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lunes, 25 de mayo de 2015

Huella Vasca de Orson Welles

Desde el Diario Vasco traemos a ustedes este artículo merecedor de la etiqueta Kurlansky Arzalluz en el que se nos aporta más información acerca de las andanzas de Orson Welles en Euskal Herria:


Luis Gasca reconstruye la conexión donostiarra del cineasta y desvela la historia de las palabras que dejó escritas antes de morir

Mitxel Ezquiaga

Podría ser un poema surrealista o las anotaciones de alguien que ha perdido la razón. Es el último folio que escribió Orson Welles. El cineasta murió de forma inesperada el 10 de octubre de 1985. Antes había escrito en su vieja máquina, una Smith Corona, unas letras aparentemente incoherentes que terminaban así:
«En un ataúd de madera en cualquier pueblo de España»
La familia de Welles encontró así en su estudio el papel, introducido en la máquina, el día siguiente. Y ahí también entró el fotógrafo catalán José María Castellví, amigo del cineasta. Castellvi se encontraba en Los Ángeles con el donostiarra Luis Gasca, exdirector del Festival de San Sebastián, erudito del cine y del cómic y colaborador habitual en la Prensa con sus historias sobre el séptimo arte y sus personajes. Gasca se quedó con una copia de aquella foto, muy poco conocida, y la muestra ahora que vuelve a hablarse de Welles con motivo del centenario de su nacimiento, conmemorado el pasado 6 de mayo.

Gabardina sobre el esmoquin

Luis Gasca (San Sebastián, 1933) posee un enorme archivo y una buena memoria. Hace unas semanas nos ayudó a recordar el paso por Donostia de Harrison Ford y 'Star Wars', en 1977, antes de que tanto el actor como la película se convirtieran en fenómenos de masas. Ahora repasa la vinculación de Welles con el Festival y la ciudad, e incluso recurre a sus propios recuerdos personales, como un almuerzo en Los Ángeles con larga sobremesa con el director de 'Ciudadano Kane' y la actriz Ginger Rogers.

«Es bien conocido que Welles rodó en los años 50 en Sara y el País Vasco francés un documental en el que colaboró el contrabandista François Goienetxe, de la familia Alzuguren de Bera», dice Gasca. «En 1954 el actor pasó por San Sebastián en Semana Grande y disfrutó de los toros en la vieja plaza del Chofre».

Pero es la visita al Festival en 1973 la que quedó inscrita en la historia donostiarra. «Fue un año especial», rememora Luis Gasca. «Es el año en que vino Elizabeth Taylor con su famoso retraso y el año en que se estrenó 'El espíritu de la colmena' de Víctor Erice, con un pateo en el Victoria Eugenia que se ha contado poco y que nos hizo sonrojar a más de uno».

Welles vino a presentar en San Sebastián el estreno mundial de 'F for Fake', su filme sobre el mundo del arte y las falsificaciones. Elmyr d' Ory, Jean Pierre Aumont y el productor Andrés Vicente Gómez, que en esa película hacía de locutor, formaban parte del grupo junto a Oja Kodar, la pareja y musa de Welles.

El director de 'Ciudadano Kane' vino a San Sebastián de incógnito un par de días antes de lo previsto, según la memoria de Gasca. «Se alojó en el hotel Londres y permaneció allí enclaustrado hasta que llegó la hora de su exposición pública». Luego vendría su entrada triunfal al Victoria Eugenia del brazo de Fernando Rey, con el esmoquin cubierto por una gabardina. «En la historia del Festival solo he visto a tres personas con gabardina sobre el esmoquin», ironiza Gasca. «Welles, Rey y, unos años más tarde, Luis Buñuel». Welles ya era entonces un maldito: la película no se estrenó en Europa hasta 1975 y en Estados Unidos hasta enero de 1977. Pero el cineasta salió de Donostia reconfortado por las ovaciones que recibió hasta en su multitudinaria rueda de prensa.

Un almuerzo en Ma Maison

Luis Gasca volvería a ver a Welles en Los Ángeles en 1982. «Llevábamos tiempo intentando que la actriz Ginger Rogers viniera al Festival de San Sebastián. Ella había estado casada con Jacques Bergerac y sabíamos que pasaron por Donostia en su viaje de novios. Fui a Hollywood a contactarla y tuve oportunidad de comer con ella. Un día nos acercamos a comer al restaurante Ma Maison, donde Welles siempre tenía reservada una mesa. Y efectivamente, allí apareció y nos invitó a compartir la sobremesa. Fue una larga reunión en la que el cineasta exhibía ya una especie de insatisfacción, de no sentirse comprendido por el sector ni por la industria. Su famosa frase, esa de 'empecé mi carrera en la cima y de ahí fui bajando', planeaba en aquella charla».

Ginger Rogers nunca vino a Donostia y Welles murió en 1985. Gasca recuerda biena aquella casa «que parecía de la película 'Rebeca' y por la que mi amigo Castellví se movía como uno más». Casellví también murió y Luis Gasca muestra sus fotos como testimonio de una época.






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