Les compartimos este reportaje publicado en Deia:
80 años del Octubre vasco
El colectivo memorialista Intxorta 1937 presenta hoy en la Durangoko Azoka el libro ‘Octubre de 1934 en Euskal Herria’, episodio histórico que estaba pendiente por investigar en profundidad y del que se cumplen 80 años
Iban Gorriti
Apunto de finalizar el año, la asociación memorialista Intxorta 1937 recuerda el revoltoso octubre de 1934. Se acaban de cumplir 80 años de aquella revolución. Por ello, codo a codo tres autores han recopilado los sucesos ocurridos en Euskal Herria en aquel convulso episodio histórico. Lo que ellos valoran como “claves para entender el devenir de la Segunda República”. La entrada de la CEDA en el gobierno el 4 de octubre, a cuyo máximo dirigente, Gil Robles, las izquierdas consideraban “el Hitler español”, provocó que el Partido Socialista, las Juventudes Socialistas, la UGT, el PCE, Izquierda Comunista, el Bloque Obrero y Campesino, y sectores de la CNT agrupados en las Alianzas Obreras llamasen a la huelga general en todo el Estado español. Era el 5 de octubre de 1934.
Con ese telón de fondo, hoy se presenta en la Durangoko Azoka el libro titulado Octubre de 1934 en Euskal Herria. Revolución, insurrección y huelga general, compendio firmado por Juan Ramón Garai (Arrasate, 1949), Jesús Gutiérrez (Eibar, 1961) y Josu Chueca (Lerín, en 1956), coordinados por Julia Monge, de Intxorta 1937.
Garai destaca la razón de necesidad de escribir este capítulo histórico. “De la huelga insurreccional de Octubre de 1934 se puede afirmar, que excepto en muy pocas localidades de Gipuzkoa y Bizkaia, no ha existido ninguna investigación sobre el tema. Es una gran desconocida para la gran mayoría de la población. Era necesario, pues, ofrecer una visión de conjunto de lo ocurrido en el País Vasco-Navarro, y esa es la tarea realizada”.
Con esa empresa en el horizonte, hace un lustro Intxorta 1937 -quizás la asociación memorialista vasca más activa y que publica nuevas investigaciones- realizó una propuesta abierta. “La dirigimos a todas las personas que estaban interesadas en investigar este episodio de nuestra historia. No obtuvimos respuesta. Y comenzamos a recopilar información por nuestra parte. Este año que se ha cumplido el 80º aniversario pensamos que no podíamos perder de nuevo esta oportunidad, nos pusimos en contacto con Jesús y Josu, les pareció bien y nos repartimos el trabajo. Jesús se ha centrado en el contexto general y Gipuzkoa, Josu en Nafarroa y Bizkaia, y yo en Bizkaia, Gipuzkoa y Araba”, agrega Garai.
Cinco años después, el libro llega hoy a las manos del lector a la Durangoko Azoka, con presentación a partir de las 15.00 horas de mano de los tres autores. Una de la conclusión de la publicación, que adelanta DEIA, sostiene que Bizkaia y Gipuzkoa se paralizaron del 5 al 12 de octubre. Todos los sectores de la producción, la distribución y el consumo se sumaron a aquella huelga general. Además de la industria y minería, se extendieron a todos los sectores de la economía: alimentación, hostelería, transporte o medios de comunicación. Amplias zonas de Gipuzkoa y Bizkaia quedaron, en un primer momento, bajo el control de los huelguistas armados, que pusieron cerco a los cuarteles de la Guardia Civil. El objetivo de estas insurrecciones armadas era la toma del poder por los trabajadores.
En Gipuzkoa, las localidades de Eibar, Arrasate, Hernani, Pasaia y Aretxabaleta, fueron ocupadas por obreros armados y se dan enfrentamientos armados en Tolosa, Donostia. En Bizkaia, los obreros armados ocuparon la zona minera, (San Salvador del Valle, La Arboleda, Ortuella, Gallarta, Pucheta) y la zona fabril (Portugalete, Barakaldo, Sestao, Erandio), y se dan enfrentamientos armados además en Bermeo, Durango y varios barrios obreros de Bilbao. En Altsasu la Guardia Civil mató a un obrero e hirió de bala a otros dos.
Otras fuerzas
El motivo de que el paro fuera tan amplio se debió a la participación de otras organizaciones, ajenas a su gestación. En Euskal Herria las dos fuerzas sindicales con más afiliaciones en 1934 eran STV y UGT, que sumarían entre ambas 90.000 afiliados. También había de CNT y comunistas, que rondaban los 6.000 sindicalistas.
El hecho de que en el verano de 1934 el Gobierno español privase a los ayuntamientos de percibir el impuesto del vino, ahogando la autonomía municipal, favoreció que sectores nacionalistas vascos se unieran a las movilizaciones de octubre. Un ejemplo fue el SOV. ANV y Mendigoizales también intervienen en distintas localidades. La colaboración del PNV no se dio más allá de algunos afiliados aislados con doble militancia (PNV y sindicato solidario).
La revolución duró medio año, hasta el 13 de abril de 1935, cuando que se levantó el estado de guerra. El libro recopila los nombres de 2.207 personas que fueron detenidas o que se vieron obligadas al exilio. Por herrialdes, 1.202 en Bizkaia, 839 en Gipuzkoa, 121 en Nafarroa y en Araba 46. “Pero creemos que hubo varios centenares más de represaliados, de las que no hemos encontrado registros documentales”, concluye Garai.
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