En Izaro News han colgado dos textos referentes a la negación por parte del dirigente de la junta instaurada recientemente en Gernika de la existencia del pueblo vasco.
Esto es lo que dice Jose Maria Chacón en "El Pueblo Vasco o Euskal Herria":
Por su parte, en "Pueblo y ciudadanía", Luis Ma. Mtz Garate y Anjel Rekalde apuntan:
Y esto es solo el comienzo de las andaduras del gran Patxi.
Esto es lo que dice Jose Maria Chacón en "El Pueblo Vasco o Euskal Herria":
No es solo que el pacto con el PP nos muestre de forma evidente que lo único en que los dos partidos son capaces de ponerse de acuerdo es en la necesidad de imponer a los vascos sus obesiones identitarias. Ni que demanden al PNV constantemente colaboración, al tiempo que le acusan sutilmente de justificar a ETA, de gobernar de forma sectaria y antidemocrática, de dividir a la sociedad o incluso de deshumanizarla, por no mencionar las descalificaciones personales que ha recibudo Juan José Ibarretxe.Sin embargo, lo que más decididamente me ha abierto los ojos ha sido el acto de toma de posesión del cargo de Lehendakari en Gernika, y más concretamente uno de los cambios introducidos en el juramento de Patxi López: la tan comentada sustitución de la mención al Pueblo Vasco por el término "ciudadanía".
Es un cambio de calado que deja a las claras el talante ferozmente nacionalista de Patxi López y su gobierno, y la falsedad de su discurso oficial.
La eliminación de la referencia al Pueblo Vasco implica que para Patxi López los vascos no merecen esa calificación, que él reserva en exclusiva para otros: para López sólo hay un pueblo, y es el español. De modo que, para López, no se sabe muy bien lo que somos los vascos. Tal vez súbditos. Como mucho.
Y lo más doloroso es que el flamante nuevo Lehendakari nos ha borrado del mapa de un plumazo contraviniendo expresamente lo recogido en la que él presenta como Ley Primordial de los vascos: el Estatuto de Autonomía de Gernika.
El Estatuto recoge, expresamente, en su artículo primero, que "El Pueblo Vasco o Euskal Herria, como expresión de su nacionalidad, y para acceder a su autogobierno, se constituye en Comunidad Autónoma...". Esto significa que el término "Pueblo Vasco" no sólo existe, sino que es un término jurîdico dentro del ordenamiento legal español que, de esta forma, reconoce expresamente, positivamente, la existencia del Pueblo Vasco. Ese Pueblo Vasco que Patxi López se niega a reconocer.
Y no sólo eso. El mismo López, junto con los talibanes del Partido Popular, acostumbran a reaccionar con ferocidad cada vez que alguien les habla de "Euskal Herria", asegurando que "tal cosa" no existe y que no es más que un mito de los separatistas vascos.
Pues bien, como puede verse, no solo existe Euskal Herria, por más que les duela a PP y PSOE,sino que, ríanse ustedes, es el mismisimo ordenamiento jurídico español el que reconoce y apuntala su existencia.
Por su parte, en "Pueblo y ciudadanía", Luis Ma. Mtz Garate y Anjel Rekalde apuntan:
Pachi López ha prometido su cargo, de representante del Estado en el territorio sobre el que tiene jurisdicción, la llamada en la actual organización política del mismo Comunidad Autónoma del país vasco o Euskadi, sobre su estatuto, es decir sobre un texto que, además de justificar su subordinación, es, en la práctica, papel mojado. Y lo ha hecho ante los representantes de la "ciudadanía vasca".
La cruda realidad es que hoy y aquí no existe tal "ciudadanía vasca". La ciudadanía es un concepto de la modernidad asociado al conjunto de derechos, libertades y garantías de las personas y, por supuesto también, de sus obligaciones, deberes y compromisos. Pero ¿ante quién? Y ahí surge el problema de fondo. Es un asunto que escuece. Y mucho. Es el Estado el que conforma el concepto de ciudadano. Es él quien garantiza sus derechos y libertades y es él quien tiene capacidad legal y, en teoría, legítima de exigirles sus deberes y obligaciones.
Aquí y ahora no existe una "ciudadanía vasca". ¿Por qué? Porque no existe un Estado vasco. Los únicos estados que tienen jurisdicción sobre los territorios actualmente habitados por los vascos son el español y el francés. Esto implica que los vascos nunca somos "ciudadanos vascos" sino siempre "ciudadanos españoles" o "franceses". Es decir, que en la organización unitaria de ambos estados, los vascos no existimos como sujeto político, por mucho que su propaganda, sobre todo la española, pretenda convencernos de algo que no es sino una simple mentira: que sus entes autonómicos constituyen entidades con poder real. En todo caso son subordinadas a sus poderes reales, legislativo y ejecutivo, con los que topan siempre, y en última instancia con el judicial representado por sus inefables Audiencia Nacional o Tribunal Constitucional. Nos pretenden vender una mercancía averiada.
Y esto es solo el comienzo de las andaduras del gran Patxi.
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