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martes, 17 de abril de 2012

Pelota Valenciana en Senpere

Les compartimos este texto publicado en la página de El Mercantil Valenciano:



Dirigentes de clubes de Iparralde, Nafarroa y Gipuzkoa tratan de recuperar modalidades de juego directo y planean hacer competiciones internacionales
Alberto Soldado
Saint Pée sur Nivelles está a unos pocos kilómetros de atravesar la frontera entre España y Francia. Muchos vascos sustituirán la palabra frontera por «al otro lado», que es una manera de afirmar que se trata del mismo territorio, en otros tiempos perteneciente al Reino de Navarra. Justamente ahora se celebran los quinientos años de la conquista de este reino por Fernando el Católico. Pocos hablan ya de una anexión pactada. De hecho en el camino entre Baztán y la frontera de Dantxarinea, en Amaiur, te encuentras un monolito que recuerda la última batalla entre navarros euskaldunes procedentes del «otro lado» y castellano-aragoneses. Fue aquel el último intento de los navarros por recuperar la independencia perdida. La Navarra del sur de los Pirineos tuvo consideración de reino integrado en la monarquía española hasta la primera guerra carlista tras la cual pasó a convertirse en provincia foral. La Navarra francesa siguió siendo reino hasta la Revolución francesa pero aún hoy, y según recientes encuestas, más del sesenta por ciento de su población se considera «vasca». El euskera sobrevive a pesar de la política centralizadora de París gracias al empeño del movimiento de las ikastolas, que, justamente en Saint Pée celebra su fiesta anual con decenas de miles de participantes.
Y allí, junto a su plaza de «rebote», juego a largo de los lugareños, se levanta el Museo Pilotari. Fue inaugurado hace seis años por lo que ha recogido lo mejor de los museos de Franeker, Aath, o Genovés. Visitarlo es una delicia para cualquier aficionado a este deporte o de la cultura del país. En una de sus salas, junto a una preciosa colección fotográfica de los héroes pelotaris de la región, con especial atención al histórico duelo en el Trinquet de Bayona entre Harambillet y Atano III, catalogado en su día como campeonato del mundo, descubres una vitrina con pelotas. Y allí hay un lugar reservado para la entrañable «pilota de vaqueta», de Gandia, junto a una pelota de badana, hoy oficializada en la Lliga de Llargues de Alacant. El viajero valenciano piensa que sería hermoso reunir junto al Museo de Saint Pée a los mejores jugadores de largo de todo el mundo.
No hay pueblo de Iparralde que no disponga de su plaza de pelota, de unos cien metros de larga por 19 de ancha. Y no hay pueblo que no presuma de tenerla bien cuidada. En Ascain, patria del legendario Pampi Laduche, que fue campeón de trinquete y frontón hay un movimiento popular para salvar este recinto de algún intento de maltrato. Varias pancartas animan a la lucha.
La pelota se estructura en clubes, con una organizada federación, muy influyente en la Federación Internacional de Pelota Vasca. Los trinquetes se rigen al viejo estilo valenciano: una empresa familiar con libertad de acción en la contratación. Una liga profesional organizada por la Federación garantiza el mejor de los espectáculos. El cubano Waltari, campeón del mundo, es el rey indiscutible.
La plaza de rebote de cada pueblo en Iparralde es un testimonio de identidad propia. Y también de muestra turística. En todas ellas ondea la ikurriña. En verano los clubes organizan partidas nocturnas para solaz de los turistas que suelen llenar las gradas para disfrutar de los golpes de la «xistera», herramienta nacida precisamente en Saint Pée.
De Iparralde a Oiarzun
Desde Iparralde a Oiartzun apenas hay media hora en automóvil. En la localidad guipuzcoana lo eúskaro lo invade todo: materia y sentimiento. Allí, su club, se ha empeñado en recuperar las viejas modalidades del juego a largo: la pasaka, el rebote y el bote luzea. Se jugaba a largo hasta los años cincuenta en la plaza mayor. En una de sus ventanas, desde su domicilio, disfrutaba del juego Enrique Abril, buen pelotari y mejor cronista de pelota vasca, autor de uno de los libros más leídos sobre la historia de este deporte. Abril era hijo de empresario valenciano de la Vall d´Uixó. 
Quizás por ello reclamaba atenciones para las modalidades de juego directo. Los dirigentes locales se interesan por la Champions de Llargues y sueñan con participar: «Aunque sea para testimoniar nuestro apoyo a esa iniciativa», dicen. Alguno va más allá: «El velódromo de San Sebastían sería un espacio ideal para un Europeo de Llargues». Otro apunta: «Hay muchas plazas adecuadas en Euskal Herria para albergar grandes eventos internacionales». Sueños para que el «bote luzea», el deporte de los legendarios Perkain —de Iparralde— o del Hijo de Simón, del Baztán, recupere un aliento de vida. 


Bueno, por si ha quedado alguna duda, esto es lo que nos dice Wikipedia de la pilota de vaqueta:


La pilota de vaqueta es uno de los tipos de pelota con la que se juega a la pelota valenciana. Se denomina de este modo por estar construida con piel de cuero de vaca y «vaqueta» es el diminutivo de vaca en valenciano.
La pelota de vaqueta está formada por ocho triángulos de piel de pescuezo de vaca cosidos entre sí y rellena de borra para lograr el peso oficial que tiene la modalidad de adultos de la pelota valenciana (entre 40 y 42 g) y un diámetro de 42 mm. Se fabrican de manera artesanal y por tanto tienen un precio muy elevado. Se utiliza en la modalidad de escala i corda, raspall y galotxa.
Las pelotas reciben el nombre del pueblo de procedencia, como por ejemplo, "la de Carcaixent", "la de Casino", "la de Gandia", entre otras. Una de las más acreditadas es la fabricada por la familia Álvarez de Carcagente. Salvo en la Comunidad Valenciana no se fabrican en ningún otro lugar del mundo. De hecho, son realizadas por artesanos y se habla de una tradición heredada de padres a hijos, de secretos profesionales celosamente guardados. Se dice que los piloters en la operación de fabricar una pelota, cuando llega la parte más difícil y comprometida que es la del cosido, se encierran a solas para que nadie pueda ver como lo hacen.

Insistimos, eso de la anexión voluntaria está quedando atrás, muy atrás.

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