Un blog desde la diáspora y para la diáspora

jueves, 12 de mayo de 2005

Relato Que Quita El Sueño

Via: Xarlo

A Joxe (Oiartzun)

Nebera (Intxaurrondo)

Una vez mas nos habíamos desplazado hasta Navalcarnero para visitar a Ugaitz el cual lleva varios meses preso en esta cárcel española, antes también estuvo en Soto del Real y entre los meses de ambas prisiones lleva ya mas de un año preso pendiente de juicio ya que ambas prisiones son de las llamadas preventivas.

Estas dos prisiones sitas en Navalcarnero y Soto del Real se encuentran a cerca de 500 kilómetros de Donostia, capital desde la cual nos desplazamos para visitarle y desde la cual hace ahora mas de un año se lo llevaron preso, aquí debería añadir preso político pero lo cierto es que todavía no le han acusado de nada... legal o ilegal... y es ilegal denominar a los presos políticos como tal, así que continua preso hasta que la justicia, también debería decir el juez, que no la justicia, o la injusticia por este aplicada, decida ponerle en libertad, seguramente bajo fianza.

Lo cierto es que cuando uno se levanta a las 4 de la mañana para hacer esos casi 500 kilómetros atento a la carretera, a la velocidad, a tantas cosas que desfilan bajo la mirada de todo conductor tiene mucho tiempo para pensar y en este caso también para renegar de la injusticia que hoy también tiene nombre propio e intereses creados, y que unos y otros son siempre ajenos.

Hay que hacer el viaje con un margen de tiempo que de para posibles imprevistos y paradas mas o menos obligadas y unir esto a los 30 minutos anteriores a la cita en los que tienes que confirmar tu presencia y tu voluntad de comunicar, así le llaman los funcionarios al estar durante 40 minutos hablando a través de un cristal blindado y muchas veces reforzado de fuertes barras de hierro y sucio. ¿Qué pintamos nosotros allí sino es la de ver y compartir el tiempo máximo posible con los nuestros?

Al llegar a Navalcarnero lo primero que se percibe es suciedad acumulada de muchas horas de espera, de muchos días de espera a juzgar por la cantidad, y de largas y tediosas esperas.

Un suelo sucio que uno siempre imagina que no ha llegado a conocer una fregona, agua limpia y mucho menos lejía.

Asientos de plástico que nos quieren recordar que algún día fueron azules y también, con mucha imaginación, que hace mucho tiempo estuvieron limpios, seguramente en el almacén de origen. Son muchos los kilómetros y muchas las horas de cansancio acumuladas para mantenernos de pie la larga hora de espera. La ropa siempre se puede lavar e incluso desinfectar llegado el caso.

Siempre añaden una hora o más de espera a esos 30 minutos que debemos presentarnos antes para comunicar con el preso.... ¿Cómo es posible que día tras día, turno tras turno, siempre se produzca este desbarajuste horario? ¿Será parte del sistema para derrotar también al familiar o amigo del preso..?. ¡Será!

Al fondo unas maquinas de bebidas frías y calientes junto a otras de comida-basura nos recuerdan que estamos en una cárcel. Alguien ha decidido, decidió en su día, apresarlas también a ellas tras férreas rejas de hierro que más bien invitan a alejarte de las mismas que acudir a ellas provisto, eso sí, siempre del precio justo.

Al llegar lo primero que uno debe hacer, así te lo recuerdan anteriores visitas, es comunicar tu presencia al funcionario de turno y reafirmarte en la voluntad de comunicar con el preso... previa presentación del DNI y cotejar los datos con los del ordenador de turno, naturalmente te retienen el DNI hasta el final de la visita. Más tarde deberás entregar o recoger el paquete para o del preso también previa presentación del DNI que ya no tienes ¿...?.

Y empiezan a pasar los largos minutos de espera....

Seguramente veras entrar el turno anterior al tuyo, ten presente que estos siempre se dan en el espacio de una hora, y esto te dará una clara idea de lo larga que va a ser tu espera.

Si estas un poco atento enseguida encontraras entre los muchos rostros presentes alguno que dirás ¡Este es de los míos! Y seguramente te encontraras con unos ojos que también te están mirando a ti y se están diciendo lo mismo ¡Este es de los míos! No olvidar que estamos a muchos kilómetros de nuestra tierra y que esta visita no es en ningún caso de confraternización con los vecinos de la zona.

Pronto la conversación se hará común entre unos y otros, también es posible que el conjunto ahora seamos objeto de furtivas miradas de otros, y naturalmente hechas las presentaciones la conversación derivara sobre las personas que venimos a ver, que nos une, como la conocimos.... la mayoría de las veces no será necesario comunicar cuanto tiempo lleva ni datos sobre su persona, su solo nombre es suficiente para todos nosotros.

Esta última vez coincidimos con la compañera de Joxe y una amiga de ambos.

La primera se encontraba bastante contrariada, creo que la palabra no define claramente su estado de animo pero así la voy a dejar, ya que había sido “castigada” con tres meses sin vis por intentar pasarle un esparadrapo más ancho que los empleados en la propia prisión para que este lo pudiese utilizar y hacerse unas protecciones para las manos y jugar a eskupelota, ¡Tres meses... por ello! Tal vez la eskupelota también constituya apología.

A este estado tendríamos que añadir la incertidumbre del poder entrar a la visita o no entrar ya que hasta el día anterior le habían negado telefónicamente esta posibilidad.... al final ella también pudo comunicar con su compañero.

De este viaje recordaré siempre una anécdota, una de las muchas que se dan en tantas casas de Euskal Herria, en todos sus pueblos, y que hoy quiero dejar plasmada con mi propio acento, seguramente menos ágil y más rebuscado que el de su protagonista.

No recuerdo ahora el nombre pero tampoco creo que sea de mayor importancia lo cierto es que tiene dos años, cuando detuvieron a su padre tendría uno y desde entonces solo lo ha podido ver en los diferentes vises que mensualmente les conceden... ahora le han castigado durante tres meses sin poder estar con el, naturalmente su madre se ha negado a traerla para que lo vea tras unos cristales ajados y sucios. Ella no necesita comunicar con su aita, ella necesita estar con él.

Tiene dos años y una pequeña hucha donde va depositado todo el dinero que consigue, que le dan, para liberar a su aita.

Que más podría añadir.... tal vez dentro de unos años alguien le diga, o seguramente no será necesario que se lo cuenten si continua viviendo en Oiartzun, que el dinero no libera a presos como su aita, iba a añadir nuevamente presos políticos, que solo será libre el día que lo sea su patria, Euskal Herria.


.... ... .

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