El sábado miles de ciudadanos de Nabarra volvieron a llenar las calles de Bilbo para mostrar su compromiso para con el ideal libertario de su pueblo.
Desafiando la lluvia, marcharon para exigir el fin de una medida represiva de excepción aplicada en contra de los presos políticos vascos. He aquí la crónica publicada por Gara:
Alrededor de 27.000 personas se manifestaron ayer en Bilbo bajo la lluvia para mostrar su rechazo al aval del Tribunal Constitucional a la «doctrina Parot» que alarga las condenas a los presos políticos vascos y la convierte en «una ley puramente excepcional basada en criterios de venganza». Los convocantes, firmantes del Acuerdo de Gernika, llamaron a la ciudadanía a impulsar la solución democrática del conflicto para vencer obstáculos como este.
Nerea Goti
Miles de personas respondieron ayer con contundencia al jarro de agua fría que ha supuesto el aval del Tribunal Constitucional español a la «doctrina Parot» y ofrecieron calor humano a las víctimas de esta medida de excepción, los presos políticos vascos y sus familiares y allegados, quienes estuvieron a la cabeza de la manifestación. En una desapacible tarde marcada por intensos chaparrones apenas interrumpidos por tímidos claros, la presencia de gente en las inmediaciones de la Casilla, punto de arranque para la marcha, no hacía presagiar la importante movilización ciudadana que se materializaría minutos después de que la pancarta echara andar, y especialmente en a su llegada a la plaza Zabalburu, momento en el que la manifestación ocupaba toda la calle Autonomía sin que se adivinara el final de la misma, más allá de La Casilla.
La pancarta con el lema en negro sobre blanco «Salbuespen neurriak indargabetu. Konponbide garaia da», que portaron representantes de diversos colectivos firmantes del Acuerdo de Gernika, entre los que se encontraban los expresos Joan Mari Igerataundi Errota, recientemente excarcelado, y Jon Agirre Agiriano Elurtxuri, quien recuperó la libertad hace un año tras 30 años en prisión, fue sumando participantes que esperaban en las aceras a ambos lados de Autonomía, en una marcha que dado el mal tiempo imprimió desde sus inicios un fuerte ritmo, que solo se interrumpió unos segundos a la llegada a la Plaza Zabalburu, donde los medios gráficos pudieron tomar las acostumbradas imágenes en perspectiva.
Aplausos e irrintzis fueron saludando el avance de la pancarta principal, tras la que marcharon representantes de las formaciones políticas y sindicales firmantes del Acuerdo de Gernika y electos de Bildu y Amaiur, entre estos Xabier Mikel Errekondo, Jon Iñarritu, Maite Aristegi o Iñaki Antigüedad.
Nada más arrancar la marcha arreciaron con fuerza los gritos de «Euskal presoak etxera» y «Presoak kalera, amnistia osoa», además de otros de «Amnistiarik gabe, pakerik ez». Junto a los firmantes de Gernika participaron en la manifestación otros referentes sociales vascos como el bertsolari Arkaitz Estiballes, el que fuera alcalde de Bilbo Jose María Gorordo, el secretario general del sindicato ELA, Adolfo Muñoz Txiki...
A la llegada de la manifestación a la Plaza Circular, a la altura de la estación de Abando, se vivieron algunos de los momentos más intensos, ante la presencia de dos pancartas recordaban la muerte violenta de Iñigo Cabacas como consecuencia de un pelotazo de la Ertzaintza, que fueron saludadas con intensos aplausos por parte de los manifestantes. En una de ellas, con el lema «Indarkeria poliziala Stop», se llamaba a la manifestación que tendrá lugar en Indautxu el próximo día 21 y en la segunda podía leerse «Iñigo Cabacas ez adiorik. Asesinado (9-4-2012)».
Minutos después, la manifestación llegaba al Ayuntamiento bilbaino en un tiempo récord, alrededor de una hora, fruto del intenso ritmo que la cabeza imprimió a la manifestación desde sus inicios. Familiares y allegados de los presos políticos vascos se dispusieron en las escalinatas del edificio consistorial, mientras los manifestantes ocupaban los alrededores del edificio para asistir al mensaje final que leyeron primero en euskara la miembro de Etxerat Jone Artola, hermana del preso político Joseba Artola y seguidamente en castellano Isabel Castro, representante del sindicato ESK.
Avanzar ante el «bloqueo»
Los firmantes del Acuerdo de Gernika y los agentes que se sumaron a la manifestación tildaron de «sumamente grave» la decisión del Tribunal Constitucional de «avalar la doctrina que permite alargar la condena a los presos políticos vascos» por lo que supone de «ataque directo» a derechos humanos básicos y que interpretan como «una decisión contra la resolución del conflicto». «Interpretamos la decisión del Tribunal Constitucional como un ataque contra los deseos de paz y de solución de este pueblo», señalaron. Los convocantes lanzaron en este punto un claro mensaje frente a la intención del Estado español de «instaurar y perpetuar la situación de bloqueo», «empeñados en arruinar la oportunidad abierta para construir la paz en Euskal Herria», ante lo que ratificaron su «compromiso de alcanzar una solución democrática».
«Tenemos el firme compromiso de llevar este proceso hasta el último estadio, aquel en que toda la ciudadanía será la vencedora», dijeron los convocantes, en defensa de una solución democrática y un escenario de respeto de todos los derechos humanos. En esto mismo incidieron los portavoces de los diferentes partidos que efectuaron declaraciones minutos antes de la marcha.
«El impulso de la ciudadanía»
De camino a esa solución democrática, quienes suscriben el Acuerdo de Gernika dejaron sentado que «implicarse en la solución del conflicto y trabajar en su favor será esencial ante el inmovilismo y el bloqueo que pretende el Estado» y subrayaron que «la implicación y el impulso de la ciudadanía serán decisivos para avanzar» y «superar todos los obstáculos que se impongan en su camino».
Los agentes firmantes cuentan con que el Gobierno del PP interpondrá «grandes obstáculos» en el camino de la construcción de la paz, ante lo que resaltaron que «avanzaremos» y agregaron que «lo haremos porque debemos hacerlo, porque no hay otra, porque la mayoría no quiere otra cosa que no sea la paz y soluciones justas y definitivas».
En el marco de ese compromiso, señalaron que «seguirán trabajando para que el acuerdo que firmamos y con el que estamos firmemente comprometidos se desarrolle plenamente, dando solución a las causas del conflicto y reparando la totalidad de las consecuencias que este ha generado».
Sin vencidos ni perdedores
Formaciones políticas, sindicatos y colectivos y agentes sociales que sustentan el Acuerdo de Gernika ahondaron en que la solución que defienden «debe ser integral», dar paso a la democracia y «no buscar vencidos ni perdedores, sino el beneficio de todas y todos, porque con la paz y la democracia ganaremos todos».
«En ello estamos», se dirigió Jone Artola a los congregados, en las últimas palabras que despidieron la movilización, para recordar a los presentes en las calles de Bilbo que «os necesitamos a todos y cada uno».
Unos 27.000 manifestantes, del Ayuntamiento hasta Zabalburu
La movilización contra las medidas de excepción reunió a cerca de 27.000 personas según el sistema de recuento habitual de Gara. La manifestación fue larga; el dato más ilustrativo es que cuando la cabeza llegó al Ayuntamiento, punto final de la iniciativa, las últimas filas estaban justo en la Plaza de Zabalburu. Sin embargo, su densidad fue evidentemente menor que otras convocatorias anteriores, sobre todo la histórica del 7 de enero. La marcha se inició a las 17.39, de modo muy puntual porque la lluvia arreciaba, y se realizó con más rapidez de la habitual por ese motivo. Por el punto de recuento situado en la iglesia situada al inicio de la calle Hurtado de Amezaga, algo más abajo de Zabalburu, pasaron alrededor de 950 personas por minuto, con las filas más estiradas y menos llenas de lo que es habitual, en parte también por la gran presencia de paraguas.
La pancarta de cabeza pasó por ese lugar a las 17.54, y las últimas filas, pasadas ya las 18.22. Por lo tanto, la manifestación se prolongó por espacio de algo más de 28 minutos, lo que multiplicado por los 950 manifestantes por minuto por término medio ofrece una cifra total de entre 26.600 y 27.550 participantes.
Por cierto, que jugarreta del destino esa de que en el día en el que los españoles conmemoran la Segunda República al tiempo que enfrentan los efectos del manejo de la presente crisis neoliberal, se vengan a enterar que el rey que les impuso Francisco Franco andaba gastándose los dineros de las arcas del estado en un viajecito de placer en África para disfrutar de su deporte favorito, uno que es asequible a cualquier ciudadano, la caza...
¿Y cómo es que se enteraron?
Pues por que el dicho democrático monarca se rompió la cadera en tres.
Ahora, es de lo más normal que a Juan Carlos Borbón le importe un bledo el que cientos de miles de españoles y españolitos se encuentren en la más desesperanzadora de las situaciones, lo que realmente preocupa es que haya andado en el asunto de matar peligrosas cebras y sanguinarios hipopótamos precisamente cuando al querubín de su nieto le reconstruían un dedito del pie que se lastimó cuando se le disparó un arma. ¿No tiene alma este señor?
¡¿Cómo se atreve a abandonar a su familia en un trance tan difícil?!
Oh bueno, tal vez es por que después del affaire en Portugal a él las consecuencias de los disparos "accidentales" de armas no le quitan el sueño.
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