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sábado, 25 de abril de 2015

Los Defensores Vascos de Leningrado

En 1937 la resistencia vasca supo visualizar perfectamente bien la intención genocida de los alzados españoles.

Por ello, se implementó una estrategia para poner a salvo a tantos infantes vascos como se pudiera. Miles de niñas y niños fueron reubicados como refugiados en Inglaterra, el Estado Francés, Bélgica, México y la URSS.

Nadie se imaginaba en ese momento que la letal campaña bélica desplegada por los franquistas y sus aliados fascistas y nazis no era mas que el preludio de un conflicto que arrasaría con Europa entera. Recordemos que hay quienes insisten en llamarle Guerra Civil al golpe de estado liderado por Mola y Franco en un intento soez por desvincular lo sucedido en la península ibérica con la Segunda Guerra Mundial. Son precisamente los apologistas del franquismo quienes insisten en esa visión de que nada realmente importante sucedió entre 1918 y el 1° de septiembre de 1939. Vaya, que incluso el asunto de los Sudetes es peccata minuta.

Pues bien, les relatamos lo anterior precisamente porque los niños de la Genración Gernika que encontraron refugio en la URSS pronto vieron sus vidas trastocadas de nuevo tras la invasión nazi.

Para algunos de ellos eso significó que mientras sus padres lucharon y murieron combatiendo al fascismo en su terruño vasco, pocos años después, les correspondió hacer lo propio en suelo ruso.

De eso nos habla esta nota en EiTB:


El programa 'El Mundo Según LND' de ETB2 ha recordado el terrible asedio vivido en aquella ciudad soviética en 1941, durante 882 días.

El programa 'El Mundo Según LND' de ET2 ha recordado el cruento asedio que sufrió la c¡udad soviética de Leningrado a manos del ejército nazi. El cerco comenzó el 8 de septiembre de 1941 hasta el 27 de enero de 1944, y durante esos 882 días, los habitantes de aquella ciudad vivieron un auténtico infierno. Fue un fue un asedio larguísimo, porque las tropas de Hitler, en realidad, no querían conquistar la ciudad, sino matar de hambre a su población.  Al comienzo de la guerra, Leningrado contaba con unos 3 millones de habitantes y algunos cálculos hablan de 1.500.000 muertos, es decir, la mitad de los habitantes.

Había muchos vascos en Leningrado, cuando esta ciudad fue cercada por los nazis. Y es que, tan sólo 4 años antes de que empezara ese cerco, casi 2.000 niños vascos fueron evacuados desde Bilbao, hacia Leningrado, para ponerlos a salvo de la Guerra Civil Española. Pero por desgracia, se libraron de una Guerra Civil para caer de lleno en una Guerra Mundial. Y es que precisamente Leningrado sufrió el cerco más largo, y uno de los más sanguinarios, de toda la Segunda Guerra Mundial.

Los supervivientes con fuerza suficiente se ofrecían voluntarios para colaborar con el Ejército Rojo, en la defensa de la ciudad. Y entre esos defensores hubo al menos 74 vascos, todos ellos, niños de guerra que habían tomado un barco en Bilbao, para escapar de la Guerra Civil.

El 12 de marzo del 37, partieron rumbo a la Unión Soviética casi dos mil niños vascos, con edades comprendidas entre los 3 y los 14 años. Nada más llegar, los enviaron a 16 casas de acogida repartidas por todo el país. Pero donde había más vascos era en Leningrado, porque había 2 casas de acogida en esa misma ciudad.

Allí, los cuidaban entre algodones porque, para el régimen soviético, aquellos niños iban a ser “la futura élite política del Estado español”, en caso de que los republicanos ganaran la Guerra Civil. Pero sus privilegios se fueron reduciendo cuando la República perdió la guerra, y las casas de acogida fueron desmanteladas, cuando los nazis abrieron el Frente Ruso. Aunque en el caso de Leningrado, por lo menos, casi 300 niños vascos fueron evacuados al exterior de la ciudad, aprovechando los breves y fugaces momentos en los que pudo romperse el cerco nazi que la rodeaba.

En este segundo exilio, los trescientos niños vascos evacuados de Leningrado fueron llevados a zonas aparentemente seguras del interior de la Unión Soviética, cerca de los montes Urales y del Asia Central. Pero el frio invierno y la mala alimentación les trajeron la tuberculosis y el tifus, y algunos cayeron en la delincuencia y la prostitución. Además, otros acabaron apresados por el enemigo, porque en agosto del 42, una incursión del ejército alemán en el interior de Rusia se saldó con la captura de 14 niños de la guerra, que enseguida fueron entregados a representantes de Falange Española, y repatriados.

Para mediados del 43, se calcula que había muerto el 40% de los niños de la guerra. Y mientras tanto, los niños vascos que se habían quedado en Leningrado se fueron alistando en el Ejército Rojo, casi siempre mintiendo sobre su edad, para que no los rechazaran por ser demasiado jóvenes. Pero también entre ellos hubo poquísimos supervivientes: sólo 7 sobrevivieron de los 74 niños vascos que se alistaron en Leningrado.






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