Una vez más Iñigo Saldise nos comparte un texto en su blog Soberanía de Navarra en la que se pone bien en claro un pasaje muy importante de la historia, nos alegra pues sabemos que nuestros lectores obtendrán gran provecho de su lectura, aquí tienen la introducción al mismo:
Hay que conocer bien las fechas y sucesos para así defender con bases sólidas el derecho a la autodeterminación del pueblo nabarro.
Y por cierto, a partir de hoy usaremos el vocablo nabarro para referirnos en una sola palabra a los gentilicios navarro y vasco, que en realidad son sinónimos.
Iñigo Saldise Alda
El Estado soberano e independiente de Navarra
Pasado lunes 4 de mayo del 2009, en el DIARIO DE NOTICIAS se daba a conocer la publicación de un nuevo libro de Iñaki Sagrado, que lleva por título El castillo de Amaiur a través de la historia de Navarra. En el texto, que está firmado por Fernando Hualde, se comete un gravísimo error, ya que en el año 1522, Navarra no perdió definitivamente su condición de Estado soberano e independiente, ya que ateniéndonos a la realidad histórica, esto ocurrió concretamente noventa y ocho años después.
A pesar que la retirada total de las tropas del emperador Carlos I de España, de la tierra de Ultrapuertos, no ocurrió hasta el año 1530, las legítimas Cortes de Navarra se reúnen en Donapaleu a petición de Enrique II el Sangüesino en el año 1527, llegando a ostentar esta localidad bajonavarra, la capitalidad del Reino soberano e independiente de Navarra, cinco años después de la derrota navarra de Amaiur.
Tras el año 1530, desde el Estado de Navarra, libre al norte del Pirineo, se sucedieron varios intentos diplomáticos, que buscaban la recuperación de las tierras ocupadas por los españoles. En ese contexto, el rey de Navarra, Enrique II el Sangüesino, lo intentó mediante la concertación del matrimonio de su hija, la princesa de Biana, Juana de Albret, con el hijo del emperador Carlos I de España, el príncipe de Asturias, Felipe. La perspectiva esperanzó a los navarros sometidos del sur del Pirineo, donde incluso los beaumonteses de Iruñea, que cohabitaban en unas cortes ilegales con un Virrey extranjero, prepararon un memorandum en el año 1540, detallando claramente cuáles eran las tierras arrebatadas por los españoles, que debía reclamar el rey navarro, además de las cinco Merindades ocupadas en su totalidad desde el año 1522:
“Quanto a lo que pertenesce a V. Alteza, según lo que solía extender este Reyno antiguamente como es pública voz y fama que era señor de Guipúzcoa, Vizcaya y Alaba y mucha parte de Rioja, hasta el holmo de Burgos; como por la sepultura que antiguamente los reyes de Navarra tenían en Nájera y otras ciudades y villas que hoy en día parescen las armas de Navarra; anssí como en Logroño y en otros lugares y de poco acá se han borrado...”
La corte navarra y con ello la capital del Reino, es situada en Pau por Enrique II y Maragita de Navarra, donde como en Florencia, se crearon numerosos cenáculos y academias de simbología cabalística y de hermenéutica, donde se enseñaron las artes y la filosofía neoplatónica, gracias principalmente a la labor de la reina Margarita de Navarra, algo que no ocurrió en los territorios navarros del sur del Pirineo, donde la inquisición española realizaba auténticos estragos y los magnificos castillos habían sido destruidos por orden del cardenal español, Cisneros.
Durante el reinado de Enrique II, el Estado independiente de Navarra vio como sus formidables fortalezas se transformaron en auténticos palacios Renacentistas y además el Reino de Navarra era un lugar de acogía para todos los refugiados humanistas y reformistas, que eran perseguidos en el resto de Europa.
Continúa...
Hay que conocer bien las fechas y sucesos para así defender con bases sólidas el derecho a la autodeterminación del pueblo nabarro.
Y por cierto, a partir de hoy usaremos el vocablo nabarro para referirnos en una sola palabra a los gentilicios navarro y vasco, que en realidad son sinónimos.
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