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miércoles, 26 de abril de 2006

La Tortura y el Proceso de Paz

Este texto ha sido publicado en Gara:

Askatasuna denuncia la tortura y resalta que el proceso exige condiciones democráticas

Askatasuna considera que, pese a existir condiciones políticas en Euskal Herria «para poner en marcha, entre todos, un nuevo marco, no vemos que en este momento haya mínimas condiciones democráticas». El organismo antirrepresivo plantea «unos mínimos a poner en marcha de manera inmediata para acabar con hechos como la tortura, la persecución política y las leyes de excepción», en el camino hacia «la construcción real de un marco de libertades que acabe con la actual situación antidemocrática». Lo explicó en una comparecencia con torturados y allegados de Ibon Meñika.

BILBO

Julen Larrinaga hizo ayer en Bilbo, en nombre de Askatasuna, un llamamiento «a la construcción real de un marco de libertades que acabe con la ac- tual situación antidemocrática. Creemos que éste es un pilar fundamental del proceso y no basta con que se den las condiciones políticas». Sus afirmaciones llegaban tras la denuncia de torturas realizada por Ibon Meñika tras su detención por la Guardia Civil.

«Sabemos que eso no se va a realizar de un día para otro, pero sí marcamos unos mínimos a poner en marcha de manera inmediata: acabar con hechos como la tortura, las detenciones y la persecución política, acabar con las leyes de excepción más duras vigentes y respetar derechos básicos», detalló.

Acompañado de representantes de Torturaren Aurkako Taldea (TAT), Gurasoak y un grupo de ciudadanos vascos que han denunciado torturas a manos de distintos cuerpos policiales, Larrinaga afirmó que, desde el punto de vista de Askatasuna, «sí existen condiciones políticas en Euskal Herria para poner en marcha, entre todos, un nuevo marco».

«La mayoría política, social y sindical estamos de acuerdo pero, desde nuestro punto de vista, no es suficiente sólo con que haya condiciones políticas, también tiene que haber condiciones democráticas, indispensables para ese marco en el que, realmente, la libertad y la paz sean elementos de futuro».

En este contexto fue tajante al manifestar que no se observa «que en este momento haya esas mínimas condiciones democráticas. No aparecen por ningún sitio, porque de nuevo estamos ante denuncias de torturas, detenciones con claro impulso político, estrategia de ilegalización o un juicio en marcha como el 18/98. Estamos ante hechos represivos y ante negaciones de derechos y, si no hay condiciones democráticas, si no hay unos mínimos democráticos en marcha, es imposible afrontar ningún tipo de proceso».

El organismo antirrepresivo preguntó directamente a PNV y PSOE «para qué un proceso si su sustento, si su base, no recoge las condiciones de un marco de libertades».

«Un estado policial»

En su análisis, Julen Larrinaga constató que «la utilización de la vía represiva en Euskal Herria durante los últimos 25 años ha convertido el Estado de Derecho en un Estado policial. Los datos represivos están a la vista y se ha dado una estrategia de ir retorciendo las leyes hasta conformar un marco especial judicial, sólo con miras a Euskal Herria. Tenemos el mayor ratio de ocupación policial de Europa y .000 denuncias judiciales de torturas en 25 años», recalcó.

Para Askatasuna, «torturar a a un detenido para condicionar una declaración policial es estado policial; las investigaciones las impulsa la Policía, los datos los da la Policía, y los jueces instructores se limitan a firmar en una situación de incomunicación o a firmar, en un juicio, una condena».

Valora Askatasuna que «hay que acabar con esa situación, si realmente queremos poner en marcha un nuevo proceso», y sostiene que «en ese camino, la movilización popular será y es imprescindible».

A preguntas de los periodistas, sobre si este punto de vista tiene también en cuenta la necesidad de que no se produzcan hechos como los de Barañain y Getxo, la respuesta de Askatasuna fue afirmativa. «Si hablamos de la consecución de un marco democrático, está claro que debe desaparecer todo acto violento. Sabemos que eso no va a ser de la noche a la mañana, pero debe tener unos pilares y la violencia estructural, la práctica represiva de los estados, debe desaparecer; de lo contrario, no será posible».


Instan a DDHH del Parlamento de Gasteiz a que escuche el relato de Meñika

BILBO

Aiert Larrarte, en nombre de TAT, denunció que «Ibon Meñika ha sido torturado» y ha recibido «amenazas, golpes y presiones para inculparse a sí mismo y para inculpar a otras personas».

Ante esta situación, consideró que Iñigo Urkullu, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento de Gasteiz, tiene «una oportunidad de dar pasos significativos contra la tortura y para ver si esa comisión verdaderamente puede hacer algo contra la tortura. Vamos a pedir que se le oíga a Ibon Meñika y que se cree una comisión de seguimiento de la denuncia que se va a interponer».

Larrarte subrayó que los métodos que utiliza la Guardia Civil «han dado sus frutos. Hay otra persona detenida ahora mismo e incomunicada, se llama Sandra, es de Bilbao, su familia no sabe dónde se encuentra, no sabemos por qué le han detenido, ni cuál es la acusación en su contra, y mostramos preocupación por el trato que estará sufriendo, ya que, seguramente, la misma brigada que ha torturado a Ibon Meñika es la que está custodiando a esta detenida».

Por ello, realizó un llamamiento al Gobierno español, que «siempre se muestra ante ámbitos internacionales como el campeón de los derechos humanos y tiene firmados multitud de convenios y protocolos», para que ponga en marcha «el protocolo facultativo contra la tortura de la ONU que ha firmado».

Recordó que esta normativa ofrece «la oportunidad de visitar a Ibon Meñika y escuchar de su propia voz lo que ha sufrido, o de entrar en los sotanos de la Guardia Civil para ver lo que están haciendo ahora mismo con Sandra».

En cuanto al cambio de ministro de Interior español, reseñó «que ya tiene el primer torturado a la espalda. Pero cualquiera que sea el ministro de Interior, con estas leyes de incomunicación, con esta Audiencia Nacional y las policías que operan actualmente en Euskal Herria, la tortura se va a seguir perpetuando».


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