizaciones y, además, es quien se va a beneficiar de más escaños ¿Cuando se ha visto que el PNV anteponga la ética a sus intereses partidistas?
Dos días más tarde, es Eusko Alkartasuna ("Solidaridad Vasca", aunque en este caso no hace honor a su nombre) la que se posiciona. Responde al requerimiento que le han hecho los ilegalizados con parecidas palabras a las que había usado ya el PNV. Los ladrones se consideran gente muy respetable "no toleraremos amenaza alguna a nuestro cargos ni aceptaremos lecciones de democracia". Celebradas las elecciones emprenden un trabajo ideológico intenso para convencer a la ciudadanía de que su piratería se ajusta a la democracia. También están presionando dentro de las respectivas formaciones ya que algunos de los que van a tomar posesión sin el refrendo popular se resisten a ejercer de ladrones, tal y como se lo exigen las direcciones de los partidos que decían estar en contra de la ley.
La contestación popular
Conscientes de que la razón está de su lado y que se está cometiendo con ellos una gran injusticia, la militancia de la izquierda expoliada reclama sus derechos. Después de las elecciones, ANV ha remitido cartas a las diferentes fuerzas políticas solicitando una reunión conjunta; hasta el momento, los resultados han sido poco satisfactorios. A partir del día 6 de junio, la izquierda emprende una dinámica de movilizaciones populares para sacar el tema a la calle y denunciar públicamente a los piratas. El día 7, miembros de la izquierda se concentran delante de las oficinas centrales del PNV y denuncian su actitud usurpadora. El día 8, en el pleno del Parlamento Vasco, las parlamentarias de la izquierda exhiben carteles denunciando el latrocinio. El día 9, miembros de la izquierda se concentran en Gasteiz delante de la sede del PP. El día 10, la concentración de denuncia se traslada al Ayuntamiento de Bilbao; en dicha concentración anuncian que ANV concurriría el día 16, en el acto de constitución de las instituciones, para tomar posesión de los puestos que el pueblo les ha concedido.
El anuncio de ANV crea una gran preocupación en los usurpadores; están cometiendo el robo sin el menor reparo pero les indigna que los ilegalizados acudan a reclamar sus derechos. Los responsables de interior de Madrid y de Vitoria preparan un operativo especial para reprimir la protesta de la izquierda. Una vez más, la policía se prepara para proteger a los ladrones de la reclamación de los expoliados.
La constitución de unos ayuntamientos antidemocráticos
Lo que está contemplado como un mero formalismo administrativo se convirtió en Euskal Herria en la expresión de una situación convulsa y anormal. Algunos municipios se constituyen a horas tempranas y con prisas propias de tareas clandestinas. Muchos de ellos cuentan con presencia policial que tiene orden de actuar contra los expoliados (atropello sobre atropello); en algunos casos, la barreras y medidas policiales convierte los edificios municipales en búnkeres contra el clamor popular. Todos los actos de constitución cuentan también con la presencia de gentes de izquierda que, cartel en ristre, denuncian lo que está ocurriendo. Algunos de los cargos electos ilegalizados ocupan los sillones que les corresponden, comparecen con las bocas amordazadas, intervienen reclamando sus derechos... Sobra decir que sus protestas pacíficas son respondidas con la represión policial que deja un cupo de personas detenidas o contusionadas.
En este crispado ambiente hay personas que, demostrando más sensibilidad que la mayoría de los dirigentes, se niegan a colaborar en el fraude. La formación Aralar advierte que no ocupará más cargos que los que en justicia le corresponden. Otros candidatos deciden no comparecer a la toma de posesión expresando su desacuerdo con el atropello que se está cometiendo.
Esta actitud ejemplar y honesta por parte de algunas personas se contrapone al comportamiento miserable de las direcciones de los partidos. Quienes decían estar en contra de la Ley de exclusión, presionan a quienes no quieren ser ladrones para que roben sin escrúpulos los cargos que corresponden a la izquierda. Un contexto de violencia y represión promovido desde el poder y las direcciones de los partidos sólo puede dar lugar a la crispación.
Euskal Herria, 2 de Julio de 2007.
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