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lunes, 28 de marzo de 2016

Rebeldía Que Nunca lo Fue

Dejando claro dos cosas:

a) El consumo de drogas es una asunto lúdico, una decisión personal -eso sí, no siempre bien fundamentada y muchas veces resultado de la presión que ejerce el entorno social en que nos desenvolvemos- a la que se llega por diferentes caminos. Lo que no es, nunca ha sido y nunca será, es rebeldía en contra del sistema -en contra del capitalismo patriarcal para ser más exactos-.

b) La así denominada "guerra contra las drogas" no es mas que un eufemismo para una más de las estrategias utilizadas por el sistema para mantener su control férreo sobre la población pues resulta el pretexto perfecto para mantener la presencia de sus fuerzas represivas en las calles así como para convertir a congresos y parlamentos en máquinas de producción de leyes draconianas que van en contra de nuestras garantía individuales y en contra de nuestros derechos humanos.

Habiendo dicho lo anterior, les compartimos este artículo publicado en La Jornada:
 
La medida, política de Nixon para reprimir a opositores y negros

El ex presidente de Estados Unidos la declaró en 1971 tras promulgar leyes

David Brooks

Una entrevista de hace un par de décadas revela que la guerra contra las drogas fue, desde sus inicios, una medida política del gobierno de Richard Nixon para reprimir a opositores izquierdistas blancos y a la comunidad afroestadunidense.

John Ehrlichman, quien fue jefe de la política interna de Nixon (y uno de los encarcelados por el famoso escándalo conocido como Watergate), comentó en una charla en 1994 con el periodista Dan Baum: "¿Quieres saber en verdad de qué se trataba esto? La campaña (electoral) de Nixon en 1968 y la Casa Blanca de Nixon después de eso tenía dos enemigos": la izquierda antiguerra y la población negra. ¿Entiendes lo que te estoy diciendo? Sabíamos que no podíamos hacer que fuera ilegal estar en contra de la guerra o ser afroestadunidense, pero al lograr que el público asociara a los jipis con la mariguana y a los negros con la heroína, después criminalizar a ambos de manera pesada, podríamos deshacer esas comunidades. Podríamos arrestar a sus líderes, efectuar redadas, irrumpir en sus reuniones y vilipendiarlos día tras día en los noticiarios de la tarde. ¿Sabíamos que estábamos mintiendo sobre las drogas? Claro que sí”.

Baum no usó la cita en un libro que escribió, pero ahora la retomó para un artículo sobre la guerra antinarcóticos publicado en el número más reciente de la revista Harper’s.

Fue Richard Nixon quien oficialmente declaró una "guerra contra las drogas" en 1971, al proclamar el abuso de estupefacientes como el "enemigo público número uno"; promulgó leyes para implementar esas políticas y creó la agencia antinarcóticos (DEA).

Dos años después el gobierno arrestaba a unas 300 mil personas cada año con base en la nueva disposición. La mayoría eran afroestadunidenses.

De acuerdo con la Drug Policy Alliance (DPA), una de las organizaciones independientes más reconocidas en la crítica contra las políticas antinarcóticos y líder en los esfuerzos por la despenalización de los estupefacientes, comentó que "esta explosiva confesión, aunque es muy provocadora, tristemente no es nada nuevo", ya que opositores a la guerra antinarcóticos han "sabido durante mucho tiempo que esas medidas de Estados Unidos han sido inherentemente racistas y discriminatorias".

Líderes afroestadunidenses afirmaron que esa cita del asesor de Nixon confirma lo que siempre han sospechado: que una parte de la llamada guerra contra las drogas era en verdad una batalla contra la comunidades pobres, sobre todo las afroestadunidenses.

Hoy, casi 80 por ciento de reos que están en prisiones federales y 60 por ciento en cárceles estatales, internados por ilíctos relacionados con drogas, son afroestadunidenses o latinos (a pesar de que tienen aproximadamente la misma tasa de consumo de sustancias ilegales que los blancos). En 2014 se llevaron a cabo 1.5 millones de arrestos por drogas en Estados Unidos, con más de 80 por ciento sólo por posesión. Cada noche, en promedio, medio millón de estadunidenses son llevados a celdas por violaciones a las leyes en la materia –10 veces más que el total en 1980, reporta la DPA con base en estadísticas oficiales.

La DPA instó a los gobiernos participantes en la Sesión Especial de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, programada para abril próximo, que "públicamente abandonen la guerra contra los estupefacientes, iniciada por políticos estadunidenses como Nixon, que ha provocado daños abrumadores aquí y en todo el planeta".


Se lo dedicamos a Juan Carlos Usó, el apologista del franquismo borbónico, por ver víctimas donde no las hay.




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