Los progresos libertarios en tan corto tiempo del gobierno de Francisco Javier López en la Comunidad Autónoma Vasca son simplemente sorprendentes. Hasta ahora se ha liberado a los habitantes de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa de los embates del clima, de la presencia de fotos en las calles, del euskera en la educación y ahora, de las ataduras de una quimera llamada Euskal Herria de acuerdo con este texto publicado en Deia:
Ahora ya sabemos que proyecto de suma importancia traía entre manos la libertadora Isabel Celaá que le impidió en su momento acudir a la celebración del Ibilaldia.
El eufemismo sobre Euskal Herria
La eliminación por Educación del término que engloba a todos los territorios vascos se antoja parte de un proceso de asimilación encaminado a diluir las características nacionales del Pueblo Vasco y cuestionar sus derechos históricos.
La eliminación por el Departamento de Educación del Gobierno vasco del término Euskal Herria del currículum vasco, ya adelantada en su día por la consejera Isabel Celaá al presentar la proposición no de ley que impulsa la sustitución del elaborado por el Ejecutivo anterior, es la constatación práctica de la falta de sensibilidad gubernamental a la historia y la cultura de los Territorios Históricos que administra y apunta a un interés por obviar los lazos de hermandad entre los ámbitos administrativos que oficial y legalmente se denominan hoy Comunidad Autónoma Vasca y Comunidad Foral de Navarra y los de éstos con los territorios de Iparralde que, aun careciendo de entidad jurídica propia dentro del Estado francés, han venido siendo reconocidos siempre por los propios franceses con el nada ambiguo término de Pays Basque. Este desapego a una realidad social, cultural e histórica reflejada desde aquella primera alusión textual del alavés Juan Pérez de Lazarraga en el siglo XVI y los textos de Wilhem Von Humboldt en el XVIII a la actual Wikipedia pasando por el mapa lingüístico del príncipe Louis Lucien Bonaparte en la primera mitad del siglo XIX y la propia Enciclopedia Británica, supone además la forzada omisión de un término que viene explicitado legalmente en el artículo I del Título Preliminar del Estatuto de Autonomía de Gernika -"El Pueblo Vasco o Euskal Herria, como expresión de su nacionalidad y para acceder a su autogobierno..."- y que se explica en el artículo 2: "Araba, Gipuzkoa y Bizkaia, así como Navarra tienen derecho a formar parte de la Comunidad Autónoma del País Vasco...". Escudarse, como hace el Departamento de Educación, en una presunta "utilización indebida, unas veces ambigua y otras abusiva (...) que no se ajusta a la definición estatutaria del término" y anunciar que se mantendrá "para referirse sin ambigüedad alguna al ámbito lingüístico y cultural" no es sino el eufemismo de una decisión que sólo puede tener los motivos y objetivos políticos que precisamente se achacan a quienes utilizan el término Euskal Herria y que se antoja encaminada a la supresión paulatina de la definición que, según el diccionario, engloba las características propias de una nación: "Conjunto de personas que generalmente hablan un mismo idioma y tienen un mismo origen étnico, una tradición común, un mismo territorio y la conciencia de un destino común". Es, en definitiva, un paso más en el proceso de asimilación y uniformización con el Estado que se ha hecho evidente en el terreno de la simbología tras el acuerdo entre PP y PSE que llevó a los socialistas al Gobierno vasco, un proceso encaminado a cuestionar y finalmente diluir otro principio establecido legalmente en el propio Estatuto y en la Constitución, el de los derechos históricos del Pueblo Vasco (Euskal Herria) a decidir las cotas de su autogobierno.
Ahora ya sabemos que proyecto de suma importancia traía entre manos la libertadora Isabel Celaá que le impidió en su momento acudir a la celebración del Ibilaldia.
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