Aquí va otra para la pestaña Kurlansky-Arzalluz, mezclando futbol e identidad, cortesía de este reportaje publicado en El Mundo:
Entre Idaho y el Athletic
El jugador algorteño de 17 años del juvenil B, convocado por la selección Sub 19 de Estados Unidos para la Slovakia Cup
Jon Rivas
Cuando el avión en el que viajaba la expedición del Athletic el pasado mes de julio, apagó los motores a las 21.00 horas en la plataforma de estacionamiento del aeropuerto de Boise, en Estados Unidos, una de las primeras personas en acercarse a la escalerilla para recibir a los viajeros fue un getxotarra, Ander Egiluz, casualmente, jugador de las categorías inferiores del club bilbaino, que pasa la mayoría de sus veranos allí, la ciudad natal de su madre, y que realizó funciones de traductor, cuando el euskera que hablan muchos de los miembros de la colonia vasca de Idaho, no alcanzaba para entenderse.
Ander habla español, euskera e inglés, tiene la doble nacionalidad, juega en el juvenil B del Athletic y ha sido convocado para formar parte de la selección Sub 19 de Estados Unidos que jugará un torneo en Europa, la Slovakia Cup, del 20 al 30 de abril, para preparar el torneo Sub 19 de la Concacaf, la organización futbolística a la que pertenece Estados Unidos, -que se disputa en Nicaragua-, y después, tratar de clasificarse para el Mundial Sub 20 de Corea. La selección estadounidense jugó en febrero la Copa del Atlántico en Las Palmas.
Ander Egiluz tiene una fuerte relación con Idaho. Su madre, Michelle Alzola, nació allí. Los abuelos maternos de Ander emigraron a Estados Unidos y después de pasar el trámite en la isla de Ellis, el primer punto de llegada a las puertas de Nueva York, se establecieron como pastores en Mountain Home, un pueblo de 15.000 habitantes a 50 kilómetros de Boise, el centro neurálgico de la emigración vasca en Estados Unidos. Allí tuvieron a Michelle.
Años después, José Luis Egiluz, licenciado en Filología Clásica y director de orquesta, acudió enviado por el Gobierno vasco, a dar un curso al coro del Centro Vasco de Boise. Allí conoció a Michelle y se casaron.
El matrimonio se estableció en Algorta, y Ander comenzó a jugar al fútbol en el Arenas. Pasa los veranos y algunas navidades en el rancho de su tío en Grasmere. «He pasado mucho tiempo con él allí y simplemente es genial, me encanta. Es tranquilo, no hay nadie alrededor. Me gusta mucho», comentaba en una entrevista con la televisión de Idaho.
Hace dos años Ander se inscribió en el Valley View Elementary para estudiar allí el quinto grado, mientras jugaba en el Boise Nationals Soccer Club. Ahora, en el colegio en el que estudió Ander hasta que le llamó el Athletic, estudia Ane, su hermana.
No se lo pensó cuando recibió la llamada de Lezama. Pensaba seguir estudiando en Boise, pero el Athletic tira mucho. «Tengo los pies en el suelo y sé que es muy duro, pero mi sueño es llegar a ser profesional. El fútbol se está haciendo importante en Estados Unidos, pero en Europa es otra cosa, y además, poder jugar en el Athletic es mi sueño», confesó el jugador algorteño al periódico local Idaho Statesman, cuando decidió regresar a su casa. El diario realizó un reportaje unos días antes del partido del Athletic frente al Tijuana en el estadio Albertsons de la Universidad Estatal, en el que destacaba que «un jugador de la academia del Athletic tiene fuertes lazos con Boise», y que decía que «Ander planeaba entrar en la Capital High -escuela superior- en Idaho, hasta que recibió una llamada que cambió su vida».
«Tenía varias ideas en mi mente. Me encanta Estados Unidos y la verdad es que me gustaría vivir allí, pero mi oportunidad para jugar al fútbol en el Athletic era una vez en la vida». Egiluz, en la entrevista que coincidió con la llegada del equipo rojiblanco, bromeó con el periodista que le preguntó si hacer de traductor con los jugadores y los técnicos le iba a servir como ventaja ante sus compañeros del equipo juvenil. «Estaría bien, pero sólo intentaré que lo pasen bien y ayudarles en cualquier cosa, además de enseñarles todo».
Ander Egiluz es aún muy joven. Pertenece al equipo B y no sabe lo que ocurrirá en el futuro. «No sé lo que me voy a encontrar. Estudiar en una Universidad de Estados Unidos sigue siendo una posibilidad, pero no sé lo que pasará. Desde luego, jugar en el primer equipo del Athletic y después con la selección de Estados Unidos sería fantástico... Pero sólo estamos hablando de sueños».
Por ahora ya ha dado el primer paso y estará con la Sub 19 de las barras y las estrellas con la que jugará en Eslovaquia.
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