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lunes, 4 de septiembre de 2017

Lecciones Cubanas tras Harvey

Se repite la historia una y otra vez y pareciera ser que la prepotencia estadounidense nunca va a permitir que quienes dirigen los destinos de ese estado aprendan las lecciones que nos da la Revolución Cubana.

Lean ustedes este artículo compartido por Cuabinformación:


José Manzaneda

El reciente huracán Harvey ha causado –en estimaciones iniciales- cerca de 50 muertes en EEUU) y ha generado una cobertura informativa colosal a nivel mundial.

No se puede decir lo mismo de las recientes lluvias monzónicas que, en la India, Nepal y Bangladesh, han provocado la muerte de más de 1.200 personas… sin apenas ser noticia.

Pero... puestos a analizar el papel de la prensa en la cobertura de desastres naturales, ¿no sería de interés público recoger las mejores prácticas internacionales en esta materia?

Claro que entonces a los grandes medios no les quedaría más remedio que mencionar uno de los ejemplos más exitosos según numerosos informes especializados: el de Cuba. Así lo asegura el informe de Oxfam titulado “Lidiando con la tormenta: las lecciones de Cuba en la reducción de riesgos”, o el que en 2005 publicó la Federación Internacional de la Cruz Roja tras la catástrofe del huracán Katrina en EEUU.

Que Cuba puede aportar enseñanzas útiles a países mucho más ricos es reconocido por personalidades expertas, cuyas opiniones rara vez llegan a la gran prensa. Es el caso de Margareta Wahlström, jefa de la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción de Riesgos por Desastres; o de Laura Melo, directora en Cuba del Programa Mundial de Alimentos (PMA).

"Cuba es un ejemplo de que la vulnerabilidad de la gente puede reducirse efectivamente con medidas de bajo costo”, decía también Salvano Briceño, director de la Estrategia Internacional para la Reducción de los Desastres de Naciones Unidas.

Las claves de eficiencia del sistema de Defensa Civil de Cuba, donde el número de víctimas mortales por huracanes es mínimo, son cuatro: la información permanente a la población mediante los medios públicos, principalmente radio y televisión; la rapidez en las labores de evacuación, mediante planes muy engrasados; el adiestramiento permanente de la población en escuelas, universidades y centros laborales; y la participación comunitaria, donde cada persona y cada actor social (sean los gobiernos locales, los consultorios médicos, las escuelas, las fábricas o las organizaciones sociales) juega un papel muy claro y definido.

No parece previsible que países de economía y valores capitalistas asuman otras fortalezas del sistema de Defensa Civil de Cuba, como la capacidad del Estado para actuar sobre los centros laborales, la mayoría bajo su control y propiedad; o una arraigada cultura de la solidaridad, que permite evacuaciones masivas a viviendas más seguras. Pero sin duda hay muchos aspectos del modelo cubano que, aplicados en otros países, harían reducir el número de fallecimientos.

Como excepción en el habitual silencio mediático, en 2009 el diario “The New York Times” publicaba un interesante trabajo, titulado “EEUU y Cuba trabajan juntos ante las tormentas”, en el que especialistas de la Universidad Estatal de Luisiana y del Centro Nacional de Huracanes de Miami reconocían cuánto podría aprender EEUU de Cuba en esta materia.

Pero hoy la gran prensa corporativa prefiere llenar páginas sobre el huracán Harvey con detalles sobre las donaciones millonarias de Sandra Bullock, Beyoncé y Jennifer López.

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