Les presentamos esta nota publicada en Gara, deja en claro donde yacen las lealtades del Partido del Neoliberalismo Vascongado:
PNV y PSE hacen valer su pacto frente a la alternativa de EH Bildu
PNV y PSE hicieron valer ayer su pacto y votaron en contra de la devolución del proyecto de presupuestos al Gobierno de Urkullu, como solicitaba el grupo EH Bildu y también el parlamentario Gorka Maneiro, de UPyD. Hasier Arraiz volvió a tender la mano al PNV para navegar juntos, pero Joseba Egibar rechazó la oferta aduciendo que para eso hay que saber hacia dónde ir, cualidad que parece que sí cumple el PSE.
Iñaki Iriondo
PNV y PSE unieron ayer nuevamente sus votos por segundo año consecutivo para rechazar las enmiendas a la totalidad presentadas y evitar así la devolución del proyecto de presupuestos al Gobierno de Lakua. Este pacto es consecuencia directa del acuerdo más amplio suscrito por Iñigo Urkullu, Andoni Ortuzar y Patxi López en setiembre del pasado año.
El portavoz del PSE, Txarli Prieto, defendió ayer la propia existencia de presupuestos porque la ciudadanía «verá así cómo su contribución fiscal es devuelta a través de políticas públicas». Un argumento que no valió en 2013, cuando Urkullu tuvo que prorrogar las cuentas porque el PSE mantenía su enmienda a la totalidad, al igual que el resto de la oposición, y que tampoco se ha usado estos días en las JJGG de Gipuzkoa, en las de Araba o en el Ayuntamiento de Gasteiz, donde la actuación del PSE ha forzado también otras tantas prórrogas presupuestarias.
En este apartado de contradicciones, tanto el portavoz de EH Bildu, Hasier Arraiz, como el del PP, Anton Damborenea, reprocharon al PNV que hasta este año apostara por la estabilidad institucional, y llegada la cercanía de las elecciones forales y municipales opte por presentar enmiendas a la totalidad allí donde no gobierna.
Se comprueba así que los votos en materia de presupuestos son fruto de intereses políticos, que después se justifican en función de acuerdos en algunas partidas económicas que apenas suelen ser significativas en el monto total. Por ejemplo, dando por bueno que el PSE hubiera logrado mover 185 millones de euros de este proyecto de presupuesto para 2015, lo cierto es que esto apenas constituye el 1,74% de los 10.639 millones que forman el cómputo total.
16 de setiembre de 2013
La clave de este pacto presupuestario entre PNV y PSE no está en los números y en las partidas, sino en la decisión que se tomó en verano de 2013 en Sabin Etxea y Ajuria Enea de hacer de un PSE en horas bajas su socio prioritario para esta legislatura.
Esa decisión tuvo su plasmación gráfica en el acuerdo que el 16 de setiembre de 2013 firmaron Andoni Ortuzar y Patxi López, y que el lehendakari Iñigo Urkullu también suscribió en la parte que le tocaba cumplir como Gobierno.
En las comparecencias posteriores Urkullu saludó la vuelta a «los buenos tiempos» y el adiós a la política de bloques, mientras Ortuzar hablaba de que en «Euskadi se abre hoy un nuevo tiempo». Y desde entonces PNV y PSE han unido sus votos en las cuestiones fundamentales.
Presupuesto con recortes
El proyecto de presupuesto para 2015 es un 4,1% más elevado que el del ejercicio actual, sin embargo, los departamentos de Salud y Educación crecen solo el 1% y 1,1% respectivamente. Como ya detalló GARA cuando se presentaron las cuentas, al final el peso del llamado «gasto social» será en 2015 un 1,07% menor que en 2014.
Y eso que el proyecto encierra un espejismo, que es la supuesta subida del 11,5% en el Departamento de Empleo y Políticas Sociales. Un aumento ficticio, porque se produce sobre el proyecto de 2014 y no sobre lo realmente empleado este año. Es decir, previeron de menos y han tenido que gastar más. En el proyecto de 2015 hacen una previsión más ajustada, que en algunas partidas ya se sabe que volverá a quedarse corta.
En base a estos datos, EH Bildu censuró que este vuelve a ser un presupuesto de recortes. Hasier Arraiz señaló que para las Ayudas de Emergencia Social se necesitarán unos 31 millones de euros y el Gobierno ha presupuestado solo 12. Para conciliación harían falta 50 millones y habrá poco más de 30. Para garantizar la RGI se precisan 60 millones más.
El portavoz del PNV, Joseba Egibar, le respondió que no se puede negar que los presupuestos de Educación y Salud han crecido. Pero Arraiz ya había avisado de que ese incremento era por debajo de la subida que ha experimentado el presupuesto en su conjunto y que, por lo tanto, en realidad perdían peso dentro del gasto total del Gobierno.
También reprochó que mientras el Ejecutivo dice que su prioridad son las personas, se producen estas bajadas en gasto social y al mismo tiempo prácticamente el 10% del presupuesto se va a pagar la deuda con los bancos.
Acuario o mar abierto
La cuestión de los recortes estuvo también presente en el debate sobre las alianzas. EH Bildu recordó que en el pleno de política general tendió la mano para una negociación de unos presupuestos sin recortes, propuesta que no fue atendida.
Joseba Egibar dijo que tanto escucharon a EH Bildu que quería negociar, que pensaron que sería cierto y que el Gobierno les escuchó. Pero criticó que todo se basara en que no hubiera recortes, cuando «con las capacidades que tenemos, siempre habrá recortes. Hay que priorizar».
Pero en opinión de EH Bildu, lo que el PNV prioriza es quién puede firmarle los presupuestos al precio más barato, y sabía que ahí tenía el seguro del PSE, pese a la escenificación que hizo Idoia Mendia cuando tomó el relevo de Patxi López.
Arraiz explicó que 15 de los 35 millones que el PSE ha conseguido para «políticas públicas» son para mejoras en municipios que gobiernan y criticó que «ese es su estilo de hacer política», aunque felicitó a los vecinos de esas localidades por las reformas en campos de fútbol, piscinas, jardín botánico, mejoras en el centro cultural o festejos por el centenario del club de fútbol.
El portavoz de EH Bildu preguntó al PNV si quiere seguir haciendo este tipo de acuerdos políticos que miran al pasado. «Cada cual -afirmó- elige su propia política de acuerdos. Para seguir dando vueltas entre las cuatro paredes del acuario del marco jurídico-político agotado, sigan comprando acuerdos baratos al PSE». Pero Hasier Arraiz invitó a los jeltzales «salir a mar abierto», hacia la soberanía, para lo que les ofreció compartir chalupa con EH Bildu.
Joseba Egibar no dejó pasar la metáfora, y contestó que «para salir al mar hay que saber a dónde ir y con quién», y a su entender la tripulación de EH Bildu no es fiable, y que el PNV no quiere llevar a este pueblo a un bache sin salida.
Nada dijo Egibar al respecto al pacto con PSE, porque centró su intervención en criticar en muchos casos con dureza, a EH Bildu, sin hacer referencia alguna al acuerdo con el partido de Idoia Mendia que le permitirá aprobar los presupuestos.
Un acuerdo que Txarli Prieto presentó como una corrección del rumbo del Gobierno de Urkullu «para navegar mejor», porque el PSE siente que va «en el mismo barco que la mayoría de la ciudadanía, un barco que navega mal y con suerte adversa». Como Prieto habló en el turno de explicación de voto, Egibar no pudo aclarar si en ese barco va más cómodo y seguro de su destino.
Hasier Arraiz pone sobre la mesa cuatro bases para un contrato social vasco
Durante su intervención de ayer, el portavoz de EH Bildu, Hasier Arraiz, planteó la necesidad de un acuerdo social entre los ciudadanos de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa para que la economía pueda garantizar que todos las personas pueden vivir dignamente con sus derechos sociales. No era una propuesta revolucionaria, ni sacada de los manuales altermundistas, sino que tomaba como ejemplo el New Deal (Nuevo Acuerdo) que el presidente Franklin Delano Roosevelt puso en práctica en 1933 en EEUU, acometiendo una serie de reformas económicas, financieras y sociales que tenían como objetivo sostener a las clases más empobrecidas del país.
La propuesta de contrato social realizada por Arraiz tiene cuatro pilares fundamentales. El primero de ellos es reforzar unas políticas públicas sin recortes que contribuyan a la justicia social, en un contexto en el que la situación económica ha incrementado las desigualdades y, por tanto, las necesidades sociales son cada vez mayores.
Precisamente la eliminación de los recortes fue la única condición que EH Bildu puso al Gobierno de Urkullu para poder llegar a un acuerdo presupuestario, y no obtuvo ninguna respuesta positiva, sino críticas sonoras por parte del presidente del EBB, Andoni Ortuzar.
La segunda base del acuerdo es la evidente necesidad de más dinero y este solo puede venir de una mayor recaudación entre quienes más tienen. EH Bildu propone que en la CAV se iguale la presión fiscal media de la UE, lo que supondría, según los cálculos de esta formación, elevar la presión actual en un 7%. De esta forma, las instituciones vascas podrían contar con 4.000 millones más (el presupuesto de Lakua es de 10.639 millones). Hasier Arraiz sentenció que viendo estos números la reforma fiscal es «imprescindible».
La propuesta de EH Bildu tiene como tercer pilar la creación de empleo, para lo que ve necesario hacer inversiones fuertes y sostenidas en la industria, pero cambiando el modelo de producción, realizando una apuesta por la tecnología y la innovación.
El cuarto fundamento de ese acuerdo social es el de tomar en Euskal Herria las decisiones económicas que afectan a Euskal Herria sin aplicar el modelo español, puesto que las necesidades de ambas economías son muy diferentes. Arraiz explicó que hay quien dice que primero hay que salir de la crisis y luego hablar del nuevo estatus político, pero el portavoz de EH Bildu defendió que el al contrario, que si se siguen aplicando medidas equivocadas impuestas desde fuera, nos costará más salir de la crisis.
El portavoz del PNV, Joseba Egibar, reprochó a EH Bildu que hable de alternativas que no aplica en Gipuzkoa, donde gobierna. Hasier Arraiz le respondió que en ese territorio se han mantenido y mejorado las condiciones de los trabajadores públicos, se han incluido cláusulas sociales en los contratos de la mano de los sindicatos, se reformó la política fiscal en lo que les permitieron los acuerdos de la oposición, hay en marcha un modelo de desarrollo local, se intenta poner freno a la reforma laboral y se han publificado las residencias para la tercera edad, manteniendo las condiciones de trabajo de sus empleados.
Habiendo una auténtica izquierda vasca, que realmente se preocupa por el bienestar económico y social de la población de Hegoalde frente a los embates brutales del neoliberalismo globalizado, los jeltzales optan por mantener vivo en cadaver sociata, conservando pactos antinatura con la social-democracia españolista.
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