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sábado, 15 de noviembre de 2025

El Feminismo y la Tortura

El feminismo burgués por fin comienza a ver en dirección de las represaliadas políticas vascas.

Solamente les tomó catorce años desde la Declaración de Aiete y siete años desde que culminase el Proceso de Desarme, Desmovilización y Reinserción de ETA en Kanbo.

Pero como dice el dicho, más vale tarde que nunca.

Esto es lo que nos reporta Naiz en el caso de la tortura sufrida por la víctima de terrorismo de estado Iratxe Sorzabal:


Colectivos feministas apoyan a Iratxe Sorzabal y denuncian la «tortura sexista»

Diversos colectivos feministas, sociales y sindicales han denunciado este jueves la tortura ejercida durante años en Euskal Herria y han expresado su apoyo a Iratxe Sorzabal, que ha solicitado reabrir su caso tras el reconocimiento judicial de que sus autoinculpaciones fueron obtenidas bajo tortura.

Ibai Azparren

Euskal Herriko Bilgune Feminista, junto a una decena de agentes feministas, sociales y sindicales, ha comparecido este viernes en la librería Katakrak, en Iruñea, para denunciar la «tortura sexista» ejercida durante años en Euskal Herria y mostrar así su apoyo a Iratxe Sorzabal, después de que la  presa vasca haya solicitado reabrir su caso de torturas tras el reconocimiento judicial obtenido este año.

La comparecencia se produce tras la decisión de Sorzabal de interponer una denuncia para que se investigue a los agentes responsables de las torturas que sufrió en 2001 en dependencias policiales españolas. Una sentencia de la Audiencia Nacional española, dictada mayo, declaró nulas sus autoinculpaciones al considerar acreditado que fueron obtenidas bajo tortura y absolvió a Sorzabal. Según recuerdan los colectivos convocantes, era la primera vez que un tribunal español reconocía de forma tan explícita torturas en un caso relacionado con militancia política.

A juicio de las organizaciones feministas, resulta «inadmisible» que, reconocido judicialmente el uso de métodos de tortura, no se haya abierto ninguna investigación penal para depurar responsabilidades. De esta manera, han citado a Naciones Unidas para recordar que los delitos de tortura no prescriben porque «los efectos de la tortura son permanentes y, por tanto, el delito que los motivó también lo es».

En la declaración, las portavoces han afirmado que la violencia machista «tiene un sinfín de caras» y situado la tortura ejercida por cuerpos policiales españoles y franceses «bajo el paraguas de la violencia machista». Así, han criticado la «negación y tergiversación» de ambos Estados respecto a estas denuncias y asegurado que la tortura se aplicó «sistemáticamente contra las mujeres acosadas por motivos políticos».

«Control político y patriarcal»

Las portavoces han denunciado que la tortura contra mujeres y militantes independentistas de izquierdas ha sido una «estrategia de control político y patriarcal» y que las mujeres presas políticas vascas sufren una «doble violencia»: por ser mujeres y por su militancia.

De este modo, han descrito las formas de tortura ejercidas durante periodos de incomunicación, como «amenazas de agresiones sexuales, interrogatorios desnudos, tocamientos, cuestionamiento de la orientación sexual, violaciones, torturas psicológicas, burlas y vejaciones o menosprecios sufridos como militantes políticas».

De acuerdo con estos colectivos, estas agresiones tienen como objetivo «reforzar la discriminación sexual, base del patriarcado, y afectan directamente a la integridad física y psicológica de las mujeres».

«La tortura es una manifestación más de la violencia machista contra las mujeres, apoyada durante años por los estados», han subrayado, algo que tiene que ver con «el sentido patriarcal de la justicia», manifestado en procesos, detenciones, condenas y en los propios juicios.

«Alejar a las mujeres de la participación política»

Para Bilgune Feminista y el resto de colectivos, la tortura se utiliza como herramienta para alejar a las mujeres de la participación sociopolítica. En el independentismo de izquierda, han proseguido, las mujeres han adquirido «un compromiso político», y esta participación ha sido sancionada «específica y especialmente en el caso de las mujeres militantes».

De esta manera, han recordado que las declaraciones realizadas bajo tortura han servido de prueba en numerosos juicios, lo que ha alargado los procesos en la mayoría de los casos. «Al fin y al cabo, esa también es otra forma de aplicar la tortura. Lejos de ser un fantasma del pasado, hoy en día las consecuencias de la tortura siguen siendo bastante evidentes en Euskal Herria, y por sus declaraciones bajo tortura siguen en prisión varios presas políticas vascas», han indicado.

Los colectivos han reclamado que las mujeres que han sufrido «torturas políticas sexuales» sean tenidas en cuenta en la lucha por la paz y la justicia, y han destacado la necesidad de avanzar hacia la verdad, la justicia y la reparación.

Además, han subrayado que es necesario que el movimiento feminista incorpore esta cuestión en la construcción de una memoria colectiva y en el futuro de Euskal Herria. «Las consecuencias que nos deja la tortura son muy variadas y tenemos que disponer de los medios y condiciones para combatirlas y posibilitar los procesos de recuperación. Politizando estos procesos y entendiéndolos como aportaciones políticas», han sentenciado.

Entre los colectivos firmantes figuran Euskal Herriko Bilgune Feminista, Euskal Herriko Gazte feministak, Indarkeria sexistaren aurkako emakumeon paltaforma (Iruñea), Emakumeon Mundu Martxa, Steilas, LAB, ESK, ELA, Torturatuen sareak y Egia Zor.




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