Que un socialista reciba muchos aplausos por parte de un régimen de extrema derecha como lo es el colombiano da mucho que pensar.
Pero si dicho socialista es el Sr. X pues entonces la cosa cambia y nos queda todo claro.
La nota que van a leer se ha publicado en ABC y de su lectura se puede inferir: a) Don Felipe prepara su huída en caso que los cambios políticos del Estado Español lo pongan en peligro por su participación en la guerra sucia contra el pueblo vasco y, b) resulta curioso que se preocupe tanto por el proceso de paz en Colombia cuando él mismo no hizo nada por solucionar el diferendo político emanado del derecho del pueblo vasco a su autodeterminación.
Aquí la nota:
El expresidente del Gobierno español Felipe González ha recibido hoy en Bogotá la ciudadanía colombiana de manos del presidente Juan Manuel Santos, que lo definió como "un ser extraordinario" y amigo del país suramericano.
González prometió cumplir la Constitución y la ley colombiana, y aseguró que de todas las distinciones que ha recibido ésta es la que más le emociona porque la mitad de su vida ha estado vinculado de alguna manera a Colombia.
"No pueden imaginar la satisfacción que me produce sentirme tan colombiano como español y tan español como colombiano", afirmó González en el acto, celebrado en el Salón Protocolario de la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo.
Tras la toma del juramento, Santos exaltó la figura del político socialista, que gobernó España entre 1982 y 1996, así como su contribución a los distintos esfuerzos de paz hechos por Colombia en las últimas décadas.
"Hay eventos en la vida y en la Presidencia que le producen a uno una especial satisfacción, éste es uno de ellos, otorgar la ciudadanía a una persona que ha sido tan amiga de Colombia", manifestó Santos.
El gobernante destacó que González ha estado siempre dispuesto a colaborar, a ayudar a Colombia, y dijo sentirse honrado de poder decir que es su "amigo personal".
"Felipe González ha sido un ser extraordinario que le ha dado a España tal vez la mayor prosperidad que ha tenido en su historia reciente", dijo en referencia a su periodo de Gobierno, durante el cual, añadió, hizo crecer la economía, modernizó el país y logró su inserción en Europa.
Según Santos, González "para los colombianos ha sido una persona clave" pues no hay presidente de las últimas décadas que pueda decir que en momentos de angustia o de duda no lo tuvo "para dar sus consejos, para ayudar, para poner su granito de arena en forma efectiva, desinteresada, con cariño por Colombia y por los colombianos".
Felipe González, compatriota
Hablando en nombre de todos los colombianos, Santos aseguró que es bueno poder decirle a González "que es uno de nuestros compatriotas, que esta es su patria que lo quiere y lo admira":
"Usted sabe que aquí siempre tendrá un tapete rojo y un corazón abierto", concluyó.
El político hispano-colombiano aseguró que siente una gran emoción de "poder compartir ciudadanía" con personalidades de la talla de Santos y de los expresidentes Belisario Betancur (1982-1986) y César Gaviria (1990-1994), presentes en el acto junto con la canciller colombiana, María Ángela Holguín.
"He estado vinculado una parte de mi vida política muy importante a América Latina y dentro de ese vínculo ha tenido un lugar siempre especial Colombia", dijo Felipe González, y añadió que piensa seguir "vinculado en lo que pueda".
González recordó, además, su estrecha amistad con el nobel colombiano de Literatura Gabriel García Márquez, fallecido este año, y con el ex presidente panameño Omar Torrijos (1969-1981), a quien se refirió como "el viejo Torrijos", padre del también expresidente Martín Torrijos (2004-2009).
El expresidente del Gobierno español dedicó unas palabras al proceso de paz de Colombia, que consideró "irreversible", y aseguró que las negociaciones con la guerrilla de las FARC que se celebran en Cuba llevarán a "finalización de una tragedia y el comienzo de una época nueva".
González recordó que varios presidentes colombianos han buscado a su manera conseguir la paz, y señaló que si alguien quiere revertir el proceso actual, que es el que más lejos ha llegado, tendría pagar un precio político "muy alto".
"Creo que estamos en el momento definitivo y haber acompañado este proceso durante tantos años me da todavía mucha más satisfacción de pensar que en este momento del proceso puedo ser conciudadano", expresó.
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